Maque, la laca que embellece las artesanías de Michoacán
Te contamos la historia y algunos detalles sobre el maque, una colorida laca que embellece las artesanías de Michoacán.
En el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México admiramos dos hermosas piezas hechas con este antigua técnica que, a base de pigmentos y aceites de insectos, sirve para dar brillo y solidez a las obras.
La historia
El maque o laca se trabaja desde la época prehispánica, hace aproximadamente 2,500 años. Con la llegada de los españoles se documentó sobre la elaboración de vasos y vasijas decoradas con finas figuras que se comercializaban en los mercados.
La palabra
Laca tiene origen del persa lacks; maque, del árabe summac. Se refiere a una mezcla pastosa de ajé (aceite de insecto) o de linaza o chía, que al secarse se endurece y ofrece una superficie resistente y lustrosa. El maque se utiliza para decorar diferentes objetos de madera.
La región
La principal comunidad productora de lacas es Olinalá, Guerrero, reconocida desde la época colonial por la belleza de sus trabajos, donde recurren al aceite de chía. También en Uruapan y Pátzcuaro, Michoacán, se elaboran exquisitas piezas.
Las piezas
Existen jícaras, bandejas, floreros y hasta juguetes que alegran los espacios donde son colocados gracias a sus diseños. Para preservar el gusto por estas creaciones, los artesanos las han modernizado al convertirlas en carruseles y ruedas de la fortuna.
La técnica
La más común es el rayado, donde el artesano traza y recorta el dibujo con la ayuda de una espina de huizache. La técnica de lujo es el dorado, que se trabaja a base de la preparación de colores amarillos aplicados con pincel. También se puede realizar con hoja de oro y plata, que se pule.
El material
Es una mezcla hecha de diversos materiales minerales, vegetales y animales como el tecoxtle, chía, linaza, teziscalte -una piedra que se muele-, usan el axe o ajé (aceite de un insecto), tierras de diversos colores, la espina de maguey y pelo de gato.
El procedimiento
Se lija la pieza que se va a trabajar, luego se le colocan capas de color natural (tierras) y de ajé, que sirve como fijador. Tras días de secarse, se comienzan a raspar flores y animales con la espina de huizache. Finalmente las figuras trazadas se colorean con pigmentos naturales y se pulen.
La amenaza
La sobreexplotación de materia prima y el cambio climático ha ocasionado que el ajé desaparezca, pues el uso excesivo de insecticidas para cuidar los cultivos mata al insecto.
Agradecemos al Museo de Arte Popular (Revillagigedo No. 11, Colonia Centro, Delegación Cuauhtémoc, México, Ciudad de México) las facilidades para la realización de esta nota.
Sendy Castillo