Margarita Ortega Valdés, la anarquista que quiso independizar Baja California
Un día como hoy, pero de 1913, Margarita Ortega Valdés fue fusilada. Su lucha incluyó la toma de Mexicali y la difusión de ideas libertarias en el contexto de la Revolución Mexicana.
La Revolución Mexicana fue una época de lucha de distintas facciones que buscaban mayores libertades y derechos. Sin embargo, poco son recordados los anarquistas, el ala más radical del movimiento, quienes llevaron sus luchas hasta las últimas consecuencias. Éste es el caso de Margarita Ortega Valdés, una militante del movimiento encabezado por los hermanos Flores Magón que entregó su vida por la libertad.
Margarita Ortega Valdés nació en 1871 y fue originaria del estado de Sonora. Pertenecía a una familia rica de Baja California, sin embargo, 1910 anunció que renunciaba a sus privilegios para unirse al Partido Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón. Se dice que tenía todo para tener una vida plácida, pero que deseaba participar de las luchas obreras y que incluso renunció a una pareja.
Yo te amo; pero amo también a todos los que sufren y por los cuales lucho y arriesgo mi vida. No quiero ver más hombres y mujeres dando su fuerza, su salud, su inteligencia, su porvenir para enriquecer a los burgueses; no quiero que por más tiempo haya hombres que manden a los hombres. Estoy resuelta a seguir luchando por la causa del Partido Liberal Mexicano, y si eres hombre, vente conmigo a la campaña; de lo contrario olvídame, pues yo no quiero ser la compañera de un cobarde.»
Cita de Ricardo Flores en el diario Regeneración.
En su militancia, Ortega no dudó en tomar las armas y enfilarse como guerrillera. Sin embargo, también fungía como amorosa enfermera para los heridos y promovía el ideario anarquista a través del periodismo. Lamentablemente, su lucha se vio truncada por aquellos que inicialmente apoyaron al Partido Liberal Mexicano, ya que en 1911 las fuerzas de Francisco I. Madero expulsaron a Margarita y a su hija de Mexicali.
Margarita Ortega en la rebelión de Mexicali
Inicialmente, las fuerzas anarquistas del Partido Liberal Mexicano se enfrentaron contra Porfirio Díaz. El 29 de enero de 1911 el Partido Liberal Mexicano, bajo las órdenes de Margarita Ortega, Nativadad Cortés, José María Leyva y Simón Berthold, tomó la ciudad de Mexicali sin resistencia. Los posteriores triunfos contra el gobierno federal provocaron que más guerrilleros socialistas y anarquistas se unieran a los rebeldes de Mexicali.
A los rebeldes se unieron tanto mexicanos como estadounidenses, manteniendo luchas en ambos países. En total, se calcula que «la gavilla de revoltosos» llegó a sumar cerca de 400 integrantes. De acuerdo con Enrique Flores Magón, en un artículo del 20 de mayo para la revista Regeneración, los anarquistas había fundado una biblioteca para la formación ideológica de sus militantes y utilizaban La conquista del pan de Piotr Alekséyevich Kropotkin como fundamento filosófico del movimiento.
Posteriormente, el avance de las fuerzas del Ejército Liberal Mexicano abarcaron Tijuana y Ciudad Juárez en mayo de 1911. Este episodio provocó que el presidente Porfirio Díaz aceptara dejar la presidencia a través de un acuerdo con Francisco I. Madero, conocido como los Tratados de Ciudad Juárez. El texto aceptaba el gobierno interino de Francisco León de la Barra y el fin de las hostilidades entre revolucionarios y gobierno federal.
Como era de esperarse, los revolucionarios llamaron traidor a Francisco I. Madero y no reconocieron el gobierno interino, pues el presidente provisional había operado como saboteador del Partido Liberal Mexicano. Fue entonces que el enfrentamiento contra los anarquistas contó con una coalición militar entre porfiristas y maderistas, pues los revolucionarios se planteaban independizar Baja California.
La traición de Francisco I. Madero
Finalmente, Margarita y su hija Rosaura Gortari fueron expulsadas de la región junto con el resto de los revolucionarios anarquistas. Perseguidas por el ahora presidente Francisco I. Madero, las mujeres se refugiaron en Arizona, Estados Unidos, donde también fueron perseguidas, por lo que cambiaron sus nombres a María Valdés y Josefina. Al poco tiempo Rosaura falleció debido a las complicaciones de cruzar el desierto, mientras que Margarita Ortega Valdés continuó organizando guerrillas en Sonora de la mano del Partido Liberal Mexicano.
En 1913 Margarita y Natividad Cortés fueron arrestadas por órdenes del presidente Venustiano Carranza. Margarita fue golpeada y torturada para que delatara a sus compañeros anarquistas, pero esto jamás sucedió. Ricardo flores Magón relató que no se le permitía dormir y se le hizo estar cuatro días en pie en su celda, al menor signo de desfallecimiento era golpeada con armas, sin embargo, jamás claudicó. El 24 de noviembre de 1913, tras varios días de sufrimiento, Margarita Ortega fue fusilada.
¡Cobardes!» -gritaba- «haced pedazos mi carne, resquebrajad mis huesos, bebeos toda mi sangre, que jamás denunciaré a mis amigos!»
Decía Margarita Ortega según el relato de Flores Magón.