La carta que Emiliano Zapata escribió sobre la Revolución Rusa y el comunismo
En una carta escrita en 1918, Emiliano Zapata exalta a la Revolución Rusa y al comunismo, y deja entrever sus miras a un movimiento internacional.
De acuerdo con Stefan Rinke, académico de la Universidad Libre de Berlín, la Revolución Mexicana fue una precursora de la Revolución Rusa, pues fue el primer movimiento en el que la clase popular luchó para implementar derechos sociales.
«La Revolución Mexicana fue precursora global de la Revolución Rusa. Pese a sus diferencias tenían algunos objetivos comunes. La Revolución Mexicana aspiraba a una distribución social equitativa de la tierra y de la riqueza. Su punto culminante: a principios de 1917 fue adoptada una Constitución con los mayores estándares de derechos sociales a nivel mundial», mencionó el historiador para DW.
También lamenta que la influencia de los revolucionarios mexicanos sobre los rusos pocas veces es recordada, lo cual es una consecuencia de una visión eurocéntrica de la historia. Sin embargo, subraya que México inició su revolución tan sólo siete años que los rusos y que también fue el primer país en establecer relaciones diplomáticas con la URSS en 1924.
Pese a que hay poca literatura académica sobre las conexiones entre ambas revoluciones, existe un texto que sorprende a quienes lo leen, pues fue escrito por un de los caudillos más prominentes de la Revolución Mexicana. Hablamos de Emiliano Zapata, líder del Ejercito Libertador del Sur, quien con el texto deja claro que su visión no se limitaba a la reforma en materia de derechos sociales y a una repartición agraria en México, sino que tenía un alcance internacionalista.
La carta sobre la Revolución Rusa
La carta de Emiliano Zapata sobre la Revolución Rusa fue escrita el 14 de febrero de 1918 en el Cuartel General del Ejército Libertador del Sur en Tlaltizapán, Morelos. El texto está dirigido a Jenaro Amezcua, quien posteriormente la reprodujo en el diario El Mundo de La Habana.
“Mucho ganaríamos, mucho ganaría la humanidad y la justicia si todos los pueblos de América y todas las naciones de la vieja Europa comprendiesen que la causa del México Revolucionario y la causa de Rusia son y representan la causa de la humanidad, el interés supremo de todos los pueblos oprimidos…
Aquí como allá, hay grandes señores, inhumanos, codiciosos y crueles que de padres a hijos han venido explotando hasta la tortura a grandes masas de campesinos. Y aquí como allá los hombres esclavizados, los hombres de conciencia dormida, empiezan a despertar, a sacudirse, a agitarse, a castigar.
Mr. Wilson, presidente de Estados Unidos, ha tenido razón al rendir homenaje, en ocasión reciente, a la revolución Rusa, calificándola de noble esfuerzo por la consecución de libertades, y sólo sería de desear que a este propósito recordase y tuviese muy en cuenta la visible analogía, el marcado paralelismo, la absoluta paridad, mejor dicho, que existe entre este movimiento y la revolución agraria de México. Uno y otro van dirigidos contra lo que Leon Tolstoi – llamara el gran crimen -, contra la infame usurpación de la tierra, que siendo propiedad de todos, como el agua y como el aire, ha sido monopolizada por unos cuantos poderosos, apoyados por la fuerza de los ejércitos y por la iniquidad de las leyes.
No es de extrañar, por lo mismo, que el proletariado mundial aplauda y admire la Revolución Rusa, del mismo modo que otorgará toda su adhesión, su simpatía y su apoyo a esta Revolución Mexicana, al darse cabal cuenta de sus fines.
Por eso es tan interesante la labor de difusión y de propaganda por ustedes en pro de la verdad; por eso deberán acudir a todos los centros y agrupaciones obreras del mundo, para hacerles sentir la imperiosa necesidad de acometer a la vez y de realizar juntamente las dos empresas: educar al obrero para la lucha y formar la conciencia del campesino. Es preciso no olvidar que en virtud y por efecto de la solidaridad del proletariado, la emancipación del obrero no puede realizarse si no se realiza a la vez la libertad del campesino. De no ser así, la burguesía podría poner estas dos fuerzas la una contra la otra, y aprovecharse de la ignorancia de los campesinos para combatir y refrenar los justos impulsos de los trabajadores del mismo modo que si el caso se ofrece, podrá utilizar a los obreros poco conscientes y lanzarlos contra sus hermanos del campo.”