¿Quién fue Mario Molina?
Aquí te decimos quién fue Mario Molina, el ganador del Premio Nobel de Química en 1995.
El doctor Mario Molina fue uno de los científicos mexicanos más notables de todos los tiempos. Entre sus mayores méritos está el haber sido reconocido por haber obtenido el Premio Nobel de Química en 1995. Previo a su muerte, se pronunció a favor del uso de cubrebocas para evitar la propagación del virus Covid-19.
Formación científica
José Mario Molina-Pasquel y Henríquez nació en la Ciudad de México en 1943. Desde pequeño mostró interés por la ciencia y esto lo llevó a estudiar ingeniería química en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 1965, el joven Mario Molina egresó y continuó sus estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania. Algunos años después, en 1972, recibió el doctorado en Fisicoquímica otorgado por la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos.
En cuanto a su labor como docente, el doctor Mario Molina fue profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entre 1967 y 1968. Años después, de 1975 a 1979, también laboró como profesor e investigador de la Universidad de California. De 1982 a 1989 trabajó en el Laboratorio de Propulsión a Chorro del Instituto Tecnológico de California (CALTECH). Cabe destacar su notoria labor como docente en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de 1989 al 2004.
En la actualidad Mario Molina es investigador de la Universidad de California en San Diego. Formando parte del Departamento de Química y Bioquímica y del Instituto de Oceanografía SCRIPPS. En este instituto se investigan los diversos fenómenos asociados al Cambio Climático. A su vez en México, es presidente desde 2005 del Centro Mario Molina, en donde se realizan estudios sobre energía y medio ambiente enfocados en la calidad del aire y el cambio climático.
La atmósfera, su pasión
El doctor Mario Molina ha dedicado gran parte de su vida al estudio y la investigación de la química atmosférica, siendo uno de los pioneros a nivel mundial en la materia. Este profundo interés lo llevó a escribir en 1974, en colaboración con F.S. Rowland, el artículo que los haría merecedores del Premio Nobel de Química. En este artículo ambos científicos predecían el adelgazamiento de la capa de ozono debido al exceso en emisiones de gases industriales: los clorofluorocarburos.
De 1976 a 1986, el arduo trabajo del doctor Mario Molina y de su equipo de investigadores los llevó a publicar diferentes artículos. En ellos se identificaban las propiedades químicas de los gases que provocan la descomposición de la capa de ozono.
La aportación del científico mexicano al mundo entero es invaluable. Su investigación en torno a la química de la contaminación atmosférica lo ha llevado a involucrarse en trabajos interdisciplinarios.
De la mano de científicos expertos ha enfrentado el problema de la degradación en la calidad del aire de las grandes ciudades. Gracias a todo este esfuerzo fue posible la creación del Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas. Éste es el primer tratado internacional que ha enfrentado con efectividad uno de los problemas ambientales a escala global más severos, el daño a la capa de ozono.
Mario Molina, ganador del Premio Nobel y más de 40 doctorados Honoris Causa
Las investigaciones del doctor Mario Molina, publicadas en un artículo en la revista Nature en junio de 1974, lo llevaron a ser merecedor del Premio Nobel de Química. El 10 de diciembre de 1995 en una ceremonia celebrada en Estocolmo, Mario Molina se convirtió en el tercer mexicano en obtener un Premio Nobel. Al lado de sus colegas Frank Sherwood Rowland y Paul Crutzen, el químico mexicano recibió dicho galardón.
Además del Premio Nobel, Mario Molina ha sido reconocido en múltiples ocasiones incluyendo más de 40 doctorados Honoris Causa, el Premio Tyler de Energía y Ecología en 1983, el Premio Sasakawa de las Naciones Unidas en 1999, el Premio Campeones de la Tierra que otorga Naciones Unidas y es el primer mexicano en recibir la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos.
Por si todo esto fuera poco es miembro de la Academia Nacional de Ciencias y del Instituto de Medicina de los Estados Unidos, así como miembro distinguido de la Pontificia Academia de las Ciencias del Vaticano, del Colegio Nacional, de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Academia Mexicana de Ingeniería.
Murió el 7 de octubre de 2020 en la Ciudad de México.