Museo del Servicio de Transportes Eléctricos, un lugar para viajar al pasado - México Desconocido
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Museo del Servicio de Transportes Eléctricos, un lugar para viajar al pasado

Museo del Servicio de Transportes Eléctricos

Si buscas un museo poco concurrido para disfrutar tranquilamente, el Museo del Servicio de Transportes Eléctricos es una excelente opción. Aquí, los visitantes pueden subir a tranvías que datan de 1898 e incluso operar un Tren Ligero.

Durante más de 100 años, la Ciudad de México ha sostenido una profunda relación con los vehículos movidos por electricidad. La evidencia del inicio de esta amistad, si no es que romance, se encuentra en Iztapalapa, dentro del Museo del Servicio de Transportes Eléctricos. 

Tal evidencia es el Tranvía Brill “Cero”, llamado con tal cifra porque fue el primero de un total de 16 que constituyen la primera flotilla de unidades de este tipo que dieron servicio en la capital del país y en todo México, antes de ellos solo estaban los tranvías de mulitas

Tranvía «Cero», la estrella del Museo del Servicio de Transportes Eléctricos

El también llamado “Cerito”, a pesar de su edad, tiene todas su piezas: como las bancas de madera, la manivela dorada, hecha como todo lo demás, por la J.G. Brill Company de Estados Unidos, pero armada en los antiguos talleres de Indianilla.

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La misma buena suerte corrieron otras máquinas eléctricas posteriores, mismas que también sirvieron para el servicio público. Es el caso del Tranvía PCC, puesto en marcha en la capital mexicana en el año 1954, y terminando sus años de servicio hasta 1984. No obstante, algunos de ellos fueron readaptados para dar servicio como trenes ligeros de Taxqueña a Xochimilco. 

Sube a todos los vehículos del Museo del Servicio de Transportes Eléctricos

Antes de esta máquina, existió otra igualmente importante: la Brill, cuyos interiores se asemejan más a una sala hogareña que a un transporte público. Esta unidad también se encuentra en el Museo del Servicio de Transportes Eléctricos, donde los visitantes pueden subir, sentarse en el asiento del conductor y encender las luces interiores y exteriores. Mi hijo Mati, de siete años, disfrutó de esta experiencia durante nuestra visita.

También le permitieron el acceso a la cabina del Tren Ligero TE.90 M2 018 para que pudiera manipular las puertas de toda la unidad, la palanca de conducción, los dos tipos de claxons, y los altavoces, una gran experiencia para él. 

Hasta una cabina del Cablebús en el Museo del Servicio de Transportes Eléctricos

El Museo del Servicio de Transportes Eléctricos exhibe, además, otros vehículos importantes para la ciudad, como el Trolebús Moyada, adquirido en 1967 a la ciudad de Milwaukee y en operación desde ese año hasta el 2000, así como otro modelo de la marca Mitsubishi. Sin olvidar, por supuesto, el transporte eléctrico más reciente de la ciudad: una cabina del Cablebús. 

100 años de fotos, objetos y recuerdos del transporte eléctrico

Por si fuera poco, en el interior del museo se pone a disposición del público un acervo de maquinaria y materiales impresos, como antiguos carteles de fin de año, croquis, planos, mapas y fotografías históricas que documentan más de 100 años de servicio de los transportes eléctricos en la Ciudad de México.

Sin duda se trata de un lugar al que hay que ir al menos una vez en la vida, un lugar muy disfrutable porque es de los pocos de la ciudad que tienen poca gente. De hecho, con un poco de suerte, tal vez los encargados les regalen un souvenir. 

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