Nochistlán
Lánzate al sur de Zacatecas y descubre este Pueblo Mágico donde, según la tradición, se fundó la primera Guadalajara y que hoy invita a recorrer sus múltiples espacios de acento colonial.
Nochistlán: Donde se fundó la primera Guadalajara ¡en Zacatecas!
En este poblado rodeado de cerros, donde abundan los nopales llenos de tuna y grana, fundaron los españoles la primera Guadalajara en 1532. Con el tiempo, la identidad de Nochistlán fue conformándose a través de personajes como Francisco Tenamaxtle, de romerías dispuestas a adorar a la Virgen de Toyahua y de músicos tocando sones y jarabes que hacen de éste, un lugar lleno de algarabía y fiesta a lo largo del año.
Viendo crecer duraznos y limoneros, este Pueblo Mágico zacatecano hoy conserva una imagen limpia y de aire provincial que invita a los viajeros a pasear por el Jardín Morelos y su Mercado Municipal, donde encontrarán dulces frutas, elaboradas piezas de arte popular y suculentos platillos como la birria y las gorditas. Además, sus antiguas y modernas construcciones -como la Parroquia de San Francisco de Asís y la Presidencia– y las famosas coleaderas (suertes charras típicas de la zona) que se llevan a cabo en los alrededores de Nochistlán, lo convierten en un destino imprescindible de esta entidad.
Conoce más
En la época en que los conquistadores iban descubriendo México poco a poco, Nuño de Guzmán llegó en 1530 a la parte sur de Zacatecas. Se quedó a celebrar la Semana Santa en el territorio que habitaban los caxacanes; dos años después mandó a Juan Oñate a ese mismo lugar a fundar una Guadalajara como la suya en España. Los indígenas eran muy agresivos, por lo que la villa tuvo que migrar al actual estado de Jalisco. Pedro Alvarado perdió una batalla en el cerro El Peñol, un sitio sagrado en el mundo prehispánico, gracias a Francisco Tenamaxtle, un líder indígena que agrupó a caxcanes y zacatecos. Después, Nochistlán se convirtió en un pueblo de indios y no vio más guerra hasta la Independencia.
Lo típico
En Nochistlán encontrarás talabartería; sillas de montar, suaderos, cintos piteados, fundas para navajas y fustes, entre otras cosas (visita el taller de Don Marcos Muñoz). También podrás adquirir huaraches zacatecanos (recomendamos los de la tienda Comercial Jiménez), bordados, morrales de ixtle y sillas de madera de pino del artesano Juan Ortiz Prieto. Buena parte de esto se vende en el Mercado Municipal.
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Templos e iglesias
El recorrido inicia con la Parroquia de San Francisco de Asís, del siglo XVII, cuya sobria fachada de cantera es ejemplo de las construcciones franciscanas. En su interior, se muestra un piso de madera de mezquite y una pila bautismal con una réplica de la Virgen de Toyahua. También, puedes contemplar el Cristo del centro del altar, la imagen del santo a quien la parroquia está dedicada, el ángel del silencio y el retrato de San Román Adame, de quien se conservan sus cenizas.
Donde terminan los arcos del Parián, se levanta el Templo de San José, edificado entre 1896 y 1914 en el lugar donde antes estuvo el Hospital de Indios de la Limpia Concepción. Este recinto destaca por su aire gótico y mudéjar, así como por la cúpula blanca al centro. Lo acompaña la capilla dedicada a San Román Adame.
En el Barrio de San Sebastián se yergue el Templo dedicado al santo del mismo nombre. Con su fachada amarilla, donde solamente sobresalen un marco de cantera y una rodela, es el hogar del “Güerito” de Nochistlán que consiste en un símbolo del Pueblo Mágico.
Otras construcciones y lugares de interés
Alrededor de un quiosco de cantera gris gira el Jardín Morelos, habitado por fresnos y truenos y dos fuentes, donde se reúnen los monumentos más importantes de Nochistlán. El primero, que mira hacia la Presidencia Municipal, es una loza de piedra que recuerda la Fundación de la Primera Guadalajara. El segundo es una escultura de bronce de Francisco Temanaxtle, líder indígena que dio varias victorias a los caxcanes.
En una de las esquinas del jardín se alza la Casa de los Ruiz, una casona del siglo XVII que conserva sus puertas de madera originales y unas gárgolas. Este predio es célebre porque en 1810, el insurgente Daniel Camarena, dio el grito que lanzaba a Zacatecas a la lucha por la Independencia.
Enfrente de la parroquia se despliegan los arcos del Parián, construido en 1866 con la intención de ser un espacio comercial. Aquí se reúnen numerosos locales donde se vende de todo: desde rebozos, medicinas y vinos, hasta sombreros y utensilios de limpieza. Aquí no te pierdas la tienda de abarrotes La Palestina.
Al otro lado de la Parroquia de San Francisco de Asís se localiza el Jardín de Mártires del 64. Un obelisco en el centro contiene los nombres de los que murieron en la Segunda Invasión Francesa. También conoce La Pila de Afuera, ya no en el Centro del poblado, que posee un monumento levantado en 1954, homenaje a la antigua red hidráulica que abasteció de agua a la población. Es recomendable visitar el Acueducto cuando el día cae y sus arcos están iluminados; en los bancos y por los caminos empedrados podrás disfrutar de momentos apacibles.
Mercado Municipal
En este espacio comercial se encuentra gran parte de la vida de Nochistlán. Es limpio, pequeño, huele a frutas y a barro. Aquí podrás adquirir nopales, frascos de tornachiles, piñatas, carne seca, miel, cajeta, birria, gorditas y dulces como los cacahuates garapiñados. No dejes de visitar dos locales legendarios: la clásica Birriera Don Chente y las Nieves Barrón, donde podrás degustar de prácticamente cualquier sabor.
Dentro del Mercado también es posible comprar talabartería, como la del taller de Don Marcos Muñoz, y la tienda Comercial Jiménez, famosa por sus huaraches zacatecanos.
Oratorio Cabañas
Cerca de Nochistlán está este interesante paraje religioso. En 1824, el Obispo Juan Cruz de Cabañas emprendió su viaje hacia la zona noroeste de su diócesis. Iba enfermo y al llegar a La Estancia de los Delgadillo murió. Le quitaron las vísceras para poder preparar su cuerpo y regresarlo a Guadalajara, pero la comunidad se quedó con ellas y ahora las tiene guardadas en el pequeño oratorio que fue levantado en su honor. Vale la pena visitarlo; los paisajes de La Estancia son asombrosos. Además, ahí también hay un templo dedicado a Jesús Nazareno, antiguo y de cantera.
Santuario de La Virgen del Rosario
A 10 km de Nochistlán se localiza la comunidad de Toyahua, “el lugar donde derrama agua”, porque muy cerca hay un salto de agua. Esta región fue evangelizada por Fray Miguel de Boloña, quien trajo consigo la imagen de la Virgen del Rosario en el siglo XVI. De ahí se construyó una capilla de adobe en 1560; quedan sus restos frente al templo actual. El santuario actual de fachada de cantera rosa, que recibe cada año a miles de peregrinos, fue construido en 1778. Dentro, en un altar neoclásico, está la Virgen del Rosario con su amplio manto azul bordado en oro.
Los españoles describían este territorio como una hoya, porque efectivamente se trata de una hondonada entre cerros. El aspecto actual del pueblo se originó en la década de los cincuenta, cuando el Gobernador de Zacatecas, José Minero Roque, mandó a construir el edificio de la Presidencia, el Mercado Municipal y el teatro que lleva su nombre, así como a ampliar el Jardín Morelos.