Oaxaca premia al alfarero zapoteca Heriberto Antonio por su trabajo artesanal
Conoce el trabajo del alfarero zapoteca Heriberto Antonio, quien se hizo acreedor al Premio Estatal de Arte Popular en la categoría de “Barro Policromado”.
Heriberto Antonio Jiménez es un alfarero que ha finales de 2020 se convirtió en el ganador del Premio Estatal de Arte Popular Benito Juárez 2020, gracias a su obra “Sa’ Xquidxe/Fiesta del Pueblo”, que concursó en la categoría de Barro Policromado.
De origen zapoteca, Heriberto decidió rendir un homenaje a los danzantes y músicos de su natal Ixtaltepec, en el estado de Oaxaca. Debido a ello, Heriberto recibió el Premio Estatal de Arte Popular en la categoría de “Barro Policromado”, que es un estilo que adquiere el barro al ser quemado.
El galardón de carácter estatal fue otorgado por Instituto Oaxaqueño de las Artesanías (IOA) con la venia de la Secretaria de Cultura, Secretaria de Bienestar y el Fondo Nacional para las Artes (Fonart).
De acuerdo con Heriberto, la pandemia por COVID-19 generó en él un proceso de renovación sobre su propia obra. Sin el ajetreo generado por los eventos sociales que le obligaban a producir de una forma más mecánica, el artesano de 45 años echó a volar su creatividad.
Un pueblo alfarero
Fue así como nació “Sa Xquidxe”, obra que representa una fiesta popular. Cada una de las piezas traen forma y movimiento de los bailes típicos, y tanto hombres como mujeres portan trajes típicos de la región.
Los dones de Heriberto fueron heredados por su línea paterna, ya que tanto su padre como su abuelo se dedicaban a ello y fueron quienes el enseñaron.
“Quise mostrar a mi gente, a mi pueblo, a las fiestas, tal vez lo elaboré al ver que se cancelaron, al ver que no había nada ahora por la pandemia y mira, ahora la reconocieron, ojalá y no solo que de ahí, es necesario que las instituciones valoren nuestras obras, que nos ayuden a promoverlas y que podamos vender a mayor cantidad y escala, por que eso nos hace falta”. Afirma orgulloso.
Ixtaltepec es un pueblo en la región del Istmo de Tehuantepec, donde existen aproximadamente 60 talleres familiares de alfarería. Con la llegada de la pandemia, la mayoría de los talleres pararon su producción de macetas, jarrones, etcétera. Por lo cual, Heriberto tuvo la oportunidad de dar paso a su obra artística.
El barro de Ixtaltepec es extraído de los cerros de Chihuitá, a 40 minutos de la localidad. Posteriormente se tritura, se mezcla con arena y se deja reposar, para después dar paso a la producción y quema. al respecto de su trabajo comenta:
“Es necesario que sepamos de técnicas, de formas, de otras texturas, hacer combinaciones, pero eso urgen las capacitaciones, pero dinero es lo que no tenemos, porque nuestro arte se vende en serie y barato, ojalá las autoridades nos ayuden, nos capaciten y seguramente saldrán mejores y con mas calidad nuestras ollas”.
La situación de los artesanos es tal, que algunos han tenido que mezclar su labor en el taller con otros oficios, a fin de conseguir los ingresos necesarios para una vida digna. Pese a la pandemia y la devaluación del trabajo artesanal mexicano, los alfareros de Ixtaltepec, Oaxaca, resisten.
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