Papillón, la lagarto gigante que se convirtió en un símbolo de Tabasco
Conoce la historia de la temible papillón, una lagarto gigante que vivía en las aguas de Tabasco.
En la década de 1960, un hermoso ejemplar de Crocodylus Acutus fue donado al Parque Museo La Venta, en Villahermosa, convirtiéndose en uno de los más hermosos atractivos de Tabasco.
Papillón fue un bello lagarto hembra del tipo Crocodylus Acutus, la atraparon en la década de 1960 para luego donarla al Parque Museo La Venta, en Villahermosa, Tabasco, donde sigue siendo el atractivo principal, incluso a más de cinco años de su muerte.
La lagarto gigante llamada Papillón
Papillón vivió en el área zoológica del Parque Museo La Venta por casi 40 años, falleciendo aproximadamente a los 80 de edad. Se sabe que su especie puede vivir hasta los 100 años.
En el tiempo que vivió en La Venta, se escapó 3 veces y por eso le pusieron el nombre de Papillón, en honor a una película de 1973 del mismo nombre, donde Steve McQueen interpreta a un preso que busca escapar.
Se cuenta que el hijo de un adinerado intentó cazarla, pero no pudo.
Sin embargo, el feroz y fuerte lagarto se topó con cazadores furtivos que lograron herirle en un ojo, dejándola parcialmente ciega.
Carlos Pellicer, afamado poeta y fundador del Parque Museo La Venta, estuvo muy pendiente de su recuperación.
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Los últimos años de Papillón
La majestuosa bestia medía dos metros y medio cuando fue capturada. Con el paso del tiempo llegó a medir cuatro metros con veinte centímetros y a pesar poco más de cuatrocientos kilos.
Papillón comía ocho kilos de pollo una vez a la semana. Su especie podía pasar mucho tiempo sin comer y sus cuidadores tenían especial atención con la dieta del cocodrilo.
Se cree que el cambio climático en Tabasco durante la temporada de invierno fue clave en el deceso del animal, que falleció un martes 21 de enero de 2014.
En vida, Papillón fue el atractivo principal del Parque Museo La Venta. Al morir, su cuerpo fue disecado y ahora se encuentra en exhibición como un símbolo de Tabasco.
Para la cultura olmeca, el cocodrilo era un guía, pues por su forma y ubicación, se cree que Tabasco se formó sobre el lomo de un cocodrilo.
Les compartimos a continuación una versión del origen y captura de Papillón.
La historia de Papillón entre los lugareños
Entre la gente de Tabasco se conoce quién es Papillón, pero pocos conocen los detalles que se cuentan de su captura y por supuesto, de su famoso captor.
Se cuenta que por el año de 1954, un grupo de pescadores acudió a casa de Otto Wolter Peralta, hijo de un famoso miembro de la comunidad tabasqueña de origen alemán.
El señor Wolter era conocido por tener un espíritu aventurero como su padre, por lo que los asustados pescadores acudieron a él por ayuda.
Le dijeron que en La poza de San Felipe vivía el lagarto más grande que jamás hayan visto, se alimentaba de ganado y era un peligro para ellos, pues era arriesgado pescar de noche ante la presencia del animal.
Se dice que Wolter Peralta mandó a hacer una gruesa red de 400 metros de largo por 5 de ancho para atrapar al animal.
El espíritu aventurero de Otto no descansaría hasta atrapar semejante ejemplar.
Otto Wolter Peralta atrapa un lagarto gigante
Varios años pasaron y Otto seguía determinado en atrapar al legendario animal. Se dice que en septiembre de 1960 por fin pudo verlo mientras iba en un cayuco de aproximadamente 10 metros y acompañado de 8 personas.
Según la historia, era de noche cuando Wolter Peralta y sus acompañantes daban caza al lagarto. Estuvieron un largo rato observando por donde se sumergía y calculando dónde podría emerger.
El grupo persiguió al lagarto y con ayuda de sus remos hicieron que el lagarto saliera a la superficie, tirándole la red y logrando, al fin, su captura.
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Un lagarto de leyenda
Una vez en tierra, le aseguraron el hocico, las patas y le colocaron un palo de mangle en el lomo para moverlo, pero no pudieron, pues era un lagarto gigantesco.
De aproximadamente 300 kilos y 2 metros y medio de largo, el temible lagarto resultó ser hembra.
Lo que se cuenta de Otto y su lagarta Papillón
Se dice que Wolter Peralta la exhibió en Paraíso, Tabasco, para luego trasladarla a Comalcalco hasta que finalmente el cocodrilo fue donado al Museo de La Venta.
Se cree que el entonces gobernador Carlos A. Madrazo firmó la orden para que al morir el cocodrilo, la piel le fuera entregada a su captor.
Pero Otto Wolter Peralta dijo que muy seguramente nunca la recibiría, pues esa clase de cocodrilos suelen vivir hasta cien años.
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