Falleció Paulina Solís, creadora de baile de Flor de Piña; le rinden homenaje en la Guelaguetza 2023
La maestra Paulina Solís dejó, a sus 98 años, un gran legado pues el baile de Flor de Piña hoy es un emblema de la gran fiesta oaxaqueña
Creado exclusivamente con el fin de engalanar la Guelaguetza, el baile de Flor de Piña fue concebido por Paulina Solís Ocampo en 1958, como respuesta a una petición del entonces gobernador del estado, Alfonso Pérez Gasga, quien solicitó al municipio de Tuxtepec, una danza tradicional que reflejara la identidad propia de la Cuenca del Papaloapan, lejos de las jaranas jarochas.
Y hoy, a más de 60 años de su presentación en el Lunes del Cerro de la Guelaguetza, el baile de Flor de Piña se ha convertido en un ícono de la magna fiesta, ovacionado por quienes tienen la suerte de atestiguarlo. Desafortunadamente, el pasado 09 de julio, su creadora falleció de causas naturales a los 98 años.
¿Quién fue Paulina Solís?
Nació en Tuxtepec, Oaxaca, en junio de 1925. Fue madre de tres hijos, Jorge, Rosa María y Luisa del Carmen. En cuanto a su carrera artística, se desempeñó como docente durante 50 años, hasta su jubilación en el año 2000.
De hecho, el renombre llegaría en 1958, cuando era maestra de Educación Artística de la Escuela Francisco I. Madero y autoridades del municipio de Tuxtepec le hicieron llegar la partitura de la melodía Flor de Piña, del compositor oaxaqueño Samuel Mondragón y le pidieron desarrollar un baile adecuado.
Asimismo, en entrevista para el canal de Youtube del Ayuntamiento de Loma Bonita Oaxaca, la maestra Solís comentó lo siguiente:
(La creación del baile) se dio por una necesidad, porque Tuxtepec no tenía baile representativo en la Guelaguetza, nos invitaban y nosotros íbamos con nuestras jaranas; y nos decían no, las jaranas son de Veracruz, son zonas de Veracruz; nosotros queremos algo de Oaxaca. Entonces ellos mismos pensaron que no entendíamos lo que ellos querían y nos mandaron una partitura al ayuntamiento de Tuxtepec para que se le pusiera baile (…) Entonces yo me aboqué”.
Más tarde, la danza creada por la maestra se presentaría por primera vez en el Lunes del Cerro de la Guelaguetza en la Rotonda de las Azucenas el 21 de julio de 1958; y desde entonces es uno de los bailes tradicionales más aplaudidos de la magna fiesta; no solo por la original coreografía; sino por la belleza de las bailarinas; los hermosos huipiles hechos a mano que portan; así como los vistosos moños de seda, los múltiples collares llenos de color y por supuesto, las piñas que sostienen en las manos, frutas representativas de esta región del país.
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