Maravillas de una ruta por la Sierra en Durango

Al occidente de Durango, las cimas de la Sierra Madre Occidental se alzan como dorsos de saurios gigantes esculpidos por los elementos y el tiempo.

Te invitamos a adentrarte en sus cañadas y laderas para descubrir bosques siempre verdes, caídas de agua inesperadas, extrañas formaciones rocosas y pueblos hospitalarios dónde descansar después de un día de aventura.

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Maravillas de piedra y viento

El ejido de Otinapa se encuentra apenas a 40 minutos de la ciudad de Durango, justo en el punto donde las llanuras semiáridas se comienzan a degradar hasta llegar al verde pino de los bosques.

Dependiende del día de la semana, escucharás por sus calles el rugir de las cuatrimotos o el grito de emoción de algún intrépido que se está lanzando en la tirolesa de Otinapa Sierra Camps, un complejo de turismo ecológico y de aventura ubicado en las inmediaciones del ejido.

Este parque fue fundado hace más de diez años por una familia de dicha localidad, y desde entonces se ha consolidado como una de las mejores opciones de hospedaje y actividades de aventura en esta parte del estado.

A poco menos de 30 minutos del parque se encuentra el espectacular puente ferroviario de Otinapa, una mole de acero anaranjado desde la cual podrás arrojarte del bungee ¡a más de cien metros de altura!

A tus pies, verás el caudal del río Chico empequeñecido por la altura, mientras que a tu alrededor te acompañarán las paredes rocosas de la sierra. Cuando te encuentres al filo del vacío, sujeto solamente a la liga del bungee, lo único que resta es dar el paso definitivo ¡y brincar!

Después de pasar una noche al calor de las fogatas de Otinapa, te recomendamos salir muy temprano para admirar el amanecer a mitad del bosque. Toma la federal 40 en dirección a Mazatlán y maravíllate por la forma en que las estribaciones de las montañas se van sucediendo de forma violenta.

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Verás altos pinos, riscos caprichosos y quebradas de varios centenares de profundidad. Transcurrida una hora, aproximadamente, notarás los atisbos de la población más grande de la zona serrana: El Salto.

Tras varios giros y vueltas sobre la carretera que va de El Salto a Pueblo Nuevo, llegarás al Centro Ecoturístico Puentecillas, en el ejido El Brillante.

Su mirador, ubicado a menos de un kilómetro al poniente de la entrada principal, y con una altura de 2,800 metros sobre el nivel del mar, ofrece una espectacular panorámica de las sierras de Santa Lucía, Chavarría Viejo y Pino Gordo, las cuales se suceden una tras la otra como si se trataran de la escenografía de una monumental obra teatral.

Al fondo verás las cañadas, valles y estribaciones serranas cubiertas por la niebla del atardecer. Si decides aplaudir al ponerse el sol no te culparemos por ello. Solo prepárate, pues la acústica y la claridad del aire harán que tu aplauso solitario se escuche como ovación.

¿Quieres visitar otro planeta sin salir de la sierra? Te sugerimos entonces trasladarte a uno de los rincones más surrealistas de Durango, un paraje donde el tiempo se petrificó creando formaciones rocosas a su antojo y labrando las pendientes con el paso del agua.

Nos referimos a Mexiquillo. Llegarás a este sitio de ensueño, tras continuar por las elevadas curvas de la federal 40 en dirección a Mazatlán. Este parque atrae a gente de todo el país por su singular belleza y cuenta con una veintena de cabañas, equipadas con todos los servicios, para recibir a grupos de cuatro y seis personas.

Desde el Jardín de Piedras escucharás el rumor del agua golpeando los guijarros de la cercana Cascada de Mexiquillo, la cual cae casi en un ángulo recto desde una pared de piedra de más de 20 metros de altura.

En un sector menos visitado –pero no por ello menos atractivo– del parque se ubica la Laguna de Mexquillo, de plácidas aguas azules. Al igual que el Jardín de Piedras, está rodeada por curiosas formaciones pétreas que harán que quieras tomarle foto a la laguna desde todos los ángulos posibles.

Ya conociste algunas de la maravillas naturales que ofrece la sierra de Durango, por ello toca el turno de sorprenderte con una espectacular obra realizada por el hombre: con una altura de 402 metros y una longitud de 1124 metros, el Puente Baluarte Bicentenario cierra con broche de oro este recorrido a través de las estribaciones serranas.

Cuando pases debajo de los colosales cables que lo sostienen no podrás evitar reconocer su esfuerzo, pues construirlo requirió enfrentarse al clima, la altura, lo escarpado del sitio y las dificultades del terreno.

Cómo llegar:

Para concoer los destinos sugeridos, debes contar con auto o bien rentar uno y dirigirte a las autopista 40 con dirección a Mazatlán

De Durango a: 

Otinapa – 56 km

El salto – 94 km

Puentecillas – 123 km

Mexiquillo – 213 km

Arturo Torres Landa