Tenates, cestos de palma de origen prehispánico
"¡Por mis tenates!" Conoce artesanía mexicana, prima del petate y el chiquihuite, que tiene múltiples usos y una gran belleza.
Los tenates son una de las artesanías más antiguas de nuestro país. Se trata de una cesta alta y ovalada hecha de palma o tule. Es semejante a un chiquihuite, por lo que suelen llamarlo con ese nombre, sin embargo, se diferencia en la estructura, pues el chiquihuite es recto y de baja estatura.
Asimismo, puede ser considerado un primo del petate, pues están hechos con los mismos materiales y pueden tener decoraciones parecidas, como lo son tirillas de colores para formar patrones geométricos.
Los tenates tienen una gran cantidad de funciones: puede servir como almacén de tortillas, para cargar frutas durante la cosecha o para almacenar granos.
También se puede utilizar para hacer queso, como ocurre en algunas regiones de Hidalgo, basta con esterilizar el tanate con agua hirviendo, ya que es muy resistente al estar hecho de una fibra vegetal flexible. Con el cesto se da forma al queso, el cual se conoce como «queso tenate«.
De acuerdo con el Gran Diccionario Náhuatl, la palabra tenate proviene de la voz nahua tanatli que se traduce literalmente como «espuerta«.
La técnica para elaborar los tenates es el entrecruzado de doble ligadura para formar dos franjas de cuadretes. En ocasiones suele adaptarse con mecate de ixtle para poder cargarlos como cesta, o con un cintilla larga para el uso de los tamemes.
San Pedro Tetitlán, Puebla, «la cuna de los tenates finos»
Actualmente los tenates siguen siendo una artesanía popular, pero difícilmente compiten con la producción industrial de contenedores de plásticos, pese a su calidad, belleza y nula huella ecológica. Son manufacturados en amplias regiones de centro y sur de México, empero hay una región que sobresale: San Pedro Tetitlán, Puebla.
San Pedro Tetitlán, también conocido como «la cuna de los tenates finos», pertenece al municipio poblano de San José Miahuatlán. Se trata de una región donde aún se preserva ampliamente el habla del náhuatl como lengua materna y cotidiana. Allí, mujeres con cabello trenzado y coloridos huipiles y mandiles producen desde la más tierna infancia tenates con las palmas de la región. Los hay pequeños, medianos y grandes, todos hechos con minucioso cuidado para evitar que la palma se troce.
Los tenates tienen su propio festival en San Pedro Tetitlán, además, son utilizados para decorar la iglesia durante la fiesta patronal, sirviendo como floreros. La belleza de estas artesanías, que desafían la producción en serie, también hace que sean elementos ornamentales ideales para las ofrendas de Día de Muertos. Pueden servir como floreros o contenedores, siendo un complemento perfecto en las ofrendas más tradicionales que se suelen colocar sobre petates o para decorar las tumbas durante las veladas.
Las artesanas de San Pedro suelen comerciar en el centro del pueblo, donde cuentan con un pasillo artesanal. Sin embargo, su trabajo también tiene presencia en municipios aledaños.