Zona arqueológica de Tetzcotzinco, vestigios de lo que fue una hermosa ciudad
A 32 kilómetros de la capital se ubica la zona arqueológica de Tetzcotzinco, albergue prehispánico de los espléndidos jardines de Nezahualcóyotl
Olvídate de la rutina y escápate:
Pahua, un restaurante con gastronomía consciente en Valle de Bravo
Ubicada en Texcoco, Estado de México, la zona arqueológica de Tetzcotzinco, Texcotzingo o Tezcutzingo, se refiere al diminutivo de Tetzcoco, traduciéndose como pequeño Tetzcoco. Sin embargo, el vocablo tzin en náhuatl significa respeto o aprecio, por lo que también podría entenderse como lugar hermoso y apreciado.
Y vaya que lo era, pues en una superficie de 122 hectáreas se extendían, magníficos, los jardines de Nezahualcóyotl, el rey poeta y soberano de Texcoco, quien los diseñó en el siglo XV (aproximadamente en 1431) con el fin de recopilar la flora y fauna del imperio; cultivar plantas medicinales y también como un espacio personal para retirarse del mundo y meditar.
la zona arqueológica de Tetzcotzinco, recreación del paraíso
Los jardines constituyeron un espacio para el disfrute de la naturaleza con residencias veraniegas imperiales y cortesanas. Además fueron un lugar sagrado, dedicado a Tláloc, dios de la lluvia, donde se llevaban a cabo rituales religiosos y hasta observaciones astronómicas.
De igual forma, Tetzcotzinco destaca como una compleja obra hidráulica, con canales y acueductos que llevaban agua entre las estructuras labradas en piedra como El Baño de la Reina, una tina monolítica o el Trono del Rey, una edificación conformada por plataformas, muros y escalinatas en diferentes niveles.
Otras estructuras igualmente destacadas en el lugar son La Plaza de las Danzas, con tres plataformas y escalinatas al frente, donde aún se pueden apreciar los restos de un trono labrado en roca; y por supuesto, el Templo a Tláloc en la parte más elevada del lugar, con una serie de rocas labradas con el rostro del dios con sus anteojeras, bigotera y un par de colmillos.
Un espacio de gran belleza
A pesar del paso del tiempo, Tetzcotzinco aún se considera no solo una de las obras de ingeniería civil e hidráulica más importantes de la época prehispánica, sino de las más bellas.
Se sabe que a la llegada de los españoles, el lugar se encontraba en su esplendor y el propio Bernal Díaz del Castillo lo menciona en sus obras como un sitio de extrema belleza. Además, fue inmortalizado por el renombrado pintor José María Velasco en su óleo titulado Baño de Nezahualcóyotl.
Finalmente, la zona arqueológica hoy en día pertenece al Sistema Tetzcotzingo, área natural protegida y fue declarada zona de monumentos históricos en 2002 por el gobierno de México.
Zona arqueológica de Tetzcotzinco
Cómo llegar: desde la Ciudad de México toma la carretera México-Texcoco hacia el Parque Molino de Flores y luego sigue la desviación hacia el poblado de San Nicolás Tlaminca.
Horario: Martes a domingo de 10 h a 17 h
Costo: entrada libre.
¿Quieres escaparte a Estado de México? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable