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Títeres mexicanos Rosete Aranda: entre lo tétrico, el arte y la historia

Títeres Rosete Aranda historia

Hasta 100 títeres eran movidos al mismo tiempo para crear escenas que hacían que el público creyera que se trataban de personas reales y no marionetas.

Cuando el afamado cronista Ignacio Manuel Altamirano vio por primera vez en acción a los títeres de la compañía Rosete Aranda, determinó que era muy probable que aquellas marionetas tuvieran un “demonio interior” que las agitara. 

Era el año de 1890, cuando el escritor presenció en el Teatro América de la Ciudad de México aquel espectáculo que a ratos lo divirtió, pero también le dio miedo, puesto que los muñecos eran dominados con tal destreza por sus manejadores que rivalizaban con la realidad, según su propia descripción. 

Rosete Aranda

Santa Anna, Díaz y Juárez, admiradores de los títeres Rosete Aranda

Fue tan popular el show que ofrecía la compañía de títeres Rosete Aranda que ni siquiera las figuras públicas más grandes de la época como Antonio López de Santa Anna, Benito Juárez y Porfirio Díaz se perdieron sus  presentaciones. 

Rosete Aranda

Incluso el 15 de septiembre de 1891, instalaron este espectáculo de marionetas, ni más ni menos, que en el Castillo de Chapultepec para representar con los títeres el Grito de Independencia, esto durante la administración de Díaz, quien no se perdió la presentación por supuesto. 

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Un espectáculo para las masas de la época

Era un espectáculo de masas, y como no, si los encargados de montar cada obra se esmeraban en tocar temas que daban al centro de la diana en el gusto de la gente: 

La aparición de la Virgen de Guadalupe”, “El panadero y la muchacha de la escuela”, “Don Folías del pescuezo largo”, La vuelta al mundo por Mamerto”, “La bendición de un santo”, “Las fiestas del centenario de la Independencia”, “Las batallas del 5 de mayo” y las “Coplas de don Simón”, por mencionar algunas. 

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Hasta 100 marionetas en acción en un solo acto

Pero los temas populares quizá no hubieran maravillado tanto a la gente por sí solos, la cereza del pastel era el uso de hasta 100 marionetas es una sola escena, también los fuegos pirotécnicos reales como en la puesta llamada “La procesión” en donde se representaba el bailable del jarabe poblano con todo y orquesta en vivo

La empresa inició en Huamantla, Tlaxcala, en 1835, por idea de los hermanos Aranda: María de la Luz, Hermenegildo, Buenaventura y Julián. Sus primeros títeres fueron de cabezas de barro, cuerpo de trapo y alambre. De inmediato empezaron a ser muy populares. A los pocos años tuvieron un afortunado encuentro con Margarito Aquino, un emigrante italiano que les enseñó a fabricar los títeres con madera. 

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Les llamaban “autómatas”, aunque solo eran grandiosos títeres

Por ahí de 1850, María de la Luz se casa con Antonio Rosete, a quien conoció en lo que hoy es Tlalpan, Ciudad de México, a partir de este momento la compañía toma el nombre de “Empresa Nacional Mexicana de Autómata Hermanos Rosete Aranda”, adquiriendo a partir de ahí un fama todavía más grande.   

Presentaciones en todo el país, muertes de fundadores, traspaso a empresarios, vinieron con los años. En 1952 la compañía tuvo su programa de televisión en el Canal 4, llamado Teatro en miniatura, en el cual presentaban actos varios y óperas con ayuda de discos de vinilo, ésta sería la última etapa de la compañía de títeres en cuestión. 

Los títeres Rosete Aranda se dispersaron por todo el país

El mobiliario, accesorios como pequeñas copas, instrumentos musicales, caños miniatura y obviamente las mismas marionetas, se fueron dispersando con los años, quedando en manos de coleccionistas privados y hasta tianguis populares.

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En 1970 el INBA adquirió en el mercado de chacharas de la Lagunilla un lote de 565 títeres y 14 libretos de aquella empresa. Mientras que el Museo Rafael Coronel de Zacatecas, tiene otros títeres que fueron de la familia Rosete Aranda. Otros tantos los tiene el Museo Nacional del Títere de Huamantla, Tlaxcala, en donde toda la historia empezó.

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