Tlaxcalli, el origen de la tortilla como la conocemos hoy
Conoce la historia del tlaxcalli, la forma como los españoles conocieron las tortillas en México.
Tlaxcalli es el nombre náhuatl con el que los conquistadores españoles conocieron a las tortillas, la base de la alimentación mexicana proveniente del maíz; fruto de la tierra del que nacieron los primeros hombres, según la cosmogonía de las culturas originarias.
En el primer diccionario de la lengua mexicana (1555), Fray Alonso de Molina apunta como “Tortilla de maíz o pan, generalmente” para el significado de la palabra Tlaxcalli.
Fray Bernardino de Sahagún describiría en sus observaciones que las tortillas que cada día comían los señores se llamaban “Totonqui tlaxcalli tlacuelpacholli”; que significa “Tortillas blancas, calientes y dobladas”. Se las servían dentro de un chiquihuite (canasta pequeña) envueltas en un paño blanco.
La sociedad mexicana moderna podría considerar la palabra Tlaxcalli, como el “nombre original” de las tortillas, pues así se le conocía a lo que los primeros conquistadores en llegar a México pudieron identificar como tal, durante la primera verdadera interacción entre el viejo y el nuevo mundo.
Sin embargo, diversas fuentes han confirmado que las tortillas conocidas como tlaxcalli, no eran como las conocemos hoy en día. Aunque sí existían tortillas delgadas de maíz, el tlaxcalli en sus muchas presentaciones, solía ser un poco más grueso y consistente; más parecido a un pan de maíz que a una tortilla tradicional.
Conoce otros tipos de tlaxcalli y los detalles de la primera vez que los españoles se toparon con las tlaxcalli, o tortillas de maíz, durante los primeros años de la conquista.
Historia del Tlaxcalli
Pero tlaxcalli no era la única manera con la que se le conocía a las tortillas en el México prehispánico. En su Historia General de las Cosas, Fray Bernardino de Sahagún habla acerca de muchos otros tipos de pan de maíz, tortilla o tlaxcalli, como por ejemplo el huetlaxcalli, que quiere decir “Tortilla grande”. Las describe como muy blancas, delgadas, anchas y en extremo blandas.
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En un principio, lo común para los españoles era ver a los indígenas comer sus tlaxcalli calientitas y recién salidas del comal, bien sazonadas con chile. Los europeos, no acostumbrados a las maneras de comer del pueblo mexicano, tardaron un tiempo en adoptar las tlaxcalli; pero eso cambió con el inevitable mestizaje y nacimiento de la inigualable gastronomía mexicana de la que el mundo goza hoy en día.