Totomoxtle, la hoja de maíz que nos recuerda que venimos de la milpa
El totomoxtle –la hoja seca del maíz– transmite serenidad y belleza. Tiene múltiples usos, desde el ornamental, hasta el gastronómico.
La milpa y el maíz son sumamente generosos, lo que motivo a los pueblos mesoamericanos a venerar profundamente este cereal que aún funge como la base alimenticia de los mexicanos. Del maíz todo se aprovecha, incluso lo que las grandes industrias denominaría como basura. Un ejemplo de ello es el totomoxtle, la hoja que cubre las mazorcas y que una vez seca tiene múltiples usos.
Fuera de las grades ciudades, el totomoxtle se utilizan en los mercados para envolver otros productos, como pueden ser jaleas, mantequilla no industrial, quesos frescos e, incluso, esquites. Sin embargo, su principal uso es el de volver a proteger el maíz en la forma de tamal, para garantizar su cocción y la adquisición de nuevos aromas y sabores.
Conservar el totomoxtle no es una tarea fácil, ya que requiere del esfuerzo y tiempo de deshojar delicadamente cada una las mazorcas para evitar que las hojas se rompa y pudran. Posteriormente, deberán dejarse secar completamente, lo que requiere de cuidados para evitar que las hojas se vuele. Finalmente, y no menos complicado, se embonan y amarran en paquetes para su comericialización.
Si el totomoxtle tiene como destino convertirse en un tamal, deberán ser rehidratadas para que vuelvan a ser flexibles y puedan envolver la masa. Otros usos semejantes pueden hacerse con pescado o quesos frescos. Lo mejor de todo es que se trata de deshechos orgánicos que pueden volver a la tierra sin dejar huella ecológica.
Además de funciones domésticas, la hoja de maíz también se usa como forraje, pues es sumamente nutritiva para algunos animales y sirve para complementar su dieta.
El arte del totomoxtle
Sin embargo, el uso del totomoxtle no es secundario, ya que su color natural ocre claro transmite serenidad ornamental. Por ello, una gran cantidad de artesanos realizan todo tipo de creaciones con la hoja como materia primera, desde muñecas, hasta nacimientos e imágenes religiosas. Un ejemplo de la creatividad que inspira la hoja son los trabajos de los hermanos Marco y Moisés Ruiz Sosa, cuyas obras sobresalen internacionalmente.
También existe la posibilidad de usar el totomoxtle en su forma natural como racimos colgantes con o sin mazorcas, lo que transmite la vida de la milpa y el campo a los hogares. Una remembranza de lo que nos constituye, de la tierra de la que hemos emergido y a la que tendremos que volver.
