Un tesoro escondido en el desierto (Baja California Sur) - México Desconocido
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Un tesoro escondido en el desierto (Baja California Sur)

Baja California Sur
Un tesoro escondido en el desierto (Baja California Sur) fifu

De las 25 misiones fundadas en la península entre 1697 y 1767, solo San Javier ha podido mantener hasta hoy el aspecto original que le dieron los jesuitas, por lo que evaluarla es un asunto de proporciones, ya que en varios sentidos puede calificarse de extraordinaria.

 Con ella puede competir en belleza la iglesia de San Ignacio, 200 km al norte, pero fue terminada por los dominicos después de 1768. Por una parte, San Javier es una iglesia de la que muchos pueblos podrían sentirse orgullosos; por otra resulta un templo como centenares más de los que se encuentran en nuestro país. San Javier “es la iglesia mejor conservada de manera original que tenemos (en la península de Baja California)”, señala el arquitecto Enrique González, del centro INAH en Baja California Sur.  UN BARCO EN LA PLAYA  San Francisco Javier Biggé Biaundió fue la segunda misión permanente de los jesuitas en la península. El padre italiano Francisco Píccolo la fundó en 1699, apenas dos años después del establecimiento de Nuestra Señora de Loreto. Se dice que muchos de los cítricos y uvas que hoy se cultivan en las Californias provienen de los que en los primeros años sembraron los jesuitas en San Javier. En 1720, en busca de suelos más fértiles, la misión se mudó a su actual sitio, 19 años después llegó a ésta el jesuita Miguel del Barco, un extremeño que además de destacarse por su labor misional, fue notable como ingeniero, filósofo e historiador. Del Barco escribió varios libros fundamentales sobre la antigua historia californiana; obra suya son también una red de canales de riego, muchas de las nuevas huertas y hasta un olivo de grueso tronco que hasta hoy sobrevive detrás del poblado. Pero, sobre todo, a este misionero se le debe la propia iglesia de San Javier, erigida entre 1744 y 1758.  San Javier constituye un espectáculo insoslayable en la península. “Es una iglesia que en México la puedes ver en cualquier esquina – advierte González-, pero las condiciones que la rodean la acrecientan”. Ciertamente, uno no deja de estremecerse cuando en medio de aquellas soledades descubre tal iglesia – el poblado del mismo nombre cuenta hoy con menos de 200 almas, prácticamente el mismo número que hace dos siglos y medio-, de modo que el recuerdo de la iglesia misional jesuita, como en todo el noroeste de México, se hace presente. El exterior del templo es de por sí formidable. Del Barco y sus catecúmenos no sólo se preocuparon por levantar un inmueble sólido y robusto, sino que lo dotaron de bellos decorados barrocos labrados en piedra. El interior, con tres retablos churriguerescos, es aún más sorprendente, sobre todo cuando se le admira después de haber atravesado la árida sierra de La Giganta. Con esculturas y óleos de primera calidad, los retablos mandados a traer del colegio de Tepotzotlán, en las afueras de Ciudad México, fueron empacados en 32 cajas y a lomo de mula y en barco llegaron hasta la misión. Hoy, se hace menos de una hora en automóvil desde Loreto hasta San Javier, cuando en aquellos tiempos se necesitaban tres días sólo para ese último tramo.  Particularmente notable es la milagrosa imagen de San Francisco Javier en el retablo del altar mayor. Sus fiestas atraen devotos de toda la península y del otro lado del Mar de Cortés. La imagen tiene los ojos rasgados, como si el santo navarro se hubiera mimetizado con los chinos y japoneses a quienes evangelizó en el siglo XVI. ¿Fue ingenuidad del tallador de imágenes que la fabricó? En todo caso se trata de una escultura antológica. San Javier es un lugar imprescindible de nuestra California. Muchos expertos la consideran la iglesia más bella de todo el noroeste.  SI USTED VA A …  San Javier se ubica a 35 km al suroeste de Loreto, por una terracería que se inicia sobre la carretera transpeninsular, dos km al sur de la ciudad. El camino está señalizado y es transitable por todo vehículo, salvo si llueve; en tal caso, infórmese en Loreto sobre las condiciones climatológicas. A su vez, Loreto está conectada por líneas de autobuses con los extremos de la península –La Paz está a 370 km- y por vuelos comerciales con el centro del país y Estados Unidos.  Fuente: México desconocido No. 320 / octubre 2003  activo no   \N \N \N \N no

autor Periodista e historiador. Es catedrático de Geografía e historia y Periodismo histórico en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México donde intenta contagiar su delirio por los raros rincones que conforman este país.
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