Una mirada a la costa del Pacífico

Tal vez no haya nada más fácil que buscar la orilla del mar como recurso para huir de la rutina severa de las ciudades y reencontrar el sonido primigenio de las olas; la espuma que juega caprichosa sobre el agua cristalina; y el sol grande, rojo y redondo que descansa antes del sueño placentero sobre el horizonte de las aguas del Pacífico.

Podríamos pensar, ¿por qué no? En Mazatlán, en aquel que subyugó a los abuelos, con su hilera de casonas frente al malecón donde se acomodan todavía hoy los puestos de frutas y mariscos; en la ciudad que por su trazo y servicios se antoja que debió haber sido un enclave colonial en el que las calles encontraban su límite a la orilla del mar.

El Mazatlán, que conserva todavía palacios como el teatro Ángela Peralta, se extiende hoy hacia la costa norte y nos deja ver sobre la playa su franja cargada de hoteles y modernosresorts. El Mazatlán nuevo aprovecha la brisa, el color y la música que se retuerce a la orilla de lo que fue el antiguo escenario de Olas Altas para atrapar a aquellos que intenten acercarse hasta sus playas en pleno verano.

Sobre la misma costa del Pacífico radiante podríamos acercarnos por tierra, mar o aire hasta un lugar otrora solitario y que hoy está dedicado completamente al turismo, se trata de Puerto Vallarta, territorio de vegetación exuberante situado sobre la costa de Bahía Banderas en el estado de Jalisco.

En la misma latitud que las playas de las famosas islas del Pacífico, Vallarta guarda todavía enormes secretos aun para aquellos visitantes que lo han visto todo.

Cierto también que se trata de un lugar muy conocido, pero que tendrá sin duda muchos atractivos e incluso algunos parajes por descubrir si se aventura uno en busca de sus numerosas playas y sobre todo hasta la Bahía de Chamela que, además de los servicios turísticos con que cuenta, sigue siendo un lugar donde la vida silvestre conserva todo su esplendor.

Para muchos Manzanillo, viejo puerto marino del Pacifico, quedó atrapado en el tiempo y conserva, como prueba de ello, el antiguo casco frente a los muelles en donde es posible asomarse para ver los cargueros que hacen la legendaria ruta de la Nao de China. Con un poco de suerte la familia completa, con el regocijo que eso significa para los niños, podrá visitar alguno de esos barcos y conocer el cuarto de máquinas y la casa de mando con todo y el capitán del navío.

Manzanillo es de esas playas que en otro tiempo fueron vírgenes y que se ha quedado con ese sabor aun cuando ya cuenta con modernas instalaciones turísticas, la mayoría de ellas horizontales.

En verdad son muchas las opciones que ofrece el Pacífico para los visitantes, incluso para aquellos que quieran ir en busca de lugares especiales. Por ejemplo, desde Manzanillo vale la pena hacer un pequeño viaje hasta El Tecuán, brazo de mar localizado al norte, donde se puede acampar y disfrutar de su playa solitaria o aventurarse a entrar a la laguna remando en buena compañía, idea interesante para reconciliarse con el mundo y la naturaleza.

Para nadie es novedad la oferta de playas que tiene Guerrero, que en alguna época fueron consideradas entre las más bellas del mundo. Hoy, no obstante la carga urbana y la presencia de miles y miles de turistas que van a su encuentro, Acapulco todavía representa una oportunidad de tocar y ver de cerca la que un día fue considerada la bahía de la ilusión.

Otra opción en el mismo estado es Zihuatanejo, un lugar para estar cobijado por el sabor de sus callejuelas que se encienden por las noches para dejar disfrutar a los parroquianos de veladas inolvidables, con la seguridad de que al día siguiente existe la posibilidad real de recostarse sobre la playa de La Ropa y degustar deliciosos platillos de pescados y mariscos.

Ya decíamos que sólo mencionaríamos algunos espacios y no todos ni de manera exhaustiva, ya que con cientos de lugares conocidos y desconocidos los que se pueden visitar tomando como punto de partida los más importantes y con mayor número de servicios.

Hacia la costa de Oaxaca está esa sorpresa mayor llamada Huatulco, sitio excepcional dotado por la naturaleza de numerosas y bellas playas. Hoy está en la mente de muchos turistas visitarlo para luego intentar escaparse hacia otros lugares, como Puerto Escondido y de paso recorrer la Laguna de Chacahua.

Sería imposible enumerar todas las playas, los detalles que hacen de cada sitio un lugar inconfundible, las rutas, carreteras, aeropuertos, hoteles, restaurantes, en fin toda la información que se requiere hoy para viajar por tierra, mar y aire.

En todo caso valgan sólo unas frases, y sobre todo las fotografías para animarlo a tomar la decisión de viajar con la familia completa, sin pensarlo mucho, en dirección de algunos de los lugares turísticos de donde pueda emprender un recorrido por otras playas bellas y solitarias en la costa del Pacífico.

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