Acámbaro, la villa más antigua de Guanajuato - México Desconocido
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Acámbaro, la villa más antigua de Guanajuato

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La ciudad de Acámbaro posee una larga historia que se remonta a la época prehispánica. ¡Lánzate al encuentro de este antiguo tesoro del sur guanajuatense!

La ciudad de Acámbaro, en el estado de Guanajuato, posee una larga historia que se remonta a los tiempos prehispánicos. Considerada como el principal centro de la cultura chupícuaro, la cual floreció en esta región entre el año 500 a.C. y el 100 d.C., su nombre mismo es de origen indígena, pues proviene del purépecha akamba que significa maguey y del sufijo ro, locativo de esta lengua, por lo que el topónimo de Acámbaro se traduce como “lugar de magueyes”.

Actualmente se pueden localizar vestigios de esta época de ocupación en los cerros que circundan la ciudad, en donde s muy común encontrar fragmentos de figurillas, tepalcates e infinidad de pequeños objetos que hacen evidente la vastedad que tuvo este poblado indígena.

Por lo que corresponde a la fundación española de la ciudad, ésta se dio (según una cédula firmada por Carlos V) en el año de 1526, bajo el nombre de San Francisco de Acámbaro, siendo su conquistador y fundador don Fernando Cortés, marqués del Valle. Tomando como base este documento, se puede afirmar que la ciudad de Acámbaro es el primer pueblo español fundado en el área que hoy ocupa el estado de Guanajuato.

Para el año de 1580, la villa de San Francisco de Acámbaro contaba con 2600 habitantes, aunque años más tarde y a causa de dos terribles pestes que azotaron el área (1588 y 1595), su población se vio reducida a sólo 1557 personas, núcleo conformado por indígenas chichimecas, otomíes, mazahuas y tarascos (siendo estos últimos la mayoría), además de los conquistadores de origen español.

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Con la llegada de los peninsulares al área, al igual que en todo México, se comenzaron a construir una iglesia, un convento y un hospital para indios, este último por iniciativa de don Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán.

En la actualidad, Acámbaro es la cabecera del municipio del mismo nombre, y se ha convertido en un rico productor agropecuario debido a su privilegiada ubicación, pues se encuentra rodeado de una gran red de canales de riego, así como de varias presas y lagos. La población también ha alcanzado notoriedad a nivel nacional a causa del exquisito pan que producen sus habitantes. Este pan es tan sabroso que se le conoce sencillamente como el “pan de Acámbaro”, y tiene muchas variedades como son las famosas acambaritas, el pan de huevo y el pan de leche.

Cuando llegamos a esta ciudad y caminamos por sus calles, podemos observar cómo se mezclan en perfecta armonía su glorioso pasado con el próspero presente. Asimismo, causa maravilla contemplar el fabuloso convento franciscano de Santa María de Gracia, en cuyo patio central sobresale una fuente bellamente labrada con decoración barroca. La arquería del conjunto está conformada por arcos de medio punto, los cuales están ornamentados con hermosas figuras humanas que representan personajes de la Iglesia católica, y aún podemos observar a los frailes franciscanos caminar por los pasillos del claustro, ya que este conjunto conventual todavía se encuentra a cargo de esa orden religiosa.

A un costado del convento está edificada la actual parroquia de la ciudad, la cual es anterior en su construcción al claustro anexo. Esta iglesia fue levantada hacia el año 1532, y su estilo arquitectónico se ha clasificado como híbrido tetequitqui.

Junto a este conjunto conventual también podemos visitar el antiguo templo del hospital. Su portada se encuentra enmarcada por un arco plateresco decorado con bellas imágenes esculpidas en cantera, en las que se nota fuertemente la mano del artista indígena. Ya en el interior, el templo destaca por su trabajo, sobre todo por un púlpito tallado totalmente en cantera. Todo este complejo (convento, parroquia y templo del hospital) se encuentra circundado por lo que en tiempos pasados fue el atrio parroquial y en la actualidad es una pequeña plaza en la que podemos sentarnos a admirar la fachada de esas magníficas construcciones. Contigua al templo del hospital, sobre su costado norte, se encuentra ubicada una fuente extraordinariamente decorada con motivos taurinos, que fue construida para conmemorar la primera corrida de toros realizada en la Nueva España en el siglo XVI, y que a causa de estos grabados se conoce como Fuente Taurina, aunque también hay quienes le dicen La Pila del Águila por haberse levantado posteriormente (en el centro de la fuente) un pedestal de estilo corintio con un águila posada en su extremo superior.

Otro punto interesante para visitar es el mercado municipal, en el que sobresale una bella fuente predominantemente morisca que data del siglo XVII, y si nuestro estómago comienza a reclamarnos un poco de alimento, en él podemos adquirir una exquisita fruta fresca de la temporada y degustarla tranquilamente en una de las bancas del jardín principal, mientras observamos el bello kiosco que se encuentra en el centro de este florido lugar.

Una obra arquitectónica de gran envergadura que debe conocerse en Acámbaro, es el majestuoso puente de piedra que cruza el río Lerma. Este puente, considerado como uno de los más grandes y bellos de nuestro país, fue construido en el siglo XVIII, está flanqueado por cuatro bellas esculturas de cantera (dos en cada uno de sus extremos) y su construcción se le atribuye al insigne arquitecto guanajuatense Francisco Eduardo Tres Guerras.

En nuestro recorrido por las tranquilas y evocadoras calles de Acámbaro, nos topamos de pronto, sobre la avenida Hidalgo, con tres de las 14 ermitas que se hicieron para la escenificación del Viacrusis de Semana Santa en el siglo XVII.

Esta ciudad es también un importante centro de comunicación ferroviaria, pues en su estación convergen distintas rutas hacia diversas partes del territorio nacional y en ella se localiza uno de los más completos centros de mantenimiento para carros de ferrocarril que existen en nuestro país.

Ya en las afueras de la población y tomando la desviación hacia Salvatierra, a escasos 23 km de Acámbaro, se llega a Iramuco, pequeña población localizada a la orilla del Lago de Cuitzeo. En este lugar podemos tomar un pequeño bote que nos adentrará en el lago, donde podemos poner en práctica nuestras habilidades para la pesca o simplemente dedicarnos a disfrutar del paisaje.

Por el mismo camino a Salvatierra, es indispensable que visitemos el poblado de Chamácuaro, donde nos aguarda una hermosa y refrescante caída de agua en la que podemos darnos un buen chapuzón o bien descansar plácidamente a la sombra de los milenarios sabinos que hacen guardia a ambos lados del tradicional río Lerma.

En esta visita al estado de Guanajuato no sólo disfrutamos del inquietante pasado y de las hermosas construcciones coloniales de Acámbaro, porque como un dique desbordado la ciudad nos conduce también a exóticos parajes donde fuereños y guanajuatenses pueden disfrutar de una naturaleza no contaminada.

SI VAS A ACÁMBARO

La ciudad de Acámbaro se encuentra situada en el sureste del estado de Guanajuato, a 1 945 msnm y a tan sólo 291 km de la ciudad de México. Cuenta con todos los servicios turísticos (hoteles, gasolinerías, restaurantes, discotecas, etc).

Para llegar a esta ciudad se puede tomar la autopista federal número 45 hasta la ciudad de Celaya. Al llegar a ésta, se toma la carretera estatal número 51, con rumbo a Salvatierra y a 71 km de la ciudad de Celaya, arribamos a Acámbaro. Toda esta ruta se puede hacer por carreteras en perfecto estado.

Otra ruta para llegar desde la Ciudad de México a esta ciudad, es la de tomar la carretera núm. 55 que sale de Toluca hacia Atlacomulco; más adelante de este poblado, desviarse a la derecha en la carretera núm. 61 que lleva directo a la bella ciudad de Acámbaro.

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