6 lugares imperdibles en Real de Asientos

Empieza bajo tierra y atrévete a cruzar los túneles

Hace aproximadamente 300 años los indios chichimecas construyeron unos túneles debajo de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén para protegerla de las filtraciones de agua. Piérdete en su lúgubre belleza mientras descubres los altares dedicados a Nuestra Señora de Belén, la Virgen de San Juan y el Sagrado Corazón de Jesús. Ya en la superficie, visita la Parroquia y su increíble Cristo articulado, hecho nada menos ¡que con restos humanos! Así es: su cráneo, costillas y dientes pertenecieron a algún antiguo habitante del lugar y hay quienes aseguran que su pelo sigue creciendo, ¿te atreves a comprobarlo? A un costado verás la Pinacoteca Parroquial que guarda un cuadro único en América Latina que representa la circuncisión del Niño Jesús y una obra firmada por Miguel Cabrera. Siguiendo a la izquierda, está la Casa del Minero en el edificio que antaño fuera una tienda de raya y que exhibe un magnífico trabajo en cantera y herrería.

Descifra el enigma y ¡hazte millonario!

La Casa Larrañaga perteneció a uno de los fundadores del poblado de Asientos, don Gaspar Benito de Larrañaga y, aunque no se puede visitar el interior, basta con admirar su hermosa fachada. Te aseguramos que vale la pena ya que, cuenta la leyenda, que aquel que logre descifrar el escudo de la familia encontrará tres tesoros: uno en la propia casa, el segundo en la casa del minero y el tercero en el puente blanco. Ni quien se resista…

El cementerio más antiguo

Asientos cuenta con el cementerio más antiguo de Aguascalientes, el Panteón de Guadalupe. En él se solían enterrar a los españoles en función a su nivel social según hayan sido sacerdotes, ricos o pobres. Sobre el muro que une el camposanto con el santuario están pintadas imágenes del juicio final y al recorrerlo verás que ahí los muertos no solo están bajo tierra, sino que puedes ver varias osamentas y momias expuestas que te pondrán los pelos de punta. Otra experiencia espeluznante se vive en el Templo y Ex Convento del Señor del Tepozán que conserva casi intactas las celdas donde vivían los monjes franciscanos. Ahí podrás ver sus vestimentas y las habitaciones donde se flagelaban. El realismo es tal que hay quien asegura que aún se escuchan sus quejidos y lamentos. Los más osados realizan el recorrido nocturno y saliendo muchos optan por rezarle al milagroso Señor del Tepozán, patrono de los mineros, que ahí se encuentra.

De Madagascar y Sudáfrica hasta Asientos

El Museo Vivo de Cactáceas conserva una impresionante colección de más de 1,500 plantas de 45 especies, principalmente agaváceas, cactáceas y crasuláceas, provenientes de tierras lejanísimas, algunas fueron decomisadas a traficantes. En sus instalaciones también existe un agavario, un invernadero, cactáreo, herbario y zona de reproducción. Saliendo, admira el Acueducto elevado en el que se han encontrado monedas de siglos pasados.

Conviértete en todo un chichimeca

El jefe de la tribu te enseñará  a cazar conejos a puro tiro de flecha (sin lastimar a ningún animal), visitarás la choza de la yerbera y aprenderás sobre sus plantas curativas. Todo chichimeca que se respete connoce el lanzamiento de heodiche (un antiguo juego de lanzamiento de piedra geoda para tirar huesos), así que no te lo pierdas.
Búscalos en San Marcos 21,
Barrio Los Tepetates con Dolores Segovia
T. 01496 124 6030.

+Acción
Una buena opción para conocer el pueblo, sus atractivos y leyendas es subirse a El Piojito, un tren de varios vagones jalados por un tractor que puedes tomar en la Plaza Juárez. Comenzó a operar desde la primera mitad del siglo XX, cuando transportaba mineral desde la Mina Santa Francisca a la Estación San Gil. Entre sus paradas incluye el Tiro del Coyote –una de las primeras minas del lugar– y el Galerón de los Esclavos, una construcción de la época virreinal.

Plaza principal
T. 01496 967 4056 Ext. 1117
Sábados y domingos
de 11:00 a 18:00 hrs.

Karla Otero Fernández