Amarre de tilma: la ceremonia de casamiento mexica
¿Conoces el ritual de unión que celebraban nuestros antepasados? Te contamos sobre la ceremonia de casamiento mexica o amarre de tilma.
El amarre de tilma es una de las ceremonias mexicas más representativas de esta cultura. Se encuentra registrada en el Códice Mendocino y es una ceremonia espiritual cósmica, llena de simbolismo y amor.
El casamiento en el México prehispánico
El amarre de tilma y de huipil es una antigua ceremonia prehispánica de matrimonio, cargada de simbolismo; es más bien una promesa espiritual, un compromiso de dos almas que desean estar unidos por toda la eternidad, es decir en el aquí y en el ahora, pero también en el más allá, en el lugar del reposo eterno.
Para los mexicas el matrimonio era un acto indisoluble y debía realizarse de la manera correcta para que no fuera invalidado. Eran los familiares del novio los que decidían en que momento el joven debía tomar mujer y así mismo ellos escogían a la novia, posteriormente pedían a las matronas encargadas de estos menesteres que llevaran el mensaje a la familia de la novia y se iniciaran las negociaciones para el casamiento.
Todo era una ceremonia desde el pedimento de mano, ya que los padres del novio tenían que acudir a la casa de la novia a ofrecer obsequios, los cuales eran rechazados en más de una ocasión por los padres de esta como muestra de dignidad.
Era hasta el cuarto intento cuando las matronas lograban cerrar el negocio y los familiares de la novia aceptaban el compromiso. Los padres del novio llevaban valiosos regalos como café, cacao, vino, maíz, y a partir de ese momento y hasta el día de la boda la novia ya no podía hablar con nadie ni salir de su casa.
Concretado el compromiso, se acudía a los adivinos para preguntar cuál sería la fecha más afortunada para realizar la ceremonia; entre los días más recomendados se encontraban cuauhtli, ozomatli, acatl y calli y así era como se decidía la fecha del casamiento.
Un día antes del amarre, se ofrecía un banquete en casa de la novia donde acudían los nobles, mancebos, maestros y padres de los novios, quienes bebían, cacao y pulque. Había gran número de gente, viejos y viejas que ofrecían mantas o maíz a los novios frente al fuego.
En la tarde de ese día se bañaba a la novia y se le arreglaba de todo el cuerpo con flores y pluma colorada; se le sentaba en un petate que previamente el novio daba como ofrenda de unión a los dioses y le colocaba un collar de jade que sellaba el compromiso, todos y cada uno de los familiares del novio pasaban y le daban consejos para llevar a bien una buena vida de casada.
El día de la boda, los familiares del novio iban por la novia para conducirla cargada en una manta al lugar de la ceremonia. Todos iban en procesión, con antorchas encendidas paseaban por las calles, al llegar se le esperaba con incensarios y toques de caracol; el novio la tomaba y entraban para iniciar la celebración.
La madre del novio lo limpiaba con un ramo de flores blancas de cabeza a pies para purificarlo. Así mismo hacía con la novia y posteriormente colocaban las flores en el altar.
Los novios se sentaban en un petate tejido con palma y su huipil y tilma (manta de algodón que se amarra del hombro como especie de capa) eran amarradas por un sacerdote; ya siendo esposos se alimentaban mutuamente con tamales, frutas y semillas.
En el centro del altar se ponía un sahumerio, al que debían de ofrecer copal mientras elevaban rezos a sus dioses para que tuvieran un matrimonio feliz.
Posteriormente, permanecían cuatro días en habitaciones separadas, estas eran preparadas por el sacerdote, quien colocaba dentro de cada habitación un petate, el del hombre lo cubrían con plumas y el de la mujer con flores y una piedra preciosa; durante esos cuatro días solo tenían que rezar a los dioses para el bienestar de su matrimonio.
Finalmente salían de sus habitaciones y podían ya dormir juntos para consumar su matrimonio.
Sincretismo del amarre de tilma
En la actualidad el amarre de tilma se sigue realizando, pero dado que el ritual ha sido rescatado por tradición oral, las formas han ido cambiando con el paso de los años; esto depende del grupo de danza mexica, temazcalpulli o abuelo de sabiduría ancestral que la realice.
Con la llegada de los españoles se hizo un sincretismo entre lo cristiano y la práctica ancestral. Se incluyó la figura de los padrinos, el uso de pétalos de rosa de castilla y el famoso lazo que une a la pareja; en algunos lugares al realizar esta ceremonia las parejas se entregan las arras, los anillos y otros objetos que son propios de una celebración católica
El amarre de tilma en nuestros días
La purificación
El amarre comienza desde muy temprano o incluso un día antes con la ceremonia de temazcalli (baño de vapor prehispánico) en el que la pareja se purifica y limpia de todas las energías y recuerdos que traiga de relaciones pasadas, o cualquier otro problema que pudiera causar desarmonía en su matrimonio para así poder comenzar una nueva historia juntos.
En esta purificación participan los padres de él y de ella, los padrinos y algunos amigos que sean especiales para la pareja; el guía o temachtiani (maestro) hace cantos y dice palabras de amor y consejos que ayuden a la pareja.
Los familiares dan bendiciones y buenos deseos y se lleva a cabo una purificación muy emotiva en presencia de todos los guardianes del universo y de los cuatro elementos de la naturaleza: fuego, agua, viento y tierra.
El altar
Mientras los novios se encuentran en purificación dentro del temazcal, afuera los familiares y amigos arreglan el círculo ceremonial donde se encontrará el altar para celebrar la boda (amarre de tilma).
Durante toda la ceremonia se usan elementos típicos de la cultura nahua. En el centro del Tlalmanalli (ofrenda) se colocan las semillas, el copal, el fuego sagrado que es quien bendice y purifica esta unión y flores de colores o blancas, que se utilizan para decorar el altar de los novios.
También se tiende un petate pintado con las energías de la pareja o con algún diseño prehispánico que represente la unión, el amor, el hogar etc., una cazuela con cuatro tamales, y una canastita que deberá ofrendarle una pareja de casados a los novios en la que colocan granos de maíz de los cuatro colores, cacao, frijol y lenteja.
Otros objetos que deben de estar dentro del círculo ceremonial son un plato y jarro de barro, una cuchara (de preferencia de madera la que tendrá que ser ofrendada por una persona cercana a la pareja), dos coronas de flores que portarán los novios y, lo principal, el lazo que los unirá, este deberá ser de mecate decorado igualmente con flores.
Por su parte la pareja deberá conseguir tres piedras del tamaño y forma que quieran que se colocaran dentro del Tlalmanalli en forma de triángulo como símbolo del tlecuil (fuego del hogar), quien los alimentará y calentará por siempre.
La ceremonia
Las sahumadoras van abriendo el camino para cada uno de los novios y el caracol llama a las esencias del universo que serán testigos y guardianes de esta ceremonia.
Los novios caminan por un sendero al centro del altar donde ya se encuentra su petatl (petate) cubierto de flores, símbolo que resguardará los valores espirituales de unión y fuerza y la responsabilidad de la dualidad hacia la familia que procrearán. En este petate descansarán y encontrarán solución y tregua a las dificultades que les valla poniendo la vida; también sobre el petate, se amarán y concebirán a sus hijos, herederos de su linaje.
Los novios se sientan sobre el petate y se ponen de espaldas; en este momento cada uno reflexionará y hará una recapitulación de su vida amorosa pasada con la finalidad de dejarlo ir al olvido y a partir de este momento amarse solo uno al otro.
Posteriormente se les pide que se coloquen de frente con los ojos cerrados y se tomen de las manos; el sacerdote comienza a hablar sobre el amor para hacer reflexionar a los novios, se les pide que piensen en el tiempo que han pasado juntos, en los bellos momentos y en por qué se escogieron el uno al otro; finalmente, se les pide abran los ojos para ver a quien los acompañara para toda su vida, en los buenos y malos momentos.
Mientras los novios se miran con gran amor los caracoles llaman a las esencias y guardianes de los 4 rumbos y comienza la ceremonia.
Los padrinos de coronas pasan al centro y las colocan en la cabeza de cada uno de los novios. Posteriormente se invita al centro a los padrinos que entregarán la canasta con semillas, símbolo de la abundancia en el alimento y la prosperidad.
El sacerdote pide la cinta con la que amarrará la mano derecha de ella, con la mano izquierda de él y les pasa el plato con comida y el agua en el jarro de barro, les pide que se alimente uno al otro así con las manos atadas, como símbolo de que a pesar de las dificultades siempre saldrán adelante y nunca se permitirán uno al otro quedarse sin alimento. Se invita a una pareja que ya lleve muchos años casados para que pasen al centro y les den consejos de como llevar a cabo un matrimonio duradero y feliz.
El sacerdote o guía espiritual les da aprobar pequeños sorbos de los que llama los sabores de la vida y que serán los que los acompañaran a lo largo de su unión. Así, primero les da a probar agua con limón o café en símbolo de los momentos agrios o amargos que pasarán, enseguida les ofrece agua con sal, símbolo de las lágrimas que derramarán, y por último les ofrece miel, símbolo de los momentos dulces y de amor que deben predominar en su relación.
Finalmente, los novios se levantan, se les coloca el lazo y se realiza el amarre de tilma; es decir, se anuda la capa del hombre con el huipil de la novia consumando este acto de unión simbólico.
Al término de la ceremonia los novios se despojarán de estas ropas y guardarán este amarre en un lugar especial para ellos, ya que será el que les recuerde a cada momento que sus almas y vidas están amarradas por siempre y para siempre.
Gracias a estos simbolismos, se entiende que esta unión se llevó a cabo en la tierra y en los cielos con la bendición de todos los guardianes cósmicos, de los 4 elementos y de la dualidad creadora de vida. ¡¡¡Ometeotl!!!
Se levantan los novios y todos los asistentes les lanzan pétalos de flores en señal de alegría y celebración; en algunas ocasiones la ceremonia termina con una danza ceremonial por parte de los novios.
Si te interesa unirte al amor de tu vida en una ceremonia de amarre de tilma puedes contactar al Temachtiani TlahuiCuauhtli (5546958524).
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