Bahía San Quintín - México Desconocido
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Bahía San Quintín

Baja California
Bahía San Quintín fifu

Bahía San Quintín es un rincón apreciado tanto por fotógrafos como por geólogos y otros estudiosos debido a las formaciones rocosas donde afloran capas de diversas épocas y por su cadena de volcanes.

Es también zona de gran actividad turística con playas como Pabellón y Socorro. Una de sus islas cercanas, de San Martín, se encuentra a 48 km. al sur de Cabo Colonet. Es lo que quedó de un volcán extinto y se distingue por su forma circular. 

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En la isla hay una caleta donde se encuentran los langosteros, además de una pequeña laguna en la que habitan focas y leones marinos. San Martín, está cubierta de roca volcánica, cactus y matorrales. Varias especies de aves marinas anidan en la isla.  Nuestra siguiente parada es Venustiano Carranza y Bahía Santa María, en donde encontramos la preciosa Playa de Oro. Adelante, en mar abierto, se extiende una playa larguísima.

La carretera transcurre junto a la costa, por lo cual podemos escoger el lugar que mejor nos parezca para detenernos a tomar un chapuzón en la ribera.  A partir del Rosario, la carretera número 1 se interna en la península y no toca la costa occidental sino 300 km. adelante. Aunque deshabitado a tal grado que es más fácil encontrar ballenas grises que seres humanos, toda esta zona costera puede ser cubierta por jeep o vehículos similares de doble tracción. Puntas Baja, San Antonio, San Fernando, Juan Carlos, Canoas y Punta Blanca son poco visitadas porque su acceso es toda una aventura. 

Punta Baja se encuentra aproximadamente a 42 km. de la isla San Martín del otro lado de Bahía Santa María. Hay playas y acantilados y abunda el alga marina. El oleaje es fuerte, por lo que es un lugar preferido por surfeadores. Hay un pequeño pueblo donde se encuentran provisiones.  Después de El Rosario la brecha nos conduce hacia el cañón San Vicente y nos lleva adelante a unas cuevas con pinturas rupestres. Por la misma llegamos después a Punta San Carlos, lugar ideal para que atraquen los yates.  Si va a adentrarse por estas veredas, le recomendamos llevar un buen equipo de exploración con todos los abastecimientos necesarios, herramienta para autos, agua suficiente y botiquín para primeros auxilios, incluyendo suero anticrotálico y antialacrán así como una muy buena brújula, ya que son zonas deshabitadas. 

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A partir de aquí el clima se torna más extremoso, el calor es más fuerte de día y las noches bastante frías. Para llegar a ciertos lugares es necesario dejar el auto para seguir a pie. Entre Punta San Carlos y Punta Canoa está Santa Catarina, puerto en el que en un tiempo existió un malecón en donde embarcaban el cobre y el ónix de la mina: El Mármol. 

Todavía se pueden ver bloques de ónix negro en las playas. No hay brecha ni vereda por lo que se requiere retornar a la carretera en dirección a Rosario y continuar hacia Cataviña, lugares donde se puede cargar gasolina. Algunos kilómetros antes hay un crucero que nos lleva a La Bocana, pueblito junto al cual hay una zona arqueológica y donde sale una brecha que lleva al mar. El paisaje es el de una de las regiones más desoladas del mundo. 

 Hacia el norte, como a 35 km., está Punta Canoas; hacia el sur, la brecha costera nos lleva a Punta Blanco, junto a la bahía del mismo nombre. Nada como detenerse en este lugar y caminar por la playa.  Hay diferentes puntas, bahías y playas en los kilómetros subsecuentes. Como en ninguna parte, el mar demuestra aquí su incomparable belleza y poderío. En algunas partes golpea los promontorios de rocas, en otras el mar es más calmado. 

Después de Punta Cono, Punta María, Punta Prieta y Punta Rocosa llegamos hasta Santa Rosalita. Volvemos a abastecernos de gasolina, agua y demás víveres. Aquí hay pistas de aterrizaje para avionetas. Además la Bahía Santa Rosalía, ubicada entre los puntos Santa Rosalita y Rosarito, es un espacio para gozar del agua y la brisa marina.  Después de Rosarito, a pocos kilómetros de Santa Rosalita, la costera prosigue en línea recta hasta Guerrero Negro, pasando por Villa Jesús María, muy cerca del morro Santo Domingo, esta pequeña bahía da comienzo a una serie de lagunas en la península donde inicia el Desierto de Vizcaíno.

La primera es laguna Manuela, la segunda Guerrero Negro, y la tercera, más grande e importante, Ojo de Liebre. Las tres son refugio de la ballena gris.  El desierto El Vizcaíno inicia poco después de Jesús María. Sus dunas enormes se tienden a lo largo de muchos km. Sólo interrumpidas de vez en cuando por cirios y otras cactáceas. El sol convierte el paisaje en un piélago resplandeciente. 

En Guerrero Negro se encuentran las salinas más grandes del mundo.  Ubicado en el límite de los estados de Baja California y Baja California Sur, con la presencia de las lagunas Guerrero Negro y Ojo de Liebre, junto a la Bahía Sebastián Vizcaíno que baña la playa Malarrimo, este es uno de los lugares más bellos de la península.  Mar adentro se encuentra la Isla Cedros, accesible tanto por aire como por agua.

Este es un importante centro empacador de pescado y su puerto es el de mayor calado en el país, con capacidad para recibir buques de hasta 100 mil toneladas. Cuenta con una cumbre de 1,250 m; una de sus laderas está repleta de cedros y surge un manantial que surte de agua a la población. Unos faros enormes vigilan, sus extremos norte y sur, la llegada de buques de muchas partes del mundo. 

Islas San Benito se localizan al oeste de Isla Cedros. Son muy conocidas por los amantes de la pesca. La isla del este y la del centro están deshabitadas. Leones de mar y focas usan la del centro como área de crías. En la del este se puede practicar el surfing.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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