Bordados acatecos, uno de los tesoros textiles de Guerrero
Los bordados acatecos son un tesoro textil que merece ser conocido, apreciado, y preservado para las generaciones futuras.
Los bordados acatecos son una manifestación artística profundamente arraigada en la identidad cultural de la región de Guerrero, México. Estos textiles son más que simples prendas; son portadores de tradición, historia, y simbolismo que se transmiten de generación en generación.
El arte del telar de cintura
El proceso de creación de los trajes acatecos comienza con el uso del telar de cintura, una técnica ancestral de esta comunidad de la región central de Guerrero, que es preservada con esmero por las mujeres de la comunidad.
Este tipo de telar permite la creación de los enredos de algodón, piezas esenciales en los trajes tradicionales. Las telas están compuestas por dos tiras, cuyas franjas de color añil oscuro y azul pálido se disponen de manera armoniosa, formando patrones que evocan los elementos naturales de la región.
El diseño de las franjas no es aleatorio. En la parte inferior de la tela, las franjas más anchas simbolizan la conexión con la tierra, mientras que las franjas más estrechas hacia la cintura representan la ascensión hacia lo espiritual.
Por otro lado, las rayas oscuras, que permanecen lisas, contrastan con las rayas claras, que están adornadas con bordados realizados con puntadas cruzadas y punto hierba.
Estos bordados, hechos con seda floja de colores vivos, son un reflejo del entorno vibrante y la biodiversidad que caracteriza a Guerrero.
Simbolismo en los bordados acatecos
El bordado acateco no solo es un ejercicio estético, sino también un lenguaje simbólico. En el centro de la falda, uno de los elementos más destacados es la representación del águila y la serpiente, símbolos profundamente arraigados en la cosmogonía mesoamericana.
El águila, con su vuelo majestuoso, representa el poder celestial, mientras que la serpiente, conectada a la tierra, simboliza la fertilidad y el ciclo de la vida.
En tanto que el ceñidor, una pieza tejida en fábrica, complementa el conjunto con sus rayas negras, rojas, amarillas y azul pálido. Aunque suele quedar oculto bajo el huipil, su presencia es fundamental, pues representa la unión de los elementos de la naturaleza en un equilibrio perfecto.
El huipil: una obra maestra de bordado
El huipil, es una pieza elemental de los trajes regionales de los acatecos. La tela del huipil se dobla sobre sí misma y se corta en el centro para crear el escote redondo.
En los hombros, una franja de alrededor de 40 cm de ancho está ricamente bordada con animales y flores, motivos que reflejan tanto la flora como la fauna local.
Este bordado no solo embellece la prenda, sino que también lleva consigo historias de protección, fertilidad, y conexión con el mundo espiritual.
Por ello, el huipil se puede entender como una reliquia del conocimiento ancestral y de la habilidad de las mujeres acatecas, quienes preservan este arte a lo largo del tiempo.
Más allá de su función como vestimenta, los textiles acatecos juegan un papel central en la vida social y cultural de la comunidad. Las mujeres acatecas no solo visten estos trajes en su vida diaria, sino que también los utilizan para portar a sus hijos, envueltos en una sabanita o rebozo sin flecos, que llevan sobre un solo hombro.
Los bordados acatecos son una expresión cultural que trasciende el tiempo y el espacio. Cada prenda es un testimonio de la riqueza cultural de Guerrero y de la habilidad artística de las mujeres acatecas.
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