Calaveritas de chocolate en un altar de cráneos mexica
Un empresario pretendía vender calaveras de chocolate en Día de Muertos en un edificio del Centro Histórico sin saber que debajo del inmueble existía el más grande altar de calaveras del mundo mexica
Hace menos de una década el famoso chocolatero belga Eddy van Velle compró el edificio número 24 de la calle Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México para instalar en ese lugar un museo y la tienda de chocolate más sorprendente del país.
La idea desde un inicio fue exhibir en el lugar lo mejor de la chocolatería, incluyendo claro, las calaveras mexicanas, muy tradicionales del Día de Muertos. Sin embargo lo que Van Velle desconocía es que alguien ya había hecho algo similar en el mismo sitio al menos 500 años atrás.
Las cosas ocurrieron así: En 2015 un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizaron en el sótano de la futura chocolatería una plataforma rectangular con 34 metros de longitud en cuyo centro existe un núcleo elaborado con cráneos humanos.
Fueron 450 las cabezas localizadas en ese lugar, todas ellas unidas con argamasa de cal, arena y gravilla de tezontle; no hubo duda: se trataba del Huey Tzompantli, el más grande altar dedicado a los dioses en el que se colocaban las cabezas de todos aquellos que se les había ofrecido en sacrificio.
El hallazgo vino a confirmar lo narrado por Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y fray Bernardino de Sahagún sobre una torre de calaveras cercana al Templo Mayor.
Los cráneos, revelan los estudios, pertenecieron a hombres adultos jóvenes, mujeres y niños. Se cree que muchos de ellos pudieron haber sido enemigos de los mexicas. Muchas de las piezas presentan perforaciones parietales.
En una entrevista reciente Agustín Otegui, socio en México del chocolatero belga Edy Van Velle, declaró que desde la adquisición del predio siempre supusieron que había algo debajo del inmueble, pero nunca se imaginaron que se tratara de un Tzompantli, y menos del más importante de todos.
Y la impresión no es para menos, los arqueólogos no descartan que este altar de cráneos sea tan grande que cruce la calle y alcance al subsuelo del atrio de la Catedral Metropolitana.
Aunque el hallazgo detuvo la creación del museo y tienda de chocolates en el 24 de Guatemala, el proyecto sigue estando vigente y se espera que en cuanto termine la investigación se siga con el proyecto de la chocolatería.
Referencias:
Descubren el gran Tzompantli de México-Tenochtitlan
