Cenote Xcabachen, último lugar con agua en el mundo, según una leyenda maya
La leyenda del cenote Xcabachen nos recuerda la conexión entre las comunidades indígenas y el agua, un recurso vital y sagrado.
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En el corazón de la península de Yucatán, rodeado de selva densa y misterio, se encuentra el cenote Xcabachen, un sitio envuelto en misterio. ¿Has escuchado sobre la leyenda de este lugar? Aquí te la contamos.
Según una antigua leyenda maya, este cenote será el último lugar con agua en el mundo, un refugio sagrado en tiempos de sequía y desesperación.
La leyenda del cenote Xcabachen
El cenote Xcabachen, cuyo nombre se traduce como ‘pozo’, es más que una simple caverna con agua. Se encuentra a pocas calles del centro histórico de Maní, en Yucatán.
Se trata de un pequeño ojo de agua en el fondo de una caverna semiabierta, que la civilización maya consideró sagrado.
De acuerdo con la antigua leyenda, se cuenta que en el pueblo de Maní vivía una curandera con poderes de adivinación otorgados por los dioses del Mayab.
Se decía que esta mujer predijo diversos sucesos entre los que destacan la llegada de los españoles, la aparición de grandes ‘animales’ que trasladarían a los humanos a grandes distancias, y una futura guerra por el agua.
Sin embargo, en una de sus profecías, la curandera dijo que cuando el mundo se acerque a su fin y el agua se haya agotado, el cenote Xcabachen será el último lugar con agua en la Tierra.
La guardiana maya
Pero la leyenda agrega que, en ese momento de extrema necesidad, una guardiana maya emergerá de la cueva con una serpiente en la mano, simbolizando al dios Kukulkán.
Esta figura demandará sacrificios, como una ofrenda y alimento para el reptil divino.
Por ello, la guardiana ofrecerá, por cada sacrificio, una cáscara de cocoyol llena de agua. Las personas que tengan la fortuna de beber de este líquido sagrado nunca volverán a sentir sed, asegurando así su supervivencia en un mundo devastado.
Breve historia del cenote
Más allá de la leyenda, el cenote Xcabachen tiene un lugar significativo en la historia de Yucatán.
La entrada del cenote fue testigo de un triste episodio durante la conquista española, conocido como el «acto de fe». Fray Diego de Landa ordenó la quema de códices, documentos y esculturas mayas para evangelizar a la población de la región.
El acceso al cenote aún conserva una antigua barda de piedra y un portón que recuerda tiempos pasados. Una empinada escalinata lleva a los visitantes hasta el fondo de la caverna, donde se encuentra el ojo de agua que ha inspirado leyendas.
Para los mayas, este lugar no era sólo una fuente de agua, sino un sitio sagrado que conectaba con lo divino y lo misterioso.
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