La cruz de cal en los funerales mexicanos, ritual para proteger el alma del difunto
Una de las formas para expresar luto en México es la cruz de cal; colocada y levantada en un ritual que mezcla creencias prehispánicas y cristianas
Podemos definir el luto como el conjunto de signos que hacemos públicos para expresar dolor por el fallecimiento de un ser querido. Y en nuestro país, estos signos, como el velorio, la cruz de cal y el novenario, tienen su origen en el llamado sincretismo religioso, la combinación de la cultura precolombina y la cristiana.
Igualmente, son importantes porque brindan, a quienes los realizan, esperanza en la prolongación de la existencia más allá de la vida terrenal.
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Significado de la cruz de cal
Antiguamente, en comunidades indígenas de nuestro país, la costumbre dictaba que cuando una persona fallecía, su cuerpo era colocado sobre una cruz de cal en el suelo; más tarde se iniciaban los rezos y al día siguiente se inhumaba. Hoy, la cruz de cal se coloca en el mismo espacio donde el difunto es velado y nueve días más tarde, se levanta. Sin embargo, el significado de este ritual tiene múltiples explicaciones.
Según el Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana, publicado por la UNAM, uno de sus significados es “levantar la sombra” del difunto, “trasladándola al mundo sobrenatural de los muertos, para evitar que haga daño a los vivos”.
Otros significados
De igual forma, otra posible interpretación apunta a que el difunto sobre la cruz de cal representa las tres horas de agonía que Jesucristo pasó en la cruz antes de morir.
Por último, de acuerdo con la tradición popular religiosa de algunas partes de la Ciudad de México, una de las líneas de la cruz podría representar los pasos del difunto, que en la muerte se encuentra con la otra línea, la de los pasos de Dios.
Los padrinos de la cruz de cal
Para colocar la cruz hay que designar a los padrinos, que además de la cal deberán colocar cinco veladoras alrededor del cuerpo del difunto, así como un vaso con agua. También, el ritual señala que la cruz debe quedarse en el mismo lugar durante el novenario. Posteriormente, al concluir éste, la cruz se levanta para llevarse al panteón, donde se coloca en la tumba del difunto junto con las veladoras.
Finalmente, la cruz de cal, junto con todos los rituales fúnebres, tiene dos objetivos; por un lado, asegurar que el alma del difunto deje pacíficamente este mundo y encuentre su lugar en el más allá; y por el otro, avivar la esperanza entre sus seres queridos, de un reencuentro futuro.
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