Cuilapam: Un ex convento ¡y siete moles para disfrutar en Oaxaca!
Cerca de la capital oaxaqueña se localiza esta pequeña población donde, hasta hace no mucho tiempo, lo más popular era su construcción dominica. ¡Hoy puedes saborear deliciosos moles!
Sin duda, uno de los motivos principales para viajar a Cuilapam de Guerrero, ubicado a 12 km al suroeste de la capital oaxaqueña, es conocer su ex convento. Y no es cualquiera, pues esta construcción presume una espectacular capilla abierta. Alrededor de 1550 comenzó su edificación, por la orden dominica, pero se dice que nunca se concluyó: «los sacerdotes fueron vencidos antes por Hernán Cortés«.
Quizá por ser un territorio sensible tanto para los mixtecos como para los zapotecos, aquí el culto respetó de alguna manera la devoción al aire libre y es desde esta libertad que quien viene se siente abrazado un poco por la danza de los arcos adyacentes al templo, otro tanto por la ornamentación de reminiscencia gótica, por la fachada de inspiración plateresca o el campanario solitario.
Además, este escenario, gestado originalmente para recibir a monjes, terminó siendo celda de Vicente Guerrero y, cuenta la leyenda, de Donahí, la famosa princesa protagonista de un relato mítico regional.
Cuando uno comienza echar al vuelo la imaginación de las posibles historias ahí vividas, es muy posible que el estómago exija ser satisfecho. Muy cerca, hay una opción a considerar:
Cuando oímos la palabra buffet, muchas veces la imagen que nos viene a la mente es comida en cantidades exorbitantes y de baja calidad. Sin embargo, el restaurante-buffet Hacienda Cuilapam ofrece más de 50 platillos típicos oaxaqueños, todos preparados con la sazón y el cariño de una cocina casera. Las tortillas se hacen a mano en el momento, basta con pararse a mirar a la chica que prepara la masa y pone cada una de las piezas sobre un enorme comal para sentir cómo las glándulas salivales se comienzan a activar.
Entre tantas opciones se vuelve un reto decidir a qué entregará uno el estómago. Por eso, la mejor opción es servirse un poco de todo, para así probar diferentes sabores y repetir los favoritos. Entre los platillos estrella está la sopa de flor de calabaza.
La suavidad de su caldo combinado con la fuerza de la flor hacen muy difícil no servirse más de un platón. Si eres amante del mole, este lugar será tu paraíso. Alineadas, encontrarás siete ollas de barro con siete tipos diferentes de mole: amarillo, rojo, verde, negro, mancha mantel, pipián y chichilo. No dejes que nada te detenga: convierte tu plato en un arcoíris de sabor.
Y, como gran final, sería casi un crimen irse sin probar el mousse de mezcal. Asegúrate de comer bien antes, para no emborracharte.
¿Para quién es?
Para los amantes de la cultura y gastronomía oaxaqueñas.
¿Dónde está?
Hacienda Cuilapam
Guerrero No. 80, Barrio de San Sebastián, Carretera a Zaachila, Oaxaca.
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