El cultivo de ostión en Boca de Camichín, Nayarit - México Desconocido
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El cultivo de ostión en Boca de Camichín, Nayarit

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El cultivo de ostión en Boca de Camichín, Nayarit fifu

Viajando por la riviera nayarita los lugareños nos recomendaron visitar el estero Boca de Camichín, en el municipio de Santiago Ixcuintla, ahí nos adentraríamos en una actividad muy peculiar: el cultivo de ostión.

Al pasar por Santiago Ixcuintla tuvimos la oportunidad de admirar el mural Nuestras Raíces, que está en los muros laterales del puente de la arteria principal y cuyo autor es el maestro José Luis Soto quien, entre 1990 y 1992, realizó este magnífico trabajo. El mural está elaborado con materiales cerámicos industriales, en combinación con los materiales propios de la región costera: conchas, arena, obsidiana, piedra laja, vidrio, mosaico, talavera y mármol.

Terminada nuestra visita retomamos el camino hacia Boca de Camichín. A medio camino está la desembocadura del río Grande de Santiago que fertiliza el Valle de Santiago Ixcuintla, al dejar una gruesa capa de limo en cada una de sus avenidas. Esta región cuenta con muchas lagunas, algunas se comunican por canales naturales con el estero de Camichín. Esta red de canales, lagunas y esteros constituye la fortuna de los pescadores ya que es el paraíso de muchas especies acuáticas, sobre todo camarón y ostiones.

Al adentrarnos a la pequeña comunidad pesquera de Boca de Camichín nos sorprende el hecho de que prácticamente todo pueblo está sumergido en millones de conchas, sobre todo de ostión. Así es, nos dicen los lugareños, aquí todos nos dedicamos al cultivo del ostión. Nos invitan a conocer el proceso de esta actividad que sostiene a todo el pueblo. Muchas de las conchas, nos comentan, las traen en camiones de otras regiones, sobre todo de la costa sinaloense donde abundan los conchales; algunos de ellos existen desde la época prehispánica, lo que significa que algún ostión que habremos de degustar más tarde estaría en una concha que fue utilizada con el mismo fin hace más de mil años ¡buen provecho!

Después juntar suficientes conchas, lo que procede es construir una balsa o empilotado con flotadores de fibra de vidrio, sobre los que se fijan unos tablones donde se habrán de fijar las “sartas” que permanecerán sumergidas en el estero. Para elaborar las “sartas” se necesitan además de las conchas, hilo de polietileno y tubo de PVC. Las conchas se perforan y se van colocando una por una en un hilo, entre cada una se pone un pedazo de tubo de unos 10 cm para mantener las conchas separadas.

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En época de lluvias, en junio-julio, los lugareños dicen que los ostiones paren, esto quiere decir que inicialmente se ponen las conchas juntas, sin el tubo separador, para que se peguen las larvas en la orilla del estero y es mucho mejor cuando el agua está “chocolatosa”; este proceso dura aproximadamente seis días. Una vez que la concha tiene la larva se pone en la “sarta” que después habrá de ser colocada en las balsas, donde permanecerán por más de siete meses.

Una balsa en un buen año puede producir hasta seis toneladas de ostión. Hay algunos cooperativistas que tienen más de quince balsas ostioneras que son la aspiración de cualquier pescador. Toda la actividad en Boca de Camichín gira alrededor del ostión, también involucra a los camioneros que transportan las conchas y los tambos o flotadores con que habrán de ser elaboradas las balsas, los que se dedican a perforar las conchas, a ensartarlas con el hilo y el tubo, los que cortan las tablas para construir las balsas, en fin hasta los niños que por algunas monedas abren los ostiones.

En cayucos o lanchas se llega al interior del estero donde se encuentran la mayoría de las balsas, de las que hay más modestas, es decir sin los tambos, que son colocadas más cerca de la orilla para evitar que el mar se las lleve. En estos casos el ostión no crece tanto, sin embargo la gran mayoría tienen de seis a ocho balsas que se encuentran en medio del estero.

Para retirar las “sartas” de los empilotados se requiere de una buena condición ya que en muchos casos hay que sumergirse y emerger con una pesada “penca” donde además de los ostiones vienen adheridas almejas y mejillones. También es interesante ver como algunas de las balsas cuentan con una tienda de campaña donde a veces permanece el responsable para alejar a los amantes de lo ajeno. Los ostiones son vendidos en su mayoría por las mujeres encargadas de las enramadas que están en la playa.

El poblado que se encuentra en este bello estero existe desde hace aproximadamente 50 años. En sus callejones entre la enorme actividad que se genera sobre todo de junio a agosto, que es tiempo de siembra, se alcanza a ver una escuela primaria, una tele-secundaria, antenas parabólicas, la cooperativa pesquera que cuenta con más de 150 integrantes que se benefician por pertenecer a ésta de diferentes servicios como son: camionetas para trasladar el producto, sepelios, reparación de caminos y otras prestaciones. En las enramadas que están en la playa se puede degustar además de los ostiones otras especies pescadas en el estero: robalo, curvina, tiburón, camarón y otros. En Boca de Camichín también se puede practicar la pesca deportiva.

Al salir del poblado para regresar a Santiago hicimos un alto a cinco kilómetros en la playa Los Corchos que tiene arena dorada de fina textura, una pendiente suave y un oleaje regular, pero sobre todo es un lugar limpio donde existe media docena de enramadas donde se puede degustar mariscos con una cerveza helada. El atardecer en Los Corchos es espectacular, tonalidades doradas inundan las enramadas, mientras los lugareños se preparan para cerrar e irse a sus casas en Boca de Camichín; al desaparecer el sol el lugar queda desierto con el solo eco de las olas.

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