El paraíso está en… ¡Tamaulipas!
Si lo que quieres es disfrutar de un excelente viaje, pero no al típico destino de playa, aquí te presentamos uno de los mejores escenarios del estado de Tamaulipas. ¡Descúbrelo!
Si lo que quieres es tener unas vacaciones que no sean al típico destino de playa, en Tamaulipas hay lugares muy especiales, en donde la naturaleza ofrece espectáculos difíciles de presenciar.
Llegamos al aeropuerto de Tampico y abordamos una camioneta que nos condujo, en aproximadamente dos horas, hasta el municipio de Barra del Tordo que, aunque tiene una playa hermosa, preferimos esta vez dejarla de lado y visitar un lugar bendito por la naturaleza que se encuentra a orillas del río San Rafael, que en algunas partes corre paralelo al Golfo de México y desemboca en él. Este es uno de los pocos ríos de nuestro país que quedan prácticamente vírgenes, pues no hay ningún desagüe de población que desemboque en él. Gracias a esto, su flora y su fauna se conservan casi intactas y otorgan al área una biodiversidad impresionante. Esta zona es además la cuna de la tortuga Lora, endémica del Golfo de México y tiene como única zona de anidación masiva en el mundo, la costa de este estado.
Una caminata a la luz de la luna
Llegamos al desarrollo turístico El Paraíso al anochecer, nos instalamos en las cómodas cabañas y de inmediato salimos a explorar los alrededores. Nuestra primera actividad fue dar un paseo por el bosque tropical que forma parte de la Sierra de Maratines, y que como casi todo aquí, se conserva intacto. Por fortuna nos tocó luna llena, así que resultó ser una experiencia mágica, la luz se colaba entre la vegetación y hacía brillar ciertas partes, como si nos estuviera dando señales para descubrir un tesoro; era como caminar por un lugar encantado, en donde sólo se escuchaba el crujir de las hojas bajo nuestros pies y el sonido emitido por los animales. Caminamos durante aproximadamente una hora sin decir una palabra, queriendo percibir con todos los sentidos este maravilloso espectáculo nocturno, seguimos así hasta llegar a un claro del bosque, en donde nos esperaba una mesa, en medio de la nada, con bebidas y unos bocadillos. Junto, unas cuatrimotos nos aguardaban para emprender el regreso de una forma divertida y llena de emoción.
Obviamente, no nos retiramos a nuestros aposentos sin antes disfrutar de una deliciosa cena, con vista al río, preparada en su mayoría con ingredientes locales, traídos de uno de los múltiples ranchos cinegéticos que se encuentran alrededor de El Paraíso.
¡A pescar se ha dicho!
Al día siguiente decidimos salir en una lancha. La pesca es una de las múltiples actividades que se pueden realizar en este hotel y desarrollo, así que en el muelle, a unos pasos de las cabañas, abordamos una lancha. Aquí es fácil encontrar sábalo, robalo, marlín y otros más, sin embargo en esta ocasión no tuvimos mucho éxito, así que decidimos regresar para conocer un poco más de los alrededores, esta vez, a plena luz del día. Lo más fácil, dada la extensión del territorio, es hacerlo en cuatrimoto así que las tomamos de nuevo y exploramos el lugar sin rumbo fijo. La sensación de libertad fue indescriptible, pues no importaba hacia dónde dirigiéramos la vista, siempre había algo hermoso: libélulas enormes, caballos pastando libremente e incluso tejones y venados despistados fueron algunas de la bellezas que encontramos en el camino; todo esto rodeado de una majestuosa vegetación de la que sobresalían árboles de formas inimaginables.
Cómo relajarse en un entorno único
El paseo en cuatrimoto nos había dejado agotados, así que para destensar los músculos, nos dispusimos a tomar un masaje relajante, lo que nunca imaginamos es que el lugar en donde lo tomaríamos fuera tan espectacular. Una palapa volada sobre el río con dos tumbonas como único mobiliario sería el escenario para este merecido momento de relajación. Ni un sólo ruido perturbaba la paz del lugar, si acaso algún ave que pasaba por allí o el sonido del agua que corría y que nos arrulló hasta quedarnos dormidos. Ya al atardecer y con las pilas recargadas, decidimos dar un paseo en pontón por el San Rafael, una vez más tuvimos suerte y la luna nos iluminó durante el trayecto, lo que embelleció aún más nuestro recorrido.
Este río es tan ancho y tan extenso, que en él también se puede practicar el esquí deportivo y la pesca, ya que cuenta con una gran variedad de especies que son comestibles gracias a que sus aguas no están contaminadas. Sin embargo, era momento de regresar y aunque nos encontrábamos llenos de vitalidad y ganas de practicar alguno de estos deportes, no tuvimos más remedio que emprender el camino a casa, no sin antes hacernos la promesa de volver a visitar el paraíso, ese tan especial que se encuentra en Tamaulipas.
Contactos
El Paraíso
Carretera a Barra del Tordo Km. 37, Barra del Tordo, Aldama, Tamaulipas.
Tel: 01 (833) 228 7144.
www.elparaiso.com.mx
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