El Señor del Veneno, el mito de un Cristo que cambió de color milagrosamente
En octubre de cada año la Catedral Metropolitana y el Templo de Porta Coelli celebran al Señor del Veneno. ¡Te contamos la leyenda de su milagro!
Nuestro país está lleno de mitos que, como es natural en la mitología, conservan una estrecha relación con la religión. Este es el caso del Señor del Veneno, también conocido como Cristo Negro, una imagen que data del siglo XVII y está hecha con pasta de caña de maíz policromada.
El Señor del Veneno también es una de las iconos religiosos más venerados de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. De acuerdo con los fieles, es altamente milagroso, por lo que una gran cantidad de personas acude a diario a visitarlo al Altar del Perdón que se encuentra a la entrada del templo.
Hasta 1935, el Cristo Negro permanecía al Templo de Porta Coelli, perteneciente a la Orden de los Predicadores. Sin embargo, tras el cierre del inmueble religioso, fue transportado a la Catedral Metropolitana para evitar su destrucción durante la Guerra Cristera.
Fue en ese mismo templo en que surgió la leyenda de su color que, de acuerdo con algunos interpretes, está asociado con el dios precolombino Tezcatlipoca, por lo que se convirtió en una imagen reverenciada por los pueblos originarios de la capital novohispana.
La leyenda del color del Señor del Veneno
Según la tradición, un sacerdote acudía todos los días a rezar ante la imagen de Cristo, misma que originalmente era blanco. Al finalizar, besaba los pies del crucifijo.
Un día un hombre confesó al clérigo que había robado y asesinado. Como penitencia, el cura le pidió que devolviera lo robado y se entregara a la justicia. El penitente no recibió con gusto las palabras del sacerdote, por lo que decidió acabar con su vida.
Por la noche, el ladrón entró al Templo de Porta Coelli y ungió con veneno los pies del Cristo, con el objetivo de que el sacerdote muriera después de besarlos. Como de costumbre, el sacerdote acudió a rezar al crucifijo, sin embargo, al intentar besarlo observó como el Cristo flexionaba las piernas para salvarle del veneno. Además, el color claro del Cristo se tornó milagrosamente negro.
De acuerdo con la leyenda, el criminal presenció el milagro, por lo que se arrepintió, se entregó a la justicia y vivió una vida piadosa tras su liberación. Con el tiempo, el Cristo comenzó a ser llamado el Señor del Veneno.
Existen algunas variaciones de la leyenda con la misma estructura esencial. Una de ellas es la que Artemio del Valle Arizpe recogió en su libro Tradiciones y Leyendas de las calles de México. El texto relata la historia de dos vecinos de la Colonia: don Fermín Andueza y don Ismael Treviño. De acuerdo con esta versión, don Ismael habría tratado de asesinar al piadoso Andueza movido por la envidia.
Celebración de la fiesta del Cristo Negro
Aunque actualmente el Señor del Veneno original permanece en la Catedral Metropolitana, también existe una réplica concurrida por los fieles en Porta Coelli. El Templo ya no se encuentra bajo la custodia de los frailes dominicos, sin embargo, fue reabierto como catedral de la Iglesia Católica Grecomelquita, la cual conserva rito bizantino y proviene del Líbano.
La fiesta del Señor del Veneno se celebra en los dos lugares de culto cada tercer viernes de octubre. Sin embargo, es en el Templo de Porta Coelli donde se realiza como fiesta popular, acompañado de danzas prehispánicas, arreglos florales y la liturgia de san Juan Crisóstomo.
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