En globo por los cielos de León (Guanajuato) - México Desconocido
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Ecoturismo y aventura

En globo por los cielos de León (Guanajuato)

Guanajuato
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Las manecillas del reloj marcaban las 5:00 horas, momento en que los más de 20 pilotos de globos aerostáticos y asistentes dieron comienzo al Festival del Globo Cielo de Colores, en el Club Náutico o Zona VIP del Parque Metropolitano de la ciudad de León, Guanajuato.

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La hora cero llegó para los atrevidos, quienes comenzaron a cargar las camionetas con canastas, globos y ventiladores, e inmediatamente se dirigieron al lugar destinado para emprender el vuelo con los aeróstatos, donde las diferentes nacionalidades y culturas se convirtieron en una sola, de modo que era normal escuchar conversaciones entre belgas, canadienses, suecos, ingleses, mexicanosyestadounidenses, como si fuesen hermanos o amigos de toda la vida.  Sin embargo, dentro de este mosaico de nacionalidades hubo un globo llamado Bonaventura, comandado por Joyce, la única mujer piloto del evento, y Lou, de Napa Vallery, California. Joyce cuenta con una experiencia de 19 años en estos artefactosyes numerosísima la cantidad de vuelos que ha realizado; Lou apenas se inició un año atrás.  Bonaventura contaba con un equipo de rescate integrado por Mauricio, Paolo y Naty, quienes conformaban el cuerpo del grupo, debido a la valiosa labor que desempeñaron.  Previo el inicio del festival, en tierra firme, Lou se encargó de colocar los quemadores en la canasta y probarlos, lo cual fue todo un espectáculo, ya que al salir fuego de la parte superior del cesto, muchos se asombraron. Posteriormente, bajaron el globo de la camioneta, donde se encontraba dentro de una bolsa protectora; ya abajo, se continuó con el proceso de sacarlo, estirarlo, desenrollarlo y colocarlo en la canasta para inflarlo. 

Listo el aeróstato, Joyce nos invitó a volar en él, lo que causó una gran expectación y emoción, puesto que se mezclaron un sinfín de sentimientos que iban desde una gran alegría hasta una descarga enorme de adrenalina que fluía sin control por el cuerpo. Ya a bordo, nos dispusimos a emprender el recorrido no sin antes comprobar el equipo de nuevo.  Tras el despegueyla elevación, las primeras imágenes se grabaron en nuestras mentes como fotografías. El cielo al norte se inundó de una gran cantidad de globos de colores rojos, amarillos, azules, naranjas y más. Al este, observamos un perfecto contraluz gracias a la combinación que generaban la salida del solyestos artefactos aéreos. Al oeste, una hermosura natural pocas veces vista. Al sur, cientos de personas saludando y gritando.  El vuelo continuó con las maniobras de Joyce para elevarse o descenderypor diversos globos que hicieron el tan llamado «beso», truco que consiste en bajar el aeróstato de tal forma que la canasta toque el agua de la presa, lo cual intentó más de un atrevido. 

Afortunadamente todos lo lograron con éxito, el recorrido prosiguió y la presencia de nuevos matices, paisajes e imágenes surgieron en cada momento provocando en los arriesgados una excitación poco común y que denominan como aventura.    

Después de volar por más de una hora, llegó el momento de bajarybuscar un lugar descubierto; por fin, a unos cuantos kilómetros del parque se ubicaba la zona perfecta. Joyce indicó que al descender flexionáramos las rodillas.  El globo Bonaventura comenzó a deslizarse junto con un mundo plagado de sueños, creados por unos cuantos minutos que formaron lazos fraternales y experiencias irrepetibles. Cruzamos por arriba de un gran número de niños, mujeres, hombres y ancianos que asombrados exclamaban: ¡Aquí, aquí, aquí!, desconocedores de que ya estaba elegido el lugar de anclaje. Bajamos lentamente hasta llegar al sitio y ahí se les habló a Paolo y Mauricio para que nos recogieran en la camioneta. 

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Ahora, otro proceso nos abordaba: desinflar el globo, para lo cual hubo que colocar lonas de grandes extensiones para que cayera ahí y no se fracturara. Esto fue un suceso gratificante, ya que Joyce hizo partícipe a la gente que acudió a verlos; debían alzar las manos y no permitir que el aeróstato, a la hora de desinflarse tocase las zonas que no cubrían las lonas. Una vez deshinchado y enrollado, se guardó en su bolsa junto con la canasta en la camioneta.

En esos instantes, Joyce sacó una botella de champaña para brindar con el equipo por el excelente vuelo y dedicó unas palabras que a más de uno nos provocó un nudo en la garganta. Esto nos permitió comprender el significado de los globos aerostáticos.  El Festival del Globo Cielo de Colores continuó durante más de dos días y con él un mundo de ilusiones para los habitantes de León y los participantes del evento. Así que éste no fue sólo un espectáculo multicolor, sino también la unión entre personas de diversos lugares, culturas y actividades, que compartimos por unos instantes un mundo lleno de esperanzas y magia.   

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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