Estrellas de Día de Muertos: luz que guía a nuestros difuntos y nació en el sur de la CDMX
Las estrellas de Día de Muertos son un adorno con una carga simbólica que data desde la época prehispánica.
Veladoras, flores de cempasúchil, pan de muerto y papel picado, son algunos de los adornos más comunes para los festejos del 1 y 2 de noviembre. Sin embargo, ¿ya conoces las estrellas de Día de Muertos? Aquí te platicamos más sobre esta decoración.
Las estrellas de Día de Muertos son bastante comunes en regiones de la Ciudad de México como Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco. Con ellas se adornan las fachadas de las casas.
De hecho, se tienen la creencia de que hay que colocarlas para que el brillo de estas estrellas guíe a los difuntos en su regreso desde el Mictlán. Los materiales con los que se realizan suelen ser bastante diversos.
Su fabricación
La elaboración de estas estrellas se vincula estrechamente con el entorno natural de las zonas ubicadas al sur de la Ciudad de México. Muchos de los artesanos que las fabrican suelen utilizar el carrizo que se siembra en las chinampas y en los ejidos de la zona.
No obstante, muchas otras de estas tradicionales estrellas tienen versiones más populares. Éstas se realizan con una estructura a base de madera, a la cual se le da forma de estrella, para luego recubrirla con papel o plástico.
Puede ser de colores o tener alguna figurilla relacionada con las celebraciones de la época. Además, entre su indumentaria se les coloca un foco, pues su brillo guiará a nuestros difuntos en su regreso a los hogares en los que se preparó el altar de muertos.
La fabricación de estos adornos son ya una tradición en las zonas de Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco. Varias familias se dedican a su elaboración desde hace algunos años atrás. Con lo que se sigue fomentando el trabajo artesanal en la región.
Ahora bien, el origen de esta creencia tienes sus raíces en la época prehispánica, veamos de qué se trata.
Origen y significado de las estrellas de Día de Muertos
El origen y significado de estas estrellas surgió en tiempos mesoamericanos, justo con el mito de la creación de la humanidad del Quinto Sol.
Es el historiador Baruc Martínez, quien recoge esta leyenda en un artículo titulado Día de Muertos en Tláhuac. Aquí nos cuenta que el dios Quetzalcóatl creó a la humanidad, pero para ello tuvo que viajar hacia el Mictlán. ¿Por qué tenía que descender al inframundo? Porque su intención era crear a la nueva humanidad a partir de los huesos de sus antepasados.
No obstante, para acceder al reino de los muertos, el dios prehispánico tenía que cruzar el caudal del Río Apanohuayan. Para lograr la realización de su anhelo supremo, Quetzalcóatl convoca a su Nahual, un enigmático gemelo en lo profundo de su ser, conocido como Xolotl.
Xolotl se revela como una dualidad fascinante: pues es un perro y, al mismo tiempo, una estrella centelleante en el vasto firmamento.
Juntos, enfrentan un épico desafío: atravesar un río en el que el tiempo mismo parece retorcerse y sortear obstáculos insondables que desafían la imaginación.
Este viaje conduce al rescate de los anhelados huesos que encierran los misterios y memorias de civilizaciones antiguas, y con maestría, modela al ser humano del Quinto Sol, tejido de sueños y esplendor.
Es a partir de esa cosmovisión que surge la tradición de colocar estrellas que guiaran a nuestros muertos de vuelta a casa durante los festejos de Día de Muertos. Para estas fechas lánzate a presenciar las celebraciones en las alcaldías al sur de la Ciudad de México.
