Experiencias únicas: volar por los cielos de Valle de Bravo

Miré la tierra desde el cielo, suspendido entre nubes, rodeado de mariposas, como si yo también migrara, como si estuviera llegando a casa. Un parapente y un ala delta se volvieron mis alas, extensión de mis brazos.

Emocionado por realizar mi primer vuelo tándem en ala delta, partí con unos amigos de la Ciudad de México con dirección a Valle de Bravo, y poco antes de llegar al destino, al dar vuelta en una de las curvas de la carretera, fuimos sorprendidos por un fenómeno natural impresionante: miles de mariposas Monarca volaban por el bosque.

Me hizo vibrar ser testigo del paso de estas grandes viajeras, conocidas por la increíble migración masiva que llevan a cabo cada invierno. Pese a su delicadeza y fragilidad, millones de ejemplares recorren entre 2,000 y 4,500 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, de los fríos bosques de Canadá y Estados Unidos a los mexicanos de Michoacán y el Estado de México.

Paramos brevemente en el Parador Turístico El Capulín y Macheros y el Parador Turístico La Mesa. Luego llegamos a Valle de Bravo, uno de los destinos mundiales para la práctica del vuelo libre que incluye el parapente y el ala delta, también conocido como hang gliding. Existen dos zonas de vuelo: la primera en el Cerro de la Cruz, La Torre, a 2,500 metros a orillas del lago, y el segundo, el Peñón, considerado como el mejor sitio de vuelo en México.

Existen dos zonas de vuelo: la primera se ubica en el Cerro de la Cruz, también conocido como La Torre, a 2,500 metros a orillas del lago, y el segundo es conocido como el Peñón, considerado como el mejor sitio de vuelo en México.

Listos para volar nos dirigimos al Peñón. Rudy —uno de los pilotos más experimentados del país— y su equipo nos contaron sobre lo que hay que hacer durante el despegue, vuelo y aterrizaje.

Cada quien se colocó el casco y el arnés y nos engancharon al ala delta, levantaron el hang-glider sobre nuestras cabezas y cuando el viento entraba en la loma, Rudy gritó: “¡Corran!”.

Mis pies dejaron de tocar el piso y me alcé por encima de los pinos. ¡Fue increíble! A diferencia del vuelo en parapente, el ala delta permite recorrer mayor distancia a más velocidad. Rudy controlaba la dirección del papalote balanceándose de forma pendular hacia los lados, hacia arriba y hacia abajo, desplazando el centro de gravedad.

Fuimos ganando altura hasta alcanzar las nubes y planear sobre el gran peñón de Temascaltepec. Con la sensación de adrenalina en todo el cuerpo disfruté de la vista panorámica: ¡era fantástica! Rudy giró acrobáticamente para perder altura y aterrizar en las faldas del peñón, en un campo abierto entre las milpas.

Conforme nos acercamos al suelo, la sensación de velocidad aumentó, pero aterrizamos suavemente. Esa especie de ligereza me recordó al grácil batir de alas de nuestras guías, las mariposas Monarca.

Imprescindibles de Valle de Bravo

• Hospédate en una cabaña junto al lago.
• Visita la Stupa de la Paz, una representación de la mente de Buda, donde puedes llenarte de energía.
• Su lago es ideal para practicar deportes acuáticos y disfrutar de paseos en lanchas y pequeños yates.
• Pasea en bici por los alrededores: Cascada Avándaro (sobre la carr. a Avándaro a 10 min. del entronque con la carr. que viene de los Saucos); el salto Velo de Novia (parque y reserva ecológica).
• Camina por la Plaza Central, admira la Parroquia de San Francisco de Asís, el Jardín Central y el mercado de artesanías. El domingo se pone un tianguis.

Toma en cuenta

El Abierto de Parapente Monarca se celebra cada año a finales de enero y con los mejores pilotos del mundo.

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Alfredo Martínez Fernández Fotógrafo especializado en deportes de aventura. ¡Ha trabajado para MD desde hace más de 10 años!