Explorando Kohunlich (Quintana Roo) - México Desconocido
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Ecoturismo y aventura

Explorando Kohunlich (Quintana Roo)

Quintana Roo
Explorando Kohunlich (Quintana Roo) fifu

La abundancia de palmas de corozos dio origen al nombre de la ciudad sagrada: Kohunlich

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Siguiendo los pasos y reviviendo las aventuras de los grandes viajeros y exploradores del Mundo Maya viajamos a Chetumal y Kohunlich, en Quintana Roo, donde por cuatro días nos adentramos en sus fascinantes secretos al explorar la selva navegando en kayak por el río Hondo, frontera con Belice; también exploramos manglares, esteros y cenotes y nos acercamos a una cultura milenaria al recorrer en bicicleta de montaña los sacbeob, antiguos caminos mayas (su función era comunicar una ciudad con otra) que nos llevaron hasta el espectacular sitio arqueológico de Kohunlich.

CHETUMAL

Partimos de Chetumal, capital del estado, donde se da una mezcla de influencias culturales. Aunque de raíces mayas, su historia habla de incursiones españolas y viajeros del Medio Oriente. Por la cercanía con Belice, la influencia de sus ritmos y sabores es notable en la ciudad. Chetumal, significa “Aquí se da el palo de tinte”, y a pesar de haber sido puerto importante para los mayas, la ciudad fue oficialmente reconocida hasta 1898, con el nombre de Payo Obispo. Durante muchos años los rebeldes de la Guerra de Castas contrabandeaban maderas a cambio de armas en lo que hoy es Belice. Posteriormente, en 1936, el pueblo fue nombrado Chetumal.

EN KAYAK POR EL RÍO HONDO Y RAPPEL EN EL COCODRILO DORADO

Iniciamos el recorrido por la carretera núm. 186 Chetumal-Escárcega y en el km 60, en el poblado de Francisco Villa, nos desviamos 9 km rumbo a la zona arqueológica y al hotel Explorean Kohunlich, resort ecoturístico en plena selva maya.Con los equipos de kayak y rappel partimos de Kohunlich, y luego de hora y media siguiendo la frontera con Belice llegamos a La Unión, a orillas del río Hondo.  Los kayaks ya estaban listos, así que nos ajustamos el chaleco salvavidas y nos internamos en la espesura de los manglares. Durante un par de horas remamos por un laberinto de esteros y canales, en ocasiones teníamos que ayudarnos del remo para abrirnos paso entre los mangles. Éstos son el hogar de grandes iguanas y de un sinfín de coloridas aves neotropicales como espátulas, picogordos azules, garzas caracoleras, chachalacas, pájaro carpintero rayado y ave de cuchara rosada, entre otras. Finalmente desembarcamos en el cenote del Cocodrilo Dorado e iniciamos la caminata por la selva. Este nombre se debe a que los enormes paredones de roca calcárea se pintan de dorado con los primeros rayos del sol, y lo del cocodrilo es porque en el cenote habitan ejemplares de esos reptiles. Seguimos la estrecha vereda que asciende hasta lo alto; allí los guías nos explicaron cómo se realiza el rappel, qué hacer y qué no hacer. Nos equipamos con casco, arnés y descensor y nos alistamos para bajar por una pared de 30 metros.La primera parte del rappel no era completamente vertical y al llegar al borde Toño, uno de los guías, colocó el tercer seguro al arnés y entonces, ya sin miedo al vacío, echamos el cuerpo hacia atrás e iniciamos el descenso con las piernas separadas como si camináramos verticalmente, el paisaje desde este punto es increíble, pues se aprecian las aguas azul turquesa del cenote y, más allá, se extienden las tierras beliceñas.

EN BICICLETA DE MONTAÑA A KOHUNLICH

Al día siguiente, después del desayuno, nos preparamos para iniciar nuestra excursión en bicicleta de montaña rumbo a Kohunlich para descubrir los misterios de la civilización maya.A fuerza de pedal seguimos uno de los sacbeob. Técnicamente el recorrido de 2.5 km es muy sencillo, con algunas subidas y bajadas por el pedregoso camino que se abre paso entre los cañaverales y espesos palmares de corozos (palmas de cocos). La abundancia de estas palmas fue lo que dio origen al primer nombre de la ciudad sagrada: su nombre proviene de un vocablo creado por los britá-nicos y procede de la mayanización del inglés cohoonridge, “lugar de corozos”. Posteriormente, a finales de la década de 1960 el arqueólogo que trabajó en el sitio, inspirado en la imagen de uno de los mascarones, cambió el nombre original por el de Kohunlich, cuyo significado en maya es “Diente en la cara”.

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DESCRIPCIÓN DEL SITIO

Kohunlich floreció entre el 300 al 1200 d.C. Actualmente cuenta con una de las áreas habilitadas más grandes de Quintana Roo, donde aún permanecen alrededor de 200 estructuras y montículos cubiertos por la selva, en espera de ser explorados.Su interés principal radica en la gran variedad de estructuras que pueden observarse y que dan una idea de las diversas acrtividades que llevaban a cabo sus habitantes. Por su tamaño destaca la Plaza de las Estelas, en torno a la cual se construyeron cuatro edificios de caràcter civil y religioso, el más grande de ellos, conocido como Acrópolis o Gran Basamento, es especialmente interesante por la sucesión de etapas constructivas que presenta. Los palacios asociados a la Acrópolis, así como al Conjunto de los 27 Escalones, son excelentes ejemplos de la arquitectura residencial del sitio.En sus edificios se observan banquetas, nichos, áreas de trabajo y un espectacular juego de pelota, todos documentan la vida cotidiana de sus habitantes. Finalmente legamos al Templo de Los Mascarones, que data del siglo V de nuestra era y es llamado así por sus máscaras, antropomorfas adornadas con bigoteras y narigueras, que parecen ser una alegoría del cosmos y representan, al mismo tiempo, el poder de la casta gobernante con sus jefes investidos con atrbutos de dioses.

Fuente: México desconocido No. 294 / agosto 2001

autor Fotógrafo especializado en deportes de aventura. ¡Ha trabajado para MD desde hace más de 10 años!
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