Fiestas del culto solar
Todos los Santos y Fieles Difuntos son, sin duda, de las fiestas más espectaculares en nuestro país.
En algunos sitios se distingue a los que murieron «matados» (28 de octubre), a los «muertos chiquitos» (1 de noviembre), a los «muertos grandes» (2 de noviembre) e incluso a las almas «en el limbo» de los niños que murieron sin ser bautizados (30 de octubre). Los cronistas nos explican que Miccailhuitontli, o «fiesta de los muertecitos», se conmemoraba en el noveno mes de Tlaxochimaco (agosto) mientras que al mes siguiente, en Xocolohuetzin (septiembre), se realizaba la fiesta para los grandes. Todos los Santos y Fieles Difuntos son, sin duda, de las fiestas más espectaculares en nuestro país.
Todo es hecho especial para esta época: loza vidriada negra, mole, tamales, calabaza en tacha, pan en figuras humanoides con cabecitas y manos de migajón, dulces de alfeñique de animales, ataúdes y un sinfín de calaveras de dulce y barro. El ciclo de Navidad comienza cuatro domingos antes del Nacimiento de Jesucristo, conocido como el Adviento, en el que las doncellas presentan arcos de flores en el templo, y del 16 al 23 de diciembre se realizan las posadas, donde se cantan letanías alusivas a los problemas que tuvieron María y José para encontrar morada para descansar y dara luz. Esta celebración se ha vinculado con Panquetzaliztli dedicada al nacimiento de Huitzilopochtli.
Las pastorelas, creadas a partir de la evangelización, representan pasajes del nacimiento de Jesús y la forma más acabada de teatro popular que quedó como herencia. El fervor que inspiraron y la originalidad dan a la Navidad mexicana muchos elementos propios. Los nacimientos, representaciones dramáticas con figuras de muchos materiales, incluso algunas en vivo, dan cuerpo a esta singular fiesta con su fastuosidad, lo mismo que las piñatas y villancicos.
Del lejano Oriente llegan los Reyes Magos con su ofrenda de mirra, incienso y oro, que se transforman en juguetes para los niños que se han portado bien, y que les han puesto una carta o en la forma moderna, se la han enviado dentro de un globo. En la ciudad de México, en la Alameda Central, uno puede escoger el Santa Claus o los Reyes Magos que más le gusten para la foto del recuerdo. Por la tarde, se parte la Rosca de Reyes, que dentro lleva uno o varios “niños” y quien tenga la suerte de sacar uno, adquiere la obligación de ofrecer los tamales y atole el día de la Candelaria. Termina esta mitad del Yaxk’in con las fiestas en Esquipulas, el Cristo Negro y San Sebastián, el Apóstol Martirizado, dentro del mes azteca de lzcalli dedicado al dios del fuego, a Xiuhtecutli, Así, mes con mes ha sido posible ligar calendarios, rituales y sueños compartidos que se sintetizan en las fiestas mexicanas.