Garibaldi Extraordinario, un tour por la icónica plaza acompañado de mezcal y tequila
Hoy empiezan los tours Garibaldi Extraordinario. Música, baile, gastronomía, cultura y mucha historia en la plaza más bohemia de la CDMX.
Garibaldi es una de las plazas más icónicas del país, pues en ella se encuentra el Museo del Tequila y el Mezcal, bares y restaurantes tradicionales, y la plazuela que forma parte patrimonio cultural del Centro Histórico reconocida por ser el espacio que reúne a cientos de mariachis que entonan bellos cantos del género. Recorrer este punto del Centro Histórico de la Ciudad de México siempre es una experiencia único. Por eso, con el fin de explotar al máximo su vivencia, así como su legado cultural e histórico, nace Garibaldi Extraordinario, un tour por la plaza acompañado de dos de los destilados más icónicos de nuestra tierra: el tequila y el mezcal.
El primer tour arranca este viernes 01 de diciembre a partir de las 16:00 horas. Como padrino de honor de Garibaldi Extraordinario se contará con la presencia del Charro González y como guía se tendrá al personaje de Rubén Fuentes. El recorrido incluye un paseo y explicación por el paseo de las estatuas, degustación, canto y baile con la música más mexicana.
El tour dura aproximadamente tres horas, en las que se incluyen las bebidas y la música, para finalmente concluir con un cena en el Salón Tenampa.
Reservaciones: 5543770693.
A través de México Extraordinario.
¿Cómo nació el hoy Garibaldi Extraordinario?
De origen humilde, este lugar se ubicó en tiempos prehispánicos en el barrio de Cuepopan, uno de los cuatro que conformaban la gran ciudad lacustre de México-Tenochtitlan. A lo largo del Virreinato fue conocida como la Plazuela del Jardín, cuyo trazo aún no estaba definido; se le veía rodeada de jacalones habitados por los indígenas considerados vagabundos o ladrones; cabe recordar que esta zona, al norte de la capital, quedaba fuera de la traza española.
En el siglo XIX comenzaron a establecerse varias pulquerías a su alrededor que gozaron de mucha popularidad entre la población. Por 1830 las pulquerías sólo podían vender su producto a través de pequeños mostradores en las fachadas, porque no se permitía el paso al interior del local. Entonces los que gustaban del pulque no tenían otra opción más que beberlo en plena plazuela, con lo cual empezó a adquirir su perfil fiestero.
¿Quieres escaparte a Ciudad de México? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable