Guadalajara extravió la perla gigante que le dio el nombre de «Perla de Occidente»
Resulta que extrañamente alguien escondió tan bien la perla gigante de Guadalajara que nunca más volvió a aparecer.
Uno de los misterios de Guadalajara, que prácticamente nadie puede explicar, es el por qué se le llama a esta ciudad como “La perla de occidente”. La mayoría de las personas se conforman con la explicación acerca de que el mote se lo ganó a modo de metáfora para describir la perfección estética de la localidad en cuestión, pero todo apunta que esta versión no es correcta.
Durante el virreinato de la Nueva España, cuando Guadalajara era todavía una intendencia, es decir entre los años 1786 y 1821, el rey Carlos IV, regaló a esta ciudad en ciernes una perla gigante en agradecimiento a sus servicios a la corona, la estética, blancura y lustre de la esfera natural era sublime, así que las autoridades tomaron la decisión de exhibirla al público.
La perla exhibida a la población de Guadalajara
Para tal fin la metieron en una caja de cristal que colocaron en el Palacio del Obispado, haciendo que todos los habitantes de ciudad, y alrededores, la conocieran y admiraran dentro de la vitrina por muchos años, no tardó mucho en convertirse en motivo de orgullo local.
En la década de 1850, con la Guerra de Reforma asediando el destino del país, los gobernantes de Guadalajara temieron que con el conflicto bélico uno de sus tesoros más preciados, es decir la perla obsequiada por Carlos V, les fuera arrebatada.
Guerra de Reforma, el principio del fin de la perla
Aquí debemos recordar que uno de los tantos motivos de la compleja Guerra de Reforma, eran las inconformidades con las regiones del país que conservaban tradiciones de la monarquía.
Por ello, abruptamente, toman la decisión de esconder la perla en un lugar secreto. Al principio parece que hicieron bien en ocultar su joya natural, pues durante los próximos años Guadalajara es tomada en unas cinco ocasiones, con el consecuente saqueo de edificios públicos, eclesiásticos y viviendas.
¿Y dónde escondieron la perla de Occidente?
Pero una vez que las aguas se calmaron, las autoridades tomaron la decisión de volver a exhibir su perla, su orgullo como ciudad. Cuál fue la sorpresa de todos que cuando empezaron a preguntar en donde estaba la bella esfera nadie supo, la habían escondido tan bien que se les olvidó el escondrijo.
Durante los próximos años las autoridades de Guadalajara buscaron infructuosamente la perla en las paredes del Palacio del Obispado, especialmente cuando ésta estaba siendo derrumbado, también buscaron en la Catedral y en casas del alrededor, pero nunca más apareció.
Con información del historiador Francisco Mendoza
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