Guerras y alianzas zapotecas a la llegada de los espaA�oles - México Desconocido
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Guerras y alianzas zapotecas a la llegada de los espaA�oles

Guerras y alianzas zapotecas a la llegada de los espaA�oles fifu

Hacia el siglo XV la historia de los benizA?a ciertamente habA�a cambiado mucho: aquel pueblo que dominaba el Valle de HuaxyA?cac, se encontraba disperso por varios puntos de los Valles Centrales y buscaba lugares estratA�gicos para defender sus territorios.

Los valores mA?s importantes que dominaban sus vidas estaban en las mercaderA�as, en las fortalezas, en los caminos, en las entradas a los pueblosa�� Ya las razones religiosas habA�an pasado a un segundo plano, aunque las creencias siguieron vivas a pesar del tiempo y de las guerras.

Las nuevas ciudades estaban invariablemente protegidas por grandes murallas y atalayas, desde donde un vigA�a observaba las posibles rutas de acceso de los asiduos atacantes; por el lado norte de MictlA?n y Yagui se veA�a al jefe guerrero Condoy a la cabeza de los mixes, pueblo famoso por su rebeldA�a y que pocas veces fuera doblegado para entregar tributos. Se revisaban constantemente los pasos de los pochtecas (mercaderes), para asegurarse de que no habA�a incursiones enemigas entre los que seguA�an la ruta del Soconusco.

Por el Valle Central, Zaachila, la poderosa capital, ciudad estratA�gica que se convirtiA? en un punto clave para las defensas territoriales de los benizA?a, era considerada un terreno vulnerable, pues los grupos A�uusabi (mixtecos) se habA�an asentado cerca, en Cuilapam y en las laderas de Dani BA?a, del lado de XoxocotlA?n, aunque con autorizaciA?n de los seA�ores de Zaachila y viviendo en relativa paz.

Los A�uusabi siempre fueron un pueblo admirable, gente de razA?n que respetA? el valor de la gran cultura benizA?a y que venerA? a sus dioses, al grado de que por esa A�poca, al morir uno de sus personajes mA?s importantes en HuaxyA?cac, no dudaron en depositar sus restos, con una riquA�sima ofrenda de piedras y metales preciosos, en una de las tumbas de la parte alta de Dani BA?a que antes habA�a servido para inmortalizar a uno de los grandes seA�ores de esa ancestral ciudad.

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Sin embargo, un poco despuA�s, los benizA?a enviaban ejA�rcitos al mando de Zaachila a luchar contra los chontales, al oeste del Istmo de Tehuantepec, en su afA?n de mantener el control de las rutas hacia el Soconusco, con el conocimiento de que los mexicas, de la temida Tenochtitlan, en cualquier momento llegarA�an a apropiarse de esos pasos que siempre habA�an sido muy codiciados.

AsA� pues, eran tiempos de guerra, de estrategias y de alianzas, estas A?ltimas ya practicadas por los benizA?a y los A�uusabi, y que se convirtieron en una prA?ctica casi tan comA?n como la guerra.

La legendaria dinastA�a de los reyes Zaachila tuvo un papel muy importante en estos procesos de guerras y alianzas. Zaachila II derrotA? a los mixes y conquistA? muchos pueblos a su paso hacia Tehuantepec. Zaachila III era el poderoso rey benizA?a a quien tocA? pelear contra los A�uusabi y los mexicas que trataban de conquistar el Valle de HuaxyA?cac. Le sucediA? Cocijoeza, que continuA? la lucha contra mixtecos y mexicas pero perdiA? la capital Zaachila y se vio obligado a trasladar sus poderes a Tehuantepec.

Su hijo, Cocijopii, hizo alianza con los mexicas, contrayendo matrimonio con la princesa Coyolicatzin, y bajo su reinado vio llegar a unos extraA�os hombres blancos montados sobre animales, que hacA�an la guerra con armas de fuego muy poderosas y desconocidas. Por lo tanto, Cocijopii estableciA? una alianza con los A�uusabi para enfrentar a los invasores, logrando recuperar Zaachila; pero no pudo evitar la invasiA?n blanca hacia los Valles de HuaxyA?cac y el resto de la regiA?n.

Los hombres blancos habA�an llegado antes a Tututepec, allA? por la tierra caliente de la costa, al mando de Pedro de Alvarado; supieron ahA� que los guerreros de HuaxyA?cac no serA�an fA?ciles de vencer, por lo que llegaron haciendo la guerra; en el Valle tuvieron que enfrentarse a una poderosa alianza de benizA?a y A�uusabi, que al fin, despuA�s de mucha guerra, cayA? vencida, facilitando asA� el establecimiento de esos extraA�os hombres que procedieron a destruir sus amados templos.

Uno de los A?ltimos bastiones de resistencia indA�gena fue Mitla, donde la devociA?n por las almas del inframundo se hacA�a presente en cada ceremonia, y a ellas se encomendaban los que iban a la guerra. Mitla tambiA�n sucumbiA?, brutalmente arrasada por los conquistadores, que se apresuraron a derrumbar los hermosos palacios de ensambles de piedras que eran verdaderas obras de arte, y obligaron a los nativos a desmantelar los muros para construir, sobre las ruinas y con las antiguas piedras, el templo del nuevo y ahora A?nico Dios.

A fin de salvar la vida, los nativos obedecieron al conquistador, pero guardaron celosamente en los muros de los nuevos templos la semilla de su antigua raza, que ha renacido con el tiempo para tener a los benizA?a presentes en el mundo actual, porque los benizA?a son una raza eternaa��

Fuente: Pasajes de la Historia No. 3 Monte AlbA?n y los zapotecos / octubre 2000

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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