¿Por qué los invasores españoles prohibieron el huauhtli (amaranto)?
¿Sabías que el huauhtli o amaranto fue desestimado durante la época colonial? Te contamos sobre esta semilla y su uso en el México prehispánico.
El amaranto (huauhtli) es una de las semillas cuyo consumo tiene una larga tradición en México, principalmente en la región centro. Actualmente se consume de diversas formas, como alegría o dulce, en tortas para guisados con salsas o al natural.
Conocida como huauhtli entre los mexicas, la semilla del amaranto formaba parte de la pirámide alimenticia de Mesoamérica. Se calcula que los mexicas producían entre 15 y 20 toneladas de amaranto al año y tenía diversas funciones sociales, como servir para transacciones o como tributo al tlatoani.
Sin embargo, una de las funciones más importantes era la religiosa, pues el amaranto, que se mezclaba con miel de agave, se utilizaba para realizar representaciones comestibles de los dioses en diversas fiestas. Una de ellas era la de Huitzilopochtli, deidad rectora de los mexicas, que se realizaba como parte de los festejos del Panquetzaliztli. En dicha festividad, los mexicas recordaban el nacimiento sobrenatural de Huitzilopochtli, el colibrí izquierdo asociado a la guerra y el sol.
De acuerdo con la leyenda, Coatlicue, deidad madre que habitaba en el cerro del Coatepec en Tula, barría su casa cuando encontró un plumaje caído del cielo. Al instante quedó embarazada, pero sus hijos, comandados por la diosa Coyolxauhqui no comprendieron el milagro, así que acordaron asesinar a su propia madre. Sin embargo, el parto del guerrero ocurrió antes de que los hijos de Coatlicue atacaran, y tras una sangrienta lucha, los derrotó.
Dicho acontecimiento era una representación de la victoria del sol, representado por Huitzilopochtli, sobre las horas de la noche, encarnados por la lunar Coyolxauhqui. Por ello, la festividad del Panquetzaliztli tenía lugar en el solsticio de invierno, fecha en que las horas del sol nuevamente aumentan hasta encontrar su punto máximo en el verano.
Uso ritual del huauhtli
Como parte de los festejos del Panquetzaliztli se realizaban inmolaciones humanas para representar el triunfo de Huitzilopochtli en el cerro-templo, se escogía un corredor o painal para que recorriera los pueblos vestido de Huitzilopchtli y la construcción de una imagen del dios con amaranto.
De acuerdo con el artículo «Panquetzaliztli: El nacimiento de Huitzilopochtli y la caída de Tezcatlipoca«, de Gabriel Kenrick Kruel, la imagen se hacía de gran tamaño con ayuda de la pasta de tzoalli, como se le llamaba a la mezcla de amaranto y miel de agave. Las encargadas de hacer al Huitzilopochtli eran las pilhuan Huitzilopochtli, mujeres servidoras del templo.
«Molían mucha cantidad de la semilla de bledos que ellos llaman huauhtli, juntamente con maíz tostado. Después de molido, amasábanlo con miel negra de los magueyes. Después de amasado, hacían un ídolo de aquella masa, tal y tan grande»,
menciona fray Diego de Durán.
Posteriormente, los fieles colocaban el icono sobre el templo y le ofrendaban cuatrocientos huesos de la misma pasta, que representaban a los hermanos de la Coyolxauhqui que perecieron a manos de Huitzilopochtli. Finalmente, se realizaban cantos y danzas, y el manjar era comido por todo el pueblo, como una forma de comunión.
«La actividad de comer figuras sagradas hechas de amaranto o de carne de ofrendas humanas purificadas con tzoalli, fue denominaba como Teocualo (palabra náhuatl que significa “devorar al dios”)»,
menciona el texto El amaranto o huauhtli sagrado del México prehispánico y alimento de alto valor nutricional del México contemporáneo.
La exclusión del huauhtli
Con la llegada de los españoles el ritual fue satanizado y la semilla de huauhtli se desestimó y se censuró su siembra y producción. De acuerdo con los anales, la semilla fue renombrada como bledo y se buscó su extinción. Sin embargo, prevaleció y siguió siendo de gran ayuda para las hambrunas de las comunidades indígenas, donde se transformó en los dulces de alegría.
«Los bultos y cuerpos de los ídolos en quien estas gentes creen, son de muy mayores estaturas que el cuerpo de un gran hombre. Son hechos de masa de todas las semillas y legumbres que ellos comen, molidas y mezcladas unas con otras, y amásanlas con sangre de corazones de cuerpos humanos… amasaban aquella harina, y así hacen tanta cantidad cuanta basta para hacer aquellas estatuas grandes,»
mencionó Hernán Cortés en la segunda Carta de Relación.
La recuperación del amaranto
Actualmente, el amaranto sigue siendo popular, aunque no tanto como otros cereales. Sin embargo, se reconocen sus bondades y valor nutricional. Se sabe que elconstituye una excelente fuente de aminoácidos como la lisina, además de tener vitaminas A, B, C, B1, B2 y B3; ácido fólico, calcio, hierro y fósforo y es muy útil para aumentar el consumo de proteínas de origen vegetal.
Además, es rico en minerales y oligoelementos, lo que lo hace muy reconstituyente. Es una gran fuente de calcio, superior a cualquier otro cereal, y aporta también una buena dosis de magnesio.
Se considera asimismo una excelente fuente de hierro (superior a las espinacas), así como de zinc y selenio, que estimulan el sistema inmunitario.
Desde hace más de cincuenta años existen programas de recuperación y redignificación del amaranto, por lo que en 2016 fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México. Esto sucedió durante la clausura de la 3era Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México.
- ¡Sigue leyendo! Conoce cómo se hacen las tradicionales calaveritas de amaranto
Fuentes:
- Gisela Moncada González, «El amaranto o huauhtli: usos y costumbres en pobladores prehispánicos».
- Varios autores, «El amaranto o huauhtli sagrado del México prehispánico y alimento dealto valor nutricional del México contemporáneo».
- Alejandra Zamora Canales, «Panquetzaliztli, el nacimiento de Huitzilopochtli».