Las haciendas de Yucatán: su ambiente, su lujo, su gente
Descubre el nuevo concepto que ofrecen las haciendas-hotel de Yucatán, hermosos espacios llenos de historia hoy acondicionados para ofrecer máximo lujo y confort a sus visitantes. ¡Te conquistarán!
Vive una experiencia única:
George de la Selva, balneario y cenote cerca de Mérida
Acercarse a una antigua hacienda de Yucatán convertida en hotel es mucho más que una grata experiencia, donde el buen gusto se entremezcla con la historia y con un entorno natural que se hace presente en todos los rincones; es vivir la experiencia única de conocer y valorar un espacio integral, compuesto por un casco, con su señorial casa principal, y una comunidad que lo rodea, plena de tradiciones, que lo enriquece y le da vida.
La propiedad se componía de una vasta extensión de tierra, del conjunto de las instalaciones, de las viviendas y de las áreas de servicio para los trabajadores. Los mejores días de las haciendas de Yucatán incluían el ir y venir de la gente, el empeño de hombres y mujeres por ganarle a la selva nuevas áreas de cultivo, las voces y las historias de los viejos, el aroma de las cocinas y los sueños de los niños. Junto a las hazañas productivas ligadas a los apellidos de los hacendados estuvieron siempre las comunidades que las hicieron posible.
Ahora, después de largos años de abandono y la pérdida de buena parte de sus instalaciones, muchas están siendo rescatadas del olvido, tanto sus cascos, que conservan el señorío de sus espacios delimitados por viejos muros y enormes techos, renovados y convertidos en exclusivos hoteles, como sus comunidades, que se vieron sumidas en la pobreza y la desintegración familiar, y ahora cuentan con alternativas dignas de subsistencia a partir de la recuperación y puesta en valor de sus tradiciones artesanales.
Todo esto nos hizo interesarnos por hacer un recorrido por los caminos de Yucatán para descubrir estos espacios. He aquí nuestra experiencia:
1 Santa Rosa de Lima: colmada de estrellas
No quisimos hacer ni un alto en Mérida para llegar a disfrutar de la primera hacienda lo antes posible, así que llegamos hasta Santa Rosa. Lo que más llama la atención al llegar es el enorme espacio abierto convertido en jardín que tiene al frente. Y es que conserva su gran plaza pública, seguida del típico patio henequenero y otra plaza más atrás de la casa principal. En 1899 fue adquirida por los hermanos García Fajardo, quienes la convirtieron en una de las mejores plantaciones de henequén de la región y dejaron plasmadas sus iniciales en lo alto de la chimenea, donde podemos leer: H.G.F.1901.
En sus edificios Santa Rosa combinó diversos estilos arquitectónicos, de tal manera se aprecian elementos coloniales, clásicos y modernos con formas geométricas, los cuales fueron respetados en su restauración. Hoy ofrece 11 amplias suites rodeadas de vegetación y decoradas con muebles de época; cuentan con amplios baños y terrazas.
A un costado de la casa principal, que ahora es el restaurante del hotel, se ubican las antiguas instalaciones de una huerta con sistema tradicional de riego mediante canales. Tiene una extensión de 9,200 metros cuadrados y hoy funciona como jardín botánico, idea de la Fundación Haciendas del Mundo Maya para crear empleos y para preservar la cultura en este aspecto, el medicinal. Está dividido en ocho secciones y es atendido por seis personas. Víctor y Martha, auxiliares de salud, nos enseñaron primero las plantas aromáticas, y después las medicinales, y nos explicaron con lujo de detalle cuáles curaban padecimientos digestivos, respiratorios, dermatológicos, entre otros. Todas estas plantas las usan diariamente en las casas de salud, también de la Fundación. Por ejemplo, nos explicaron que además de ver al médico, les proporcionan remedios como la albahaca para la infección de ojos, el zacate limón para la tos, hoja de café para bajar la fiebre, o el orégano de castilla para el dolor de oído. Inclusive nos prepararon una receta para un amigo que con todo aprecio recibimos, seguros de que las plantas fueron seleccionadas por dos conocedores. Estábamos sorprendidas.
Pero todavía había muchas sorpresas en Santa Rosa. Caminamos por la parte de atrás de la hermosa hacienda, pasando por sendos jardines y conocimos los talleres artesanales donde laboran 51 mujeres, ellas bautizaron a la cooperativa Kichpancoole, que significa mujeres bonitas.
Efectivamente, son bonitas y hermoso es también su trabajo. Ellas trabajan el henequén con técnicas tradicionales desde el tinte con cortezas de árbol, hasta la creación de las piezas con nuevos diseños como nacimientos, llaveritos, adornos para las puertas, bolsas, porta botellas de agua, entre decenas de objetos. Todo lo venden a las haciendas y es muy agradable encontrar en tu habitación amenidades hechas a mano con gran calidad y creatividad. Todas te las puedes llevar a casa.
Esto ha significado un gran crecimiento personal y familiar. La revaloración del trabajo femenino en las comunidades ha sido fundamental para que ellas se sientan útiles y además les encanta su trabajo. Y eso se nota, créanlo. Junto está el Taller de Joyería de Filigrana de Plata con 11 integrantes. También nos enseñaron todo el proceso y nos asombró la destreza con que manejan el metal para darle formas y diseños, algunos muy modernos.
Ahí nos contaron que muy cerca está la comunidad de Granada, donde también hay talleres y nos fuimos para allá. Después de 8 km, llegamos justo en el momento que inauguraban la biblioteca. La satisfacción que había en el rostro de todos es indescriptible. Nos emocionamos con ellos, no hay duda. Después pasamos a los talleres de jipi y telar de cintura de henequén. El primero tiene un proceso largo, pues primero se recolecta la materia prima, se raya rama por rama para quedarse con la parte más suave, se hornea con azufre, se lava con detergente y se seca al sol durante tres días. Después, el jipi ya está listo para ser usado por las tejedoras, quienes tienen que resguardarse del calor y el sol en una cueva y así evitar que el material se endurezca y se quiebre. Las más expertas terminan un sombrero en cinco días. En el telar de cintura de henequén elaboran lindas piezas de ornato como cajitas, joyeros, manteles individuales, carteras, entre otros. El henequén también es trabajado con mucha paciencia y dedicación y nos pareció que los objetos que hacían era una excelente forma de preservar la tradición, pero con nuevos aires.
Cómo llegar: Saliendo de Mérida toma la carretera núm. 180 con rumbo a Campeche. Después, toma la salida a Maxcanú a la derecha. Al llegar a esta población, avanza 6 km hasta Granada. Luego de pasar este poblado, recorre 7 km, hasta que veas el letrero de Hacienda Santa Rosa. Dobla a la derecha y avanza 1 km hasta llegar a la hacienda.
2 Temozón: señorial y evocadora
En el corazón de la ruta Puuc, a tan sólo 37 km de Mérida, se ubica esta imponente hacienda. Fue registrada en 1655 como estancia ganadera, su dueño fue Diego de Mendoza, descendiente de la familia Montejo, conquistadora de Yucatán. En la segunda mitad del siglo XIX se transformó en hacienda henequenera, época en que vivió su mayor prosperidad.
Tiene un encanto especial, recuperó su ambiente y el estilo de vida de fines del siglo XIX. Cuenta con 28 suites que respetan el estilo y refuerzan la atmósfera creada por sus constructores iniciales. La naturaleza se hace presente en todo el entorno de la hacienda: flora, fauna, cenotes y grutas. Además tiene un spa con auténticas sobadoras mayas y una ambientación única.
Como en los otros casos, la Fundación colabora con la comunidad, apoyando diferentes talleres que han rescatado técnicas tradicionales. También aquí hay mujeres organizadas que con mucha dignidad elaboran objetos hechos con fibra de henequén y nos maravillamos al ver el delicado trabajo de las diminutas sillas, camas, peinetas y más, hechas con cuerno de toro, y constatamos la maestría con que bordan a mano o a máquina.
Más tarde nos acercamos a la Biblioteca Comunitaria y tuvimos la oportunidad de platicar con su encargada, María Eugenia Pech, quien impulsa de manera comprometida programas de educación enfocados tanto a padres como a los niños. Junto se ubica la Casa de Salud que cuenta con farmacia tradicional maya, es decir, con un jardín botánico de especies medicinales, también perfectamente clasificadas.
En la noche nos sentamos en una de las fabulosas terrazas de Temozón para tomar una copa y cuál fue nuestra sorpresa cuando se presentó ante nosotros un grupo de baile tradicional yucateco formado por niños y sus padres. Después disfrutamos enormemente de la alberca de la hacienda que es simplemente espectacular.
Cómo llegar: Saliendo del Aeropuerto Internacional de Mérida, toma el periférico con rumbo a Cancún. Recorre aproximadamente 2 km y sigue en la dirección Campeche-Chetumal. 5 km después, da la vuelta a la izquierda y sigue en dirección Uxmal-Chetumal hasta pasar por los pueblos de Xtepén y Yaxcopoil. 4 km más adelante verás los señalamientos hacia la hacienda; recorre 8 km más de brecha y estarás en Temozón.
3 San Pedro Ochil: ¡comilona!
El siguiente punto a conocer fue Ochil. Está a 48 km de Mérida y vale la pena conocerla, aunque funciona como parador únicamente. Nos topamos de inmediato con un ambiente cálido y muy agradable. Después de pasar entre plantíos de henequén, llegamos a un corredor en donde están los talleres artesanales, donde también se pueden adquirir los productos. Ahí constatamos la destreza de los talladores de piedra, quienes además tienen premios nacionales. Marcos Fresnedo, su administrador, nos dio el recorrido y nos invitó a comer. La bienvenida, unos deliciosos panes salidos del horno de leña y agua de jamaica. Ochil es famoso por su cocina tradicional 100% yucateca. La comida transcurrió entre amigos, y lo tomamos con calma, pues los platillos desfilaban… tunich (bolitas de masa rellenas de cochinita), kimbombas de pollo, panuchos, relleno negro, pollo y cochinita pibil, pollito abalá, venado en escabeche, polcanes (semilla de calabaza y frijol), empanadas de queso, todo acompañado de salsas como las de jícama y betabel con chile habanero. Después de tal banquete, las hamacas no se hicieron esperar.
Cómo llegar: Se localiza en el km 176.5 de la carretera Mérida-Uxmal.
4 San José Cholul: de lleno en la selva
Al atardecer fuimos a conocer otra encantadora hacienda: Cholul. Aunque con el toque de lujo inteligente que tienen las demás, Cholul te regala mayor intimidad y confort… es perfecta para un retiro espiritual o una luna de miel. Es uno de los ejemplos más representativos de lo que fueron las haciendas henequeneras y mereció una cuidadosa restauración, a cargo del arquitecto Luis Bosoms, respetando cada una de las antiguas edificaciones, sus materiales y hasta los colores azulados de sus fachadas. Es uno de los casos aislados en los que debido a condiciones históricas particulares, no se formó un asentamiento humano alrededor del casco. Tiene únicamente 15 amplias habitaciones, la mayoría con jacuzzi al aire libre. Cuatro de ellas son casas mayas, apartadas y silenciosas con un diseño único y acogedor, con camas colgantes y pabellón de manta de cielo. La Casa del Patrón tiene piscina privada. Entre los detalles que hablan del concepto de recuperación de espacios con respeto a la construcción original y a la naturaleza, está la habitación número 9, que conserva una impresionante ceiba vieja en medio del baño, dándole un ambiente exótico y pintoresco.
La mañana nos sorprendió con un desayuno en una hermosa estancia casi, casi en el jardín y con una señora maya “echando” tortillas al comal a pocos metros.
Cómo llegar: Saliendo del aeropuerto de Mérida, toma el periférico en dirección a Cancún. Toma la salida a Tixkoko hasta llegar al pueblo del mismo nombre. Más adelante, pasarás por Euán, después de este poblado, en el km 50 verás el letrero hacia Hacienda San José; da la vuelta a la izquierda y sigue el camino hacia la hacienda.
5 Izamal: peregrinación y encanto
Hay muchísimas razones por la cuales uno no se puede perder el Pueblo Mágico de Izamal. Tiene uno de los conjuntos conventuales más impresionantes del siglo XVI y es un sitio básico para la peregrinación mariana, la milagrosa imagen ha sido declarada patrona de la Península. Además porque debido a que la ciudad colonial se asentó sobre la prehispánica, permanecen grandes edificios que hoy se ven en el centro de la ciudad y numerosas plataformas prehispánicas en los alrededores, las cuales parecen cerros.
En fin, tiene gran riqueza arquitectónica y cultural. Pero ahora nuestra visita se enfocó en el Centro Cultural y Artesanal Izamal que se abrió en una casona del siglo XVI para dar cabida a un museo de artesanías de todo el país, el museo del henequén, cafetería, tienda con todos los artículos que elaboran en los talleres de las comunidades que conocimos de cerca, y un pequeño spa, donde nos consentimos con un delicioso masaje de pies. Este es un gran logro que ha incorporado a muchos jóvenes.
Así terminamos el recorrido por las haciendas más espectaculares de México, vivimos cinco días rodeadas de lujo inteligente, ese que se da en los pequeños detalles, en cada rincón, todo con ese toque natural, sin pretensiones, ese toque que sólo te brinda la gente local comprometida con su entorno, con sus tradiciones, su cultura y se la brinda al visitante de la única forma que sabe hacerlo, como si se lo brindara a un amigo. Constatamos que las haciendas no son un ente aislado, sus comunidades le dan vida y siguen creciendo juntas, como antaño.
Cómo llegar: se localiza a 72 km al este de Mérida siguiendo por la carretera núm. 180 con rumbo a Cancún.
Tabla de distancias
Mérida- Santa Rosa 75 km
Santa Rosa-Granada 8 km
Granada-Temozón 67 km
Temozón-Ochil 17 km
Ochil- San José 86 km
San José-Izamal 34 km
Izamal-Mérida 72 km
7 imprescindibles al visitar las haciendas de Yucatán
-Probar el agua de chaya.
-Solicitar un masaje tradicional maya en la terraza de tu cuarto, en Santa Rosa, bajo su cielo estrellado.
-Comprar productos tejidos con henequén como mantelitos individuales, tortilleros, servilleteros, llaveros.
-Nadar a la luz de la luna en la impresionante y tibia alberca de Temozón.
-Dar una vuelta por el jardín botánico de Santa Rosa y pedir algún remedio para llevar a casa.
-Disfrutar una cena íntima en algún rincón de los enormes jardines de San José.
-Visitar el Convento San Antonio en Izamal.
Recomendaciones
* Puedes encontrar gasolineras en Umán, Muna, Ticul, Maxcanú y Halacho.
* Maneja cuidadosamente en la noche ya que abundan muchos ciclistas y carros sin luces.
* Usa sombrero, bloqueador solar y por las noches, repelentes para moscos.
Fundación Haciendas del Mundo Maya
Quienes han hecho realidad estos hoteles, entienden la importancia de no hacer a un lado a las comunidades y desde el comienzo incorporaron a sus habitantes en las tareas de reconstrucción y posteriormente en capacitaciones permanentes que les han permitido cubrir los puestos de servicio. Pero ahí no termina este esfuerzo, después de contribuir en obras de mejora comunitaria se conformó la Fundación Haciendas del Mundo Maya, cuya misión es acompañar a estas comunidades apoyando proyectos de desarrollo sustentable respetando los valores culturales.
Los resultados están a la vista de todos, hoy es imposible hospedarse en una de estas antiguas haciendas sin asomarse a los talleres artesanales, o dejar de disfrutar del ambiente de los pueblos que conservan sus capillas y tienen biblioteca e inclusive, sin vivir la experiencia de un masaje por una sobadora tradicional altamente calificada.
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