Las mexicanas “Uvas atómicas”; una sola equivale a 5 caballitos de tequila
Que nadie piense cumplir el reto de comer 12 uvas para recibir el Año Nuevo con estas "Uvas atómicas" porque el estado de embriaguez sería fulminante
De ninguna manera la presente nota debe interpretarse como una invitación a comerse 12 de estas uvas para recibir el Año Nuevo. Pues comer solo una de ellas equivale a ingerir cinco caballitos de tequila, mientras que una docena de ellas representaría ingerir 60 de aquellos shots, una completa locura.
Las bautizaron como “Uvas atómicas” a razón del alto volumen alcohólico que poseen. Pero no se crea que son producto totalmente de la naturaleza, pues aunque sembradas en tierras mexicanas, fueron sometidas a un proceso de destilación doble.
El proceso para crear «uvas atómicas»
Tras ser cortadas, permanecen por dos años y medio en el proceso de fermentación, generando así un aguardiente. Vienen en las especies cabernet, merlot y tempranillo, aunque posiblemente hayan incluido otras razas.
Una explosión etílica fuerte es lo que se genera al poner una de estas uvas en la boca. Algunas veces, ni aquellos o aquellas con más práctica, se salvan de sentir primero rechazo al ingerir una de ellas. Aunque ya después se les va agarrando el gusto hay que tener un elevado cuidado con su ingesta.
La familia que inventó la «uva atómica»
Los creadores de las «uvas atómicas» son los propietarios de la Cava García, sitio ubicado en Tecate, Baja California. Ellos empezaron a producirlas, según sabemos, más o menos en 2010, como una nueva forma de que la gente se acerque al mundo de la uva.
Sin embargo la Cava García lleva varias décadas de experiencia creando numerosos vinos como el cabernet, tempranillo con un suave toque de madera, y el Anastacia, que es semidulce y que tiene ese nombre para recordar el nacimiento de la primera hija de la familia.
Y para quienes deseen probar las uvas atómicas, debemos decirles que tendrán que ir a Tecate por ellas. ¡Salud!
Foto de portada: La voz de la frontera
