Libre Unión: región de cenotes, tradiciones e historia (Yucatán)
En el poblado de Libre Unión, en Yucatán, encontrarás gran cantidad de cenotes íntimamente ligados a sus tradiciones. ¿Estás listo para explorarlos?
“Aún recuerdo aquellos días de abril, hace casi tres décadas, cuando la tarde se oscurecía por el humo y en el horizonte el sol era un enorme disco rojo debido a las quemas en tierras destinadas a la siembra. Al finalizar la temporada de sequía y con la llegada de las lluvias, todos participábamos en la preparación de la tierra para posteriormente ayudar en la siembra del maíz. Estas y otras tareas relacionadas con la agricultura formaban parte de nuestro estilo de vida”.
Con ese tono de remembranza nos platica William Carrillo, un nativo de Libre Unión. “En nuestros terrenos ejidales todo comienza con la elección y tumba del monte alto, elevación que cuenta con más de 4 m. El terreno ha descansado más de 6 años dando origen a un suelo fértil que proporcionará buena cosecha. Para quemar los desechos del corte usamos la experiencia heredada por siglos de trabajar así el campo. Debemos preparar guardarrayas para evitar que se propague el fuego a los montes aledaños, los cuales aún están sin desbrozar. Esperamos la mejor hora, ésta es cerca del medio día, cuando el calor es intenso y el aire sopla en la dirección adecuada para que, al prenderle fuego, en poco tiempo se extienda por todo lo desmontado. Se escucha, al unísono, el tronar de hojarasca seca y cómo revientan troncos y ramas, para que finalmente sólo queden cenizas, humo y el terreno listo para su cultivo. El proceso de siembra también requiere cierto conocimiento; con un palo terminado en punta hacemos un hueco, se siente dónde pega éste y cómo penetra varios centímetros ampliando la cavidad. En aquellos tiempos éramos grandes conocedores, pues al clavar el palo en el suelo pedregoso –entre los dedos de la mano– ya se debía tener lista la cantidad de semillas necesarias para plantarlas.
Éstas podían ser de maíz, frijol y calabaza; si el hueco era grande se echaban todas a la vez. Hoy en día se siguen algunas tradiciones de antaño; una de ellas es la “primicia” o precosecha ritual con el fin de agradecer a Dios los buenos resultados de la siembra. Para su cabal realización se cortan más de mil elotes de una franja de 20 m, por los cuatro costados de la milpa, los cuales se cuecen en un horno muy particular. Se hace un “pib” o “kankabal” en la tierra roja blanda, libre de piedra laja. Esto significa que se cava un pozo de uno a dos metros de diámetro por uno de profundidad; después se coloca dentro la leña para hacer el carbón y, cuando quedan sólo brasas, se ponen piedras planas duras llamadasjayaxsal; éstas, al estar al rojo vivo, se parten con el fin de homogeneizar el calor del horno subterráneo. Más tarde se pone encima una capa de tierra y, sobre ésta, se acomoda el elote alrededor de un palo enterrado en el centro; después se tapa todo con una capa de hojas deya’axnik (Vitex gaumeri) para protegerlo y darle sazón. Al concluir esta fase se saca la madera del centro y por ahí se vierte agua hasta llegar al nivel de las hojas, entonces se escucha la fuerza del vapor del líquido al hacer contacto con las piedras calientes. En este punto se tapa el agujero con el mismo tipo de hojas y el horno se rellena con tierra para cumplir su función. Al día siguiente, 24 horas después, los elotes bien cocidos son transportados en costales hasta la casa del dueño de la milpa. Las mujeres ya han preparado un denso atole de elote y hay una rezadora, a quien acompañan los trabajadores y sus familias e invitados del pueblo, para agradecer a Dios la buena producción agrícola de ese año. Escasean las bebidas alcohólicas, pero muchas personas saborean un delicioso café preparado con la cáscara de dos limones, media cáscara de naranja, unos trozos de canela, anís estrella y café de grano o instantáneo al gusto”.
EL PUEBLO DE LIBRE UNIÓN CON SUS CENOTES Y FESTIVIDADES
De escasos 3000 habitantes Libre Unión está ubicado al oriente, a 97 km de Mérida en el estado de Yucatán, en una zona de escasa agricultura y ganadería. La región sobresale por su gran cantidad de reserva de agua que entre cenotes, grutas y aguadas, suman más de cincuenta. El privilegiado pueblo tiene en sus cercanías el más imponente de todos: el cenote sagrado de Chichen Itzá, localizado 23 km hacia el este. Estos cuerpos de agua han recibido usos diversos: desde la obtención de líquido utilizando calabazas y jícaras para su consumo, hasta abrevaderos para el ganado vacuno y albercas destinadas a la natación. Para dar una idea de la prodigalidad de esta región, en cuanto a reserva de agua, citaremos sólo algunos nombres de cenotes: Xtojil, ‘pájaro péndulo o algo-derecho’ está al sur, a 2 km de Libre Unión; Chimay, ‘familia que vivió en su orilla’; Xmakil, ‘árbol del corcho’; Xputil ‘papaya silvestre’; Yaxcucul, ‘retoño verde’ y Anicabi, ‘Bejuco para tejer canastos’. También existen lugares espléndidos como la aguada Zayab-utzil, ‘manantial puro o limpio’, enclavada a escasos 2.5 km del pueblo, muy cerca de la carretera a Yaxcabá.
Tiene forma semicircular de unos 150 m de ancho por 200 m de largo, y sus aguas son muy utilizadas para nadar, refrescarse y hasta para ceremonias religiosas. Durante los tres primeros días de mayo se celebra la fiesta del pueblo dedicada a la Santa Cruz. En la tradicional festividad se puede disfrutar de los bailes típicos yucatecos y degustar sabrosos platillos regionales. En la primera noche bailan, frente al palacio municipal, la danza típica llamada la Vaquería. En los días siguientes estos bailadores hacen una procesión recorriendo las calles del pueblo hasta llegar al centro. Ahí, una pareja joven escenifica otras danzas regionales: el baile de las Cintas y el baile de la Cabeza de Cochino.
La bailadora lleva un atuendo vistoso, adorna su cabeza con flores naturales, luce aretes de oro y está peinada con el cabello hacia atrás acabado entuch(chongo). El lujoso vestido de esta mestiza yucateca es llamado terno, debido a las 3 piezas que lo forman: el jubón que usa sobre el hombro, como si fuera una solapa con bordados multicolores y protección de encaje blanco, va sobre el hipil: saco con agujeros para cabeza y brazos que llega debajo de las rodillas y está ornamentado con bordados de bellas flores y cubierto por un encaje blanco en su extremo inferior. El fustán, enagua atada a la cintura que va debajo del hipil, casi llega a los tobillos y también tiene su ruedo con adornos de bordados multicolores y protección de encaje blanco.
Para complementar el vistoso traje se calzan zapatos blancos con tacón estipa y trabita en medio. El mestizo yucateco lleva al cuello un paliacate rojo, cubre su cabeza con sombrero tejido con hojas muy finas de palma, o hecho de trapo encolado; la camisa es blanca de mangas largas con alforzas, cuello redondo y sin solapa, y sus pantalones blancos tienen bolsas laterales y traseras. Al igual que en la mujer, el atuendo lo completan unas alpargatas de vaqueta de cuero oxanabkeuel, que rechinan al caminar. Otro evento que por la tarde atrae casi a la totalidad del pueblo y visitantes foráneos, es la corrida de toros y vaquillas. Para disfrutar de este espectáculo, anticipadamente cada familia ha construido una porción del ruedo con maderas y palmas regionales en la que se sentarán también sus invitados. La participación de la mayor parte de los pobladores en la construcción de la pequeña plaza de toros, hace que este evento sea uno de los más concurridos.
Al caer la tarde, luego de haber disfrutado de las típicas danzas y del rodeo, es para muchos la hora de saborear elchocolomoo caldo de res con verduras, especialmente preparado con carne de becerros y los toros lidiados ese mismo día. Por la noche y con renovados bríos casi todo el pueblo, sobre todo los más jóvenes, se darán cita en el parque del pueblo donde el baile estará amenizado por dos conjuntos populares.
YAXCABÁ, LA ALEDAÑA CABECERA MUNICIPAL
Hacia el sur, a 18 km de Libre Unión, se localiza la población de Yaxcabá: la cabecera del municipio, que cuenta con poco más de 5 000 habitantes. Entre los atractivos del pueblo se encuentra la Iglesia y exconvento de San Pedro, fundado por los franciscanos en el siglo XVI; sin embargo, el conjunto que conforman el templo, el exconvento y el cementerio es posterior y data del siglo XVIII. La gran fachada del edificio religioso presenta tres torres, posee retablos barrocos, un gran atrio y fortificaciones o miradores, usados para defenderse durante la Guerra de Castas. En el costado derecho del templo está la capilla de la Santa Cruz, y muy cerca se puede apreciar el Palacio de Gobierno que posee quizá la más amplia arcada frontal del Estado. Realza la belleza de Yaxcabá un profundo cenote -ahora bardeado para evitar lamentables accidentes- y que se ubica en el centro mismo del pueblo. Junto a la Capilla y el cenote, hay una antigua casa evocadora de anécdotas impactantes, como la leyenda del Huay-Kot: (Huay significa brujo) y (Kot albarrada). Se dice que en los albores del presente siglo, aquí vivió una persona, que fue quizá el más rico del pueblo. Esta casa en su interior tenía bellas pinturas murales y se dice que también poseía algún tesoro enterrado.
La historia de la “Casa del Hechicero” empezó hace mucho tiempo. Cuenta la leyenda que un parroquiano cuando visitaba la tienda al atardecer, los anaqueles con frecuencia estaban vacíos y no encontraba la mercancía deseada; no obstante, el dueño -sin inmutarse- le decía que volviera al siguiente día muy temprano, porque entonces ya encontraría de todo. Aunque parezca increíble al día siguiente, por la mañana, el establecimiento estaba repleto de todo tipo de mercancía. Al preguntarle el cliente cómo hacía para lograr semejante abastecimiento, él respondía que por la noche se ponía sus alas para volar en la oscuridad hasta sitios lejanos, y allá se surtía de todo tipo de mercadería. Tal fantasía originó la leyenda y le dio nombre a la casa. Muchos habitantes actuales cuentan que sus padres o abuelos decían que este señor tenía más de un centenar de mulas de carga. Con éstas formaba “arrias”, compuestas de cinco mulas y un jinete arreador; de esta forma traía mercancía desde Chan Santa Cruz (hoy Felipe Carrillo Puerto) y de Payo Obispo (hoy Chetumal), lo que le permitía estar siempre abastecido, pues cuando unas arrias partían, otras ya regresaban haciendo escala.
Estos arrieros aún eran frecuentes a mediados de siglo según comenta don Manuel Carrillo, un viejo partidor o comprador de cerdos, y que con frecuencia los encontraba cuando caminaba por veredas yyaxbésentre la selva. El partidor y dos ayudantes empleaban los rústicos caminos para traer de 50 a 100 cerdos durante la noche, alumbrándose con lámparas de mano durante periodos de hasta un mes, desde Felipe Carrillo Puerto a un destino que podía ser Valladolid, Izamal o Mérida. Durante el recorrido pasaban por campos chicleros donde por 2 pesos podían comer venado, pavo o chachalaca. El dinero lo cargaban en la cintura, en una “culebra” o funda hecha con piel de venado y a veces llena con monedas de plata. En días lluviosos cuentan que escuchaban muy cerca el griterío ensordecedor de losBa’atz o Saraguatos (Alouatta Pigra); y al llegar la oscuridad elkultéo buho (Otus guatemalae), asustaba a hombres y animales. Otros caminantes de ese tiempo eran cazadores; en el trayecto intercambiaban la carne por alimentos y también preparaban las pieles para su posterior comercio en poblaciones mayores. Aunque la manera de pensar ha cambiado y la tierra no se cultiva con la misma intensidad que en años pasados, siempre, a sus fiestas tradicionales regresan aquellos que viven fuera. Con esta visita reviven, al menos fugazmente, las costumbres propias de sus pueblos y las muestran al visitante con orgullo junto con sus tradiciones e historia.
SI USTED VA A LIBRE UNIÓN
Libre Unión está ubicado sobre la carretera núm 180: Mérida-Valladolid-Cancún, a escasos 70 km de las grandes exhaciendas henequeneras, poco después de Izamal. Para llegar al pueblo puede utilizarse la nueva supercarretera que conecta trayectos entre Cancún-Mérida (concluida precisamente hasta ese punto), y a esta altura se toma la desviación que va hacia Pisté y lo lleva a Libre Unión.
Fuente: México desconocido No. 263 / enero 1999
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