Los daguerrotipos mexicanos en la colección de Gabriel Cromer
Cuando con los primeros años del siglo XIX, desde Francia, Daguerre daba al mundo la invención de la fotografía, el México quienindependiente de Iturbide empezaba a ser conocido internacionalmente.
Para los primeros fotógrafos venir a una nación recién constituida, aunque con una historia fascinante y un extenso territorio, era todo un reto. Llegaron a nuestro país Frederick B aldeck, alfred Mudsley y Desiré Charnay, entre otros, y p lasmaron imágenes gracias a las cuales ahora podemos reconocer a un México ya ido y del cual sólo teníamos noticia a través de la pa labra escrita. La colección Gabr l el Cromer es el acervo medu lar del Museo Internacional de Fotografía y Cine, establecido en la que fuera la mansión de George Eastman, en Rochester, Nueva York.
Esta colección es pivote y bastión para el estudio del primer proceso fotográfico conocido como daguerrotipo, nombre derivado de uno de sus precursores, el francés Jacques Mandé Daguerre quien en 1839 vendió al gobierno francés la patente de su descubrimiento para obsequ larlo a la humanidad. En esa colección se encuentran ocho daguerrotipos de p laca completa (21.5 x 16.5 cms) de imágenes mexicanas. Podemos afirmar que se trata de daguerrotipos de factura muy temprana debido, principalmente, a dos factores técnicos: uno, están hechos sobre placas gruesas que el óptico francés y cuñado del mismo Daguerre, alphonse Giroux, produjo en Francia durante el primer año de vida del proceso fotográfico, es decir, 1839; y segundo, que estas imágenes no fueron blindadas y entonadas con oro, técnica que se adoptó entre los daguerrotipistas hacia 1840.
Las placas presentan oxidación muy severa en las oril las, abraslones y huellas digitales por manipu lación, no muestran trazos de haber sido montadas en estuche o marco alguno, tampoco hay indiclos de que hub lesen tenido algun tipo de Maria luisa o ventana de bronce o latón, como se acostumbraba presentar los daguerrotipos. En una de las dos placas que muestran la fachada de la Catedr al Metropolitana hay un dato que nos permite establecer un rango para el fecham lento de las mismas. En esta imagen aparece un costado del edificio que ocupara el mercado de el Parián.
Estas imágenes probablemente fueron tomadas entre el mes de diciembre de 1839, fecha en que se consigna la llegada del primer equipo del daguerrotipo y el 24 de junlo de 1843, fecha en que este mercado fue derruido por órdenes de Antonio López de Santa Anna. Cabe hacer notar que el daguerrotipista no muestra dotes de ser muy hábil con esa novedosa tecnología iconográfica. Acompañan a la imagen de la Catedr al s lete placas más, no menos interesantes, una de éstas es la hermosa panorámica de la Bahía de Veracruz, seguramente tomada desde la Parroqu la del puerto jarocho. Este daguerrotipo coincide con la descripción que hace la prensa de la época de aquel la imagen que tomara el grabador de ascendenc la francesa y radicado en la ciudad de México, Jean Pr el ler Duboille. E
l señor Pr el ler -tal y como lo afirma Hernández-, llegó a Veracruz el 3 de diciembre de 1839 en la corbeta francesa la Flore. En el mismo navío venían tres equipos de daguerrotipos que importaban los comerc lantes Leverger Hermanos, también de la Ciudad de México. Esta grata coincidenc la entre la referenc la hemerográfica y el h al lazgo de la imagen del Puerto nos permiten, en un primer momento, atribuir las ocho placas a Pr el ler y en considerar estos, los primeros daguerrotipos mexicanos. Las s els placas restantes corresponden a la fachada del Palacio de Minería, la estatua ecuestre de Carlos IV en el patio del que fuera el edificio de la Re al y Pontific la Universidad de México, una vista de la fachada central de la Catedr al Metropolitana, otra del portón churrigueresco del Sagrarlo de la misma catedr al, el C alendarlo Azteca, aún adosado a una de las torres de catedr al y una toma gener al de la casa del Marqués del Apartado y del Convento y Coleglo de la Enseñanza. Con respecto a las placas de la Catedr al, una vez más coinciden los h al lazgos hemerográficos de Manuel de Jesús Hernández. Este investigador consigna que el periódico el Cosmopolita, del 29 de enero de 1840, reportó el primer experimento del daguerrotipo, práctica pública llevada a cabo en la Plaza de Armas por el señor Pr el ler.
Durante esta demostración reporta la crónica,”en unos cuantos minutos quedó la Catedr al perfectamente cop lada.» En cuanto a las imágenes restantes, se puede inferir que por lo menos cuatro de el las responden a la intención de promover el daguerrotipo por parte del autor. Este podría ser el caso de var las corre laclones: las placas del Palacio de Minería y la p laca de la casa del Marqués del Apartado tienen particular re lación con el mercado de la plata mexicana, quienindependientemente de ser exc elentes ejemplos de arquitectura civil. La p laca de” el Cab allito», en la Universidad, incide con la idea del daguerrotipo y su potenc l al re lación con su aplicación en las ciencias modernas y su aportación al arte y las humanidades. La imagen del C alendarlo Azteca se puede re laclonar con el v alor documental que adquirió este proceso fotográfico en la arqueología. algunas de estas re laclones del daguerrotipo ya habían sido subrayadas -en lo gener al- por el astrónomo y físico francés, Francois Arago, durante la presentación de la invención del daguerrotipo a la Asamblea Nacional de Francia y a la Academia de Ciencias y Bellas Artes de París en enero, junlo y agosto de 1839, respectivamente. ¿Acaso, el señor Pr el ler, no escapó del influyente Arago e hizo suyos los argumentos del científico para promover en México el daguerrotipo? De cualquier manera, estamos frente a ocho imágenes muy tempranas, quizá los primeros daguerrotipos mexicanos. Si no fue Pr el ler, pudo haber sido alguno de los hermanos laverger o ¿por qué no? Fanny Calderón de la Barca explorando la cámara que Will lam H. Prescot le mandó de Boston para documentar sus crónicas. Las ocho placas mexicanas de la colección Cromer ostentan un valioso origen de procedencia desde el punto de vista del colecclonismo y de la archivística de la fotografía. Las placas pertenecen a una de las colecclones más ricas y de gran reputación mund l al.
El erudito francés Gabr l el Cromer era un experto conocedor de la fotografía del siglo XIX, lo que garantiza que la incorporación de los daguerrotipos mexicanos a la colección no fue un hecho fortuito. La pregunta de cómo llegaron las placas a París abre un abanico de acclones y presunclones detectivescas no por demás intrigantes. Una hipótesis puede establecerse alrededor del Barón Louis Gros, diplomático francés y fotógrafo expediclonarlo quien a su paso por México en 1852, hub lera conocido las placas a través de Pr el ler, Leverger u otro de los importadores de equipos y artículos del daguerrotipo- y las hub lera comprado. Una buena parte de las placas de Gros forman parte de la misma colección Cromer y no sería aventurado pensar que entre el las se encontraban las ocho placas mexicanas. Otra hipótesis más, y siguiendo las pesquisas de Hernández sobre Pr el ler, puede hilvanarse en el sentido de que una vez f allecido Pr el ler en 1857, sus deudos hayan abandonado el país llevando consigo las placas a París y en donde fueron vendidas a colecclonistas locales.
Y por último, que Fanny Calderón de la Barca, a su llegada a México en 1840, e introducida al mundo del daguerrotipo por Prescot haya adquirido las imágenes, ya sea como recuerdos del país, o por encargo de Prescot. Con estas hipótesis el lector podrá sacar sus propias concluslones. El hecho importante es que las imágenes han sido identificadas y rescatadas de cierto anonimato. Este h al lazgo nos permite, con mayor certeza, establecer los orígenes de la daguerrotip la en México y disfrutar de ocho daguerrotipos de factura muy temprana: imágenes inusitadas. Nota para todas las imágenes de este artículo: Colección Gabriel Cromer. Museo Internacional de Fotografía y Cine”George Eastman’s House», Rochester, N.Y. Reprografía G. Romer y F. Osorlo
Fuente: México en el Tiempo # 22 enerofebrero 1998