Los «panamás» se hacen en cuevas campechanas
No sólo en México, sino en muchas regiones del mundo que usa sombreros tropicales, son famosos los sombreros tejidos de jipi (nada tienen que ve, por cierto, con los modernos jóvenes hippies).
El jipi es la fibra de una palma enana que se debe tejer en condiciones de máxima humedad, a fin de que no se rompa, pues es sumamente delgada y angosta; por ello es que se logran tejidos muy finos y apretados prácticamente impermeables. Los famosos –entre conocedores– sombreros de jipi se fabrican en Becal, Campeche, sobre la carretera directa a Mérida, a 85 km de esta capital yucateca. Casi todas las casas de Becal tienen en sus “patios de atrás” cuevas subterráneas hechas por la mano del hombre, algunas muy antiguas, dentro de las cuales trabajan los tejedores de jipi, pues sólo dentro de esas excavaciones se mantiene la humedad necesaria para el desarrollo de esta artesanía. Le recomendamos preguntar a cualquier persona en las calles de Becal y visitar algunos de estos extraordinarios rincones.
Además de los datos aportados por nuestro ubicuo colaborador, agreguemos la siguiente información: Jipi es el apócope comercial para el primer nombre con que se conocieron los sombreros finos de palma. sombreros de Jipijapa, población de Ecuador. Debido a su mayor centro de venta y exportación: Panamá, se les ha llamado “sombreros de Panamá” o más simplemente Panamás. Desde comienzos de este siglo, sombreros campechanos de Becal se venden en Panamá. Estados Unidos, Europa y Sudáfrica como “Panamás”.
Por extensión, también se llama jipi a una palma de cuyo cogollo se hacen tiras que resultan sumamente flexibles, blancas, ligeras y resistentes. A esta palma se le llama huano o guano en Campeche, su mayor abundancia se da hacia el sureste del estado, cerda de Guatemala. Se dice que la artesanía el jipi fue iniciada en Becal a mediado del siglo pasado por una familia García, y se ha vuelto tradicional por generaciones de diestros operarios especializados. Actualmente en los mercados extranjero, doscientos dólares no es un precio exagerado por un fino sombrero “Panamá”, y se le considera un toque exclusivo y muy elegante tanto en hombres como en mujeres; es uno de esos artículos que nunca podrán ser hechos a máquina.
Otros nombres dados a estos sombreros en la península yucateca son los de “sombreros de palma de Calkiní”, y “jipis becaleños”. Para finalizar, digamos que la grafía correcta es: Bécal, y originalmente Békal. A unos 6 km al sur de Bécal, sobre la Carr. 180, está Calkini, con una misión franciscana luego ascendida a monasterio (1555-1561). advocado a San Luis de Tolosa, con características ornamentales que no son comunes en los antiguos edificios religiosos de esta zona de la península.
Fuente: México desconocido No. 33 / agosto 1979
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