Los santuarios artesanales de Tonalá. (Jalisco) - México Desconocido
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Arte y Artesanías

Los santuarios artesanales de Tonalá. (Jalisco)

Jalisco
Los santuarios artesanales de Tonalá. (Jalisco) fifu

Así, muy frecuente que digamos, no se encuentran monumentos de personajes indígenas en los atrios de los templos cristianos en México, y tal vez por eso nos llamó tanto la atención el que vimos en Tonalá, Jalisco.

En sí mismo, Tonalá es, a su vez, bastante especial (ya lo era su enorme producción alfarera: 8,139 «cargas de objetos de barro» en 1804); su nombre mismo, que casi siempre significa en náhuatl «lugar seco o caliente», aquí quiere decir «donde se lleva cuenta de los días», y cuando llegaron los primeros españoles, los de Vásquez de Coronado, el lugar era gobernado por una reina viuda cuya corte la formaban muy diestros artífices del oro y la plata. 

Si uno, de visitante, quiere tener una visita de conjunto de este lugar, se va al cercano cerrito de Guadalupe – al que puede subir cualquier vehículo- y entonces lo primero que le jala a uno la vista es una escultura de una mujer indígena cuyo brazo derecho está en torno a una cruz, en tanto que la mano izquierda queda sobre una minúscula escultura acuclillada a la manera de los códices. Una pequeña placa de bronce dice: «Atzahuapili. Reconstruyó el Sr. cura don Carlos González y sus fieles». Una segunda placa, de piedra y mayor tamaño, contiene este mensaje: «Al feliz heroísmo de la tonalteca monarquía que al despreciar la idolatría abrazó el cristianismo».  A unos pasos de la escultura se encuentra la ermita de Guadalupe, construcción modernizada, muy sobria y modesta, pero con algo indefinible que la hace muy agradable.    

Desde este lugar, en la cima del cerrito se tiene una vista panorámica de Tonalá y también del muy anchuroso valle de Atemajac en el que se asienta la ciudad de Guadalajara (no estamos sino a unos 14 km). Esta misma vista la tuvieron los españoles, cuando hechas las paces con la reina Atzahuapili, en 1542, dejaron Tonalá para ir a fundar Guadalajara.  Sin sentirlo, uno se va instalando en tiempos idos y lejanos ante las tranquilas escenas que todavía hoy pueden captarse en este poblado y sus viejos templos, como uno muy particular en su fachada que incluye dos especies de torreones guardando la puerta principal. Se ve que el templo ha tenido toda suerte de enmiendas y modificaciones; debe de haber sido hecho en el siglo XVII, según lo deja ver el estilo neoclásico de la puerta, y luego vena agregado un campanario y otras cosas; su atrio es muy agradable. 

CIUDAD ARTESANAL    

Con todo y su aire de pequeño y quieto pueblito, Tonalá ya es una ciudad que rebasó los 25,000 habitantes, y no lleva mucho tiempo al visitante percibir que prácticamente todos los tonaltecos se dedican a alguna artesanía. Casa tras casa, si uno se detiene a asomarse, revelan ser pequeños talleres domésticos con gran actividad familiar. Por supuesto, hablando de familias, hay muchas de ellas que se han vuelto famosas, como por ejemplo la de los hermanos Solís, especializados en la cerámica bruñida, o los hermanos Sergio y Melquiades Preciado, en elpapier máché.  Se cultivan diversas especialidades, y debe decirse que en cada una de ellas la dedicación profunda, el largo tiempo y la habilidad consiguen sobresalir. Uno de esos casos se da en la modesta casa, una de tantas, de la calle Hidalgo Núm. 173, donde surgen piezas de la llamada cerámica de alta temperatura, con una sobresaliente calidad artística ya bien cotizada internacionalmente. Y así, de hogar en hogar, de patio en patio y una calle tras otra, Tonalá se va revelando ante uno como una interesante ciudad artesanal. 

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EL ARTE DEL PAPEL MASCADO       

Suena horrible la traducción de papier máché:papel mascado, y tal vez por eso está en pie el galicismo, ahora convertido en «papel maché», que es como todo el mundo dice. Haciendo a un lado esas minucias lingüísticas, lo verdaderamente importante es la notable capacidad creativa, la brillante imaginación de los tonaltecos para realizar figuras que asombran y encantan.  No es ninguna novedad la excelencia delpapier machéque se elabora en México, pero sí lo es la inagotable fantasía de los artesanos tonaltecos que les permite ofrecer siempre algo nuevo, algo que supera a lo anterior. Y a pesar de que frecuentemente han de plegarse a lo que les exige el gusto comercial de los compradores por mayoreo, siempre se dan sus mañas para producir cosas nobles en su sentido artístico, en su inspiración o en su reflejo del genuino arte popular mexicano a la manera como lo sienten e interpretan los jaliscienses. 

¿Y qué decir de los alfareros? Hombres y mujeres rivalizan en su difícil facilidad para dibujar a pincel, para combinar colores, para modelar y esmaltar. Y si uno espera ver de acuerdo con los magistrales resultados- a unos serios y concentrados individuos absorbidos en la tarea creativa, estará equivocado: son gentes despreocupadas que diseñan genialidades al mismo tiempo que están discutiendo pormenores del baile de la semana pasada o los incidentes del último partido de fútbol, o están tarareando la melodía que brota, a todo volumen, del radio encendido todo el día. En otras palabras, ver trabajar a esta gente es asistir a un acto creativo que no parece deliberado sino casual, como si el arte les fluyera inconteniblemente por los dedos sin tener la persona nada que ver. ¡Privilegios del genio heredado! Y privilegio, también, del visitante que puede libremente ver en acción a los tonaltecos. Y cualquier casa es un memorable santuario de la artesanía. 

Fuente: México desconocido No. 44 / julio 1980

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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