Los tesoros que resguarda el Museo Banco de México
En la bóveda del Museo Banco de México hay tesoros de valor incalculable; te apostamos que querrás verlos con ojos propios.
Te encuentras en el interior de la bóveda de un banco, detrás de una muy gruesa puerta metálica con un sinfín de cerrojos. Y, justo frente a tus ojos, algunos tesoros de valor incalculable. ¿Cómo lograste llegar hasta ahí?
No eres el nuevo miembro de La Casa de Papel tampoco uno de Los ilusionistas. No se trata de una serie televisiva o una trama cinematográfica, mucho menos de la escala previa rumbo a la cárcel.
Esta bóveda es una de las dos que conforman el corazón del Museo Banco de México, el cual permite conocer su interior sin que se encienda ninguna alarma y en donde se resguarda el valor más importante del lugar.
Están en el sótano de un imponente y elegante edificio de mármol negro y detalles dorados en la esquina Avenida 5 de Mayo y Eje Central, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México.
A plena vista, detrás de potentes lupas que permiten admirar minuciosamente sus detalles, se encuentran dentro de una bóveda la primera moneda de Occidente, proveniente de Lidia (hoy Turquía) y la primera moneda de Oriente, una azada originaria de China, así como un tetradacma acuñado durante el periodo de gobierno de Alejandro Magno; data entre el 336 y 323 antes de Cristo.
Estos tesoros pertenecen a la colección numismática del Banco de México que, cabe destacar y no olvidar, es patrimonio de todos los mexicanos.
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No es el metal…
Dentro de la bóveda también hay una moneda de la Orden de Malta (1780) que parece insignificante por ser de cobre en comparación con las otras de oro y plata, pero en cuya escritura está sostenida la columna central de todo este lugar: Non Aes, Sed Fides, que significa
“No es el metal, sino la confianza”.
Justo ése es el valor que resguarda especialmente el Banco de México en la otra bóveda y en su historia: la confianza. A través de una experiencia inmersiva se cuenta la evolución del dinero a través del tiempo, desde cómo las piedras Rai, de una isla en Asia, servían como moneda y que, aunque quedaran hundidas en el mar (porque llegaban a naufragar durante el traslado), conservaban su valor.
Luego el cacao, el ganado, la sal (de ahí la palabra salario), el maíz y el jade sirvieron como moneda, y ya con la llegada del oro y la plata todo cambió. Después se acuñaron las primeras monedas y se fabricaron los primeros billetes hasta los que traemos en las carteras actualmente.
¡Un solo peso!
¿Sabías que el costo de producción de un billete es de alrededor de un peso? Poco más, poco menos, sí, un solo peso. No importa su denominación: 20, 50, 100, 200, 500 o mil pesos.
Sin embargo, podemos hacer uso de ellos según su denominación y no por su costo de producción por una razón: porque tenemos confianza en que eso valen.
¿Por qué? Porque los bancos centrales, como el Banco de México, respaldan su valor con base en reglas y entonces nadie pone en duda su uso para recibirlos y entregarlos.
“El dinero es una solución a sociedades altamente civilizadas”
explica una de las mediadoras del museo.
Así como éste, te encontrarás con increíbles datos sobre el dinero, los cuales resultan de enorme interés porque el dinero es parte de la vida de todos ¿o no?
Museo Banco de México
- 5 de Mayo #2 (esq. Eje Central Lázaro Cárdenas), Centro Histórico de la CDMX
- Abre de martes a domingo de 11:00 a 17:00 horas.
- El acceso es gratuito, sólo hay que reservar un horario a través de su portal oficial.
- Sigue en sus cuentas de Facebook, Twitter e Instagram.