Luis Márquez y el rescate de la indumentaria mexicana

Dicha colección es, sin lugar a dudas, una de las más completas e importantes de México. Luis Márquez Romay fue un personaje relevante en la cultura mexicana durante cinco décadas. Nacido en la capital mexicana de padre cubano y madre mexicana, cultivó con gran éxito la fotografía; en 1929 presentó una de las primeras exposiciones fotográficas exhibidas en el Palacio de Bellas Artes.

Dos años más tarde montó la muestra Arte Fotográfico en el Museo Cívico del Teatro Nacional. Durante la Feria Mundial de Nueva York (1939-1940) Márquez recibió una serie de reconocimientos por su fotografía los Patriarcas, más conocida como Pescadores del Lago de Pátzcuaro. A lo largo de su larga trayectoria, Luis Márquez mostró un gran amor por México; a través del lente supo plasmar la problemática de las comunidades indígenas, pero también  el colorido y la magia que los dis-tinguen. 

En 1922, con un traje que le obsequió el Tata Juan Guzmán en Janitzio, inició su colección. A partir de entonces visitó aun los rincones más apartados del país en busca de la ropa tradicional. Su muestra está formada por casi 4000 trajes, entre ellos un cotón huichol tejido en telar de cintura, teñido con añil que data de 1885, aproximadamente. Otras prendas notables de la colección, provenientes de los años veintes, son tres faldas del traje de China Poblana, de las conocidas como “castores” y que están confeccionadas con tela traída de la India elaborada con pelo de castor. Como parte de uno de estos trajes destaca una blusa de algodón con “pepenado” (bordado con chaquira diminuta procedente de China). 

Los trajes de tehuana que forman parte de la colección Luis Márquez muestra la evolución en el bordado de las prendas indígenas y mestizas. Es especialmente valioso el vestido que ostenta motivos de inspiración art noveau.  A partir de la segunda década del siglo XX México experimentó cambios políticos, sociales y culturales de gran trascendencia. Surgió entonces el nacionalismo, presente en todas las formas del arte y del pensamiento como un empeño por recuperar lo mexicano.

Así, el pasado prehispánico se hace presente en la vida cotidiana a través, entre otras cosas, de la artesanía que empieza a ser justamente valorada, tanto por las clases acomodadas como por las populares. Luis Márquez Romay pertenece a esa generación, colabora estrechamente con José Vasconcelos en su innovadora labor educativa y cultiva una amistad entrañable con los grandes muralistas.  Más allá de su colección de trajes, Luis Márquez reúne en su propia casa a tejedoras y bordadoras indígenas en un intento de perpetuar los vestidos tradicionales.

Personalmente diseña y vigila la confección de innumerables trajes para cine, teatro y ballet. Márquez incursiona con éxito en el cine mexicano como guionista, como actor y como escritor. Entre las películas más destacadas en las cuales intervino están Janitzio, María Candelaria, Maclovia y Tizoc. Luis Márquez fue un hombre al servicio de la cultura y su obra es definitiva en el rescate y la divulgación de las manifestaciones populares mexicanas. Se le considera una presencia crucial en la formación de nuestra identidad nacional. 

Fuente   : México en el Tiempo No. 35 marzo / abril 2000 

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