El Maratón de Mazatlán: kilómetros de emoción en Sinaloa

Volver a Mazatlán
El Maratón Pacífico se ha venido realizando en Mazatlán desde hace 17 años, logrando convocar cada vez a más corredores. En su edición más reciente (2015), el evento dio cabida a participar en las siguientes categorías: 5k, 10k, 21k y maratón. Adicionalmente, tienen lugar otras tantas carreras: para niños, para prensa, para meseros y hasta para botargas. Y no solo eso, pues a la justa deportiva se le han sumado algunas otras actividades, como la liberación de tortugas y el Festival de la Luz, un espectáculo que se efectúa la noche previa e ilumina el cielo del puerto con pirotecnia y rayos láser. El resultado: un fin de semana de entretenimiento completo, algo para lo que los mazatlecos se pintan solos.

Fue en este contexto que volví a Mazatlán (en Sinaloa), ya no con mis amigos, sino con mi esposa, quien llevaba meses preparándose para correr su primer maratón. Y si la idea de volver a visitar este destino me había resultado atractiva, hacerlo como parte del Maratón Pacífico (aunque fuera solo como animador), por supuesto que también.

Cronología breve
6:25
Empieza la cuenta regresiva. Mientras los corredores esperan el arranque, amigos y familiares lanzamos arengas desde nuestra posición de espectadores: “¡Venga!”. “¡Tú puedes!”. “¡Con todo!”. Aunque quienes aportan el ambiente son los de la tambora, que ya pusieron a bailar a varios. Hace unos meses, el coordinador del evento anunció que en cada cinco kilómetros habría una banda sinaloense tocando, para animar a los corredores… pues he aquí la primera. 

6:31
Correr un maratón puede responder a tres fines distintos: llegar entre los primeros lugares, mejorar una marca personal y completar la ruta, ya bastante meritorio. Como muchos, Xóchitl se ubica en esta categoría, y es esta idea la que lleva en mente al arrancar: ser capaz de correr más de 42 kilómetros sin detenerse. Aguantar el cansancio, el dolor, el calor húmedo, el sol de frente; aguantarse las ganas de renunciar. Mientras algunos corredores compiten por ganar las primeras posiciones desde el inicio, ella se concentra en encontrar el ritmo que debe mantener durante las próximas cuatro o cinco horas. 

7:05
Salvo por el inicio y el final, la ruta del Maratón Pacífico se extiende por todo el malecón, ofreciendo una espléndida vista al mar que va desde Playa Brujas, en el extremo norte, hasta Paseo Claussen, en el centro histórico de la ciudad. A lo largo del trayecto, muchos locales han salido a las calles para disfrutar de esta fiesta que empezó ayer en la tarde, con la tradicional liberación de tortugas, y continuó en la noche con el Festival de la Luz, que iluminó el cielo del puerto con pirotecnia y rayos láser. Hoy no hay más protagonistas que los corredores, y la gente ha salido de sus casas a aplaudir y vitorear ese esfuerzo.

8:49
Más de 12,000 corredores es igual a más de 12,000 rostros llenos de determinación. Sea cual sea su objetivo a cumplir, todos parecen dispuestos a llegar al límite para lograrlo. Para quienes corren un maratón con aspiraciones de ganar, la carrera puede transcurrir muy rápido. Al keniata Stephen Njoroge le bastaron dos horas, 18 minutos y 36 segundos para terminar como ganador. 

9:28
Cada dos kilómetros hay grupos de voluntarios dando agua a los corredores. Yo estoy junto al stand del kilómetro 30, donde quedé de encontrarme con Xóchitl, y desde donde veo el castillo blanco, estilo morisco, que alberga desde la década de los setenta a una de las discos más representativas de Mazatlán: el Valentino’s.

Alcanzo a distinguir su top naranja desde lejos. Junto a ella veo a una corredora con sangre en la rodilla. El sol les pega de frente y vienen empapadas en sudor. Espero un poco y luego empiezo a correr junto a mi esposa. “¿Cómo te sientes?”. Ella me mira apenas y levanta el pulgar. “¡Vas muy bien! ¡Ánimo!”. Sonríe como puede y sigue su camino hacia el kilómetro 31.

11:03-11:04
Tras la llegada de los primeros lugares, el ambiente en la meta se fue viniendo abajo. ¿A quién le importa la llegada del decimosegundo lugar? ¿Y la del 436? Ni hablar del 2,324. Es injusto, pues basta estar ahí, como testigo, para entender que cada quien, al cruzar la meta, conquista una victoria personal.

Después de varios minutos afinando la vista alcanzo a verla. Me alegra comprobar que su paso sigue firme y sus rodillas limpias. Aunque llevo horas admirando el esfuerzo de miles de corredores nada se compara con lo que siento al ver a mi esposa a punto de lograrlo. En ese momento sé que seré el único que celebre junto a ella el término de los 42.195 kilómetros, después de correr durante cuatro horas y 31 minutos. Nos abrazaremos, se nos saldrán las lágrimas, le diré que estoy muy orgulloso… y aunque a nadie alrededor le importe lo que ocurra entre nosotros, será un momento de gloria… uno más entre los miles que se viven cada año en Mazatlán.

Rodrigo Pérez Rembao