Monterrey, destino para viajeros gourmet - México Desconocido
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Monterrey, destino para viajeros gourmet

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Un par de días bastan para sentir la efervescencia de Monterrey, una ciudad donde además de hacer negocios se va a disfrutar de cerveza artesanal, platillos gourmet y recorridos aéreos.

Podría decir que Monterrey es mi segundo hogar. Allí viví algunas de las primeras experiencias que me hicieron adulto, desde beber mi primera cerveza Carta Blanca (de origen regio) hasta dar el primer beso a una huerca, o echar el primer zapateado con los Cadetes de Linares. Hoy, a 30 años de aquellas andanzas y de repetirlas hasta el cansancio en cada visita, decidí conocer el lado lujoso de Monterrey, sin dejar de evocar un poco de mi pasado.

Con estos pensamientos salí de la Ciudad de México en mi pick up, se trataba de una especie de roadtrip en donde la nostalgia fue el hilo conductor, pues durante mi infancia así lo hacía con mis padres en cada Navidad, para visitar a la familia paterna. El viaje, en la década de los ochenta era otra historia: 17 horas de recorrido con escalas para comprar algo de comer, cargar gasolina y comprar los casetes de música local, con la finalidad de hacer más llevadero este trepidante itinerario e ir adoptando la personalidad regia. Se trataba de un viaje carretero que nos integraba como familia.

Así, David, el fotógrafo, y yo avanzamos sin contratiempos hasta llegar al centro de Monterrey. Buscamos un hotel nuevo y tuvimos la suerte de encontrarlo: se trató del nuevo Fiesta Americana Pabellón M, sitio que funcionaría como nuestra base de operaciones durante la primera noche. Allí, en el piso 12, nos aguardaba una carne asada suculenta, guacamole y las obligadas tortillas de harina recién hechas. Después, fuimos al bar a beber un whisky en la barra para disfrutar de una grandiosa vista mientras planeábamos nuestra ruta para el día siguiente.

Fiesta Americana Pabellón m / David Paniagua

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PARQUE FUNDIDORA, PARA ARRANCAR

Conozco bien la ciudad, a detalle, tengo buena idea de cuáles son los puntos más interesantes. Por ello, realizamos un itinerario en sitios gastronómicos que no han sido incluidos en las guías turísticas tradicionales. No pudimos dejar de incluir en nuestra ruta el Parque Fundidora. Es un buen lugar para conocer la esencia de Monterrey: una de las más importantes urbes de negocios, industrial y económica, de México, incluso la entidad es nombrada La Capital Industrial de México gracias a que posterior a la Guerra de Independencia, Monterrey se convirtió en un importante centro de negocios con el establecimiento de la Fundidora Monterrey en 1900 hasta que se declaró en bancarrota en 1987 para convertirse en un parque recreativo en 1988. Hoy Parque Fundidora es un complejo de entretenimiento que incluye museos, centros de convenciones y espectáculos y el parque de diversiones Plaza, por esto el sitio se transformó en un museo vivo, donde turistas y locales disfrutan de sus instalaciones.

Iniciamos el recorrido al pie del Museo de Historia Mexicana, donde se encuentra la gigantesca escultura La Lagartera, del maestro Francisco Toledo. Allí abordamos una de las pequeñas embarcaciones que navegan por el Paseo Santa Lucía, un canal artificial inaugurado en 2007, que permite disfrutar de un recorrido de tres kilómetros para admirar esculturas, fuentes bailarinas y diversas obras de arte hasta llegar al Parque Fundidora.

La Lagartera, obra del maestro Francisco Toledo / David Paniagua

El desarrollo de esta obra, inspirada en el River Walk de San Antonio, Texas, ha fortalecido la relación con los viajeros de negocios que buscaban algo más que buenos restaurantes, bares o experiencias ecoturísticas fuera de la ciudad.

 BARRIO ANTIGUO RECARGADO

Después de dar un breve recorrido por el parque, regresamos al punto de partida. El sol abrazador sugirió, caminamos hasta el Barrio Antiguo para conocer Almacén 42, un nuevo espacio gastronómico que ha captado la atención de los amantes de las cervezas independientes. El nombre es poque el lugar expende 42 tipos de esta bebida, todas artesanales y mexicanas, de barril, seleccionadas meticulosamente por sus dueños.

Allí nos sentamos y descubrimos que en la parte superior cuentan con asadores para cocinar cortes de carne. El humo a mezquite nos hizo pedir la carta y cumplir el antojo de unos tacos de rib eye laminado, preparados con una costra de queso y adobo de la casa; además de un sándwich de pulled pork con queso gorgonzola, mac & cheese empanizado, BBQ de café y complementado con huevo estrellado.

Almacén 42 / David Paniagua

La cerveza regia nos inspiró a saber más de sus creadores, queríamos beber bien y preparar nuestro paladar para la cena. Contactamos a Víctor Manuel Soto, el maestro cervecero de Albur, marca que ha obtenido premios por elaborar productos de gran calidad.

Allí citamos al brew máster (maestro cervecero) y platicamos de Monterrey y su renovación gastronómica. Así, al calor de un par de copas de cerveza (sirven la bebida de manera correcta, para poder apreciar los colores, aromas y sabores), Víctor nos comentó que el éxito de sus productos se debe a que tuvo que viajar a Noruega para aprender de los maestros que elaboran Nøgne Ø, la marca que ha puesto un nuevo nivel en cuanto a producción cervecera.

MÁS ALLÁ DEL CABRITO

Pasadas las seis de la tarde, tomamos un taxi hasta el restaurante del chef Adrián Herrera, la Fonda San Francisco, ubicada en San Pedro Garza, uno de los municipios más adinerados de México. En una calle oscura, entre talleres mecánicos, reconocimos el local que luce una cortina de hierro cerrada con un graffiti de Mauricio Garcés y un ventanal que exhibe a los cocineros preparando las viandas.

Después de empujar la puerta, un pequeño salón con poco más de una docena de mesas demuestra que este espacio gastronómico no es presuntuoso, pues el chef no busca más que elaborar platillos que rindan culto a la cocina “norestense”, no solamente de Nuevo León, pues asegura que la entidad forma parte de una riqueza gastronómica que comprende los estados vecinos.

Chef Adrián Herrera / David Paniagua

Nos recibió el chef. Ataviado con una guayabera y una copa Glencairn de whisky escocés nos platicaba acerca de su éxito televisivo en el programa Master- Chef México. Sin embargo, contrario a lo que muchos podrían pensar, Adrián se mantiene lejos del protocolo que exige la pantalla chica, aunque no dejaba de atender a la clientela personalmente. El sitio fue un descanso para nuestros ojos y en el fondo, los acordes del bajo de Geezer Butler, acompasando una hermosa canción de Black Sabbath, fueron todo lo que necesitábamos para saber que habíamos llegado a un sitio singular. Recibimos la lista de alimentos y a pesar de lo tentador que parecía todo, el antojo llegó con los adobos, moles y chiles secos. Lo comprobamos con el pipián, los tacos de pork belly en salsa de chile morita, el cortadillo de res en salsa de chile pasilla y un egg roll de chicharrón en salsa verde.

Quedamos noqueados ante los guisos, pero sin duda es un sitio que vale la pena visitar, sobre todo los martes, cuando el chef Herrera invita a un cocinero de algún restaurante local para ofrecer algo nuevo en el menú.

Aún con la boca llena, pronto subimos al taxi que nos llevaría al hotel, esta vez al recién inaugurado Live Aqua, rodeado de centros comerciales, bares y excelentes restaurantes, demostrando que Monterrey se convierte en un destino donde el buen gusto es la norma de etiqueta.

MONTERREY DESDE LAS ALTURAS

Al día siguiente, antes de regresar a nuestro destino de origen, decidimos subir a un helicóptero para disfrutar la vista increíble de la ciudad de Monterrey y sus montañas, descubriendo el orden arquitectónico de la ciudad. Fue un vuelo de poco más de 15 minutos y, tal y como lo comentaba el capitán de la aeronave, este servicio de transporte es muy solicitado por los ejecutivos, pero también por parejas de enamorados que desean prometerse amor eterno en las alturas. Ya en tierra, nos desplazamos a Goose Island Beer Co., un complejo gastronómico que tiene origen en Chicago, el cual apenas había sido inaugurado la noche anterior. Sin embargo, el personal del bar nos comentaba que abriría dentro de un par de horas más, pero como curiosos y antojadizos que somos, vimos que un equipo de cocina estaba rostizando pollos y betabeles en el exterior. Allí reconocí a Marco Aceves, reconocido chef que recién se había incorporado a las filas de Goose Island Beer Co. Monterrey. Marco sabía que teníamos poco tiempo, así que abrió el pub para que lo pudiéramos conocer y, obviamente, degustar la cerveza de esa temporada: una codiciada Bourbon County Stout. Desde que entramos descubrimos que se trataba de la “catedral” de la cerveza en México. Es un lugar suntuoso, con gran diseño de buen gusto y una cava que puede quitar el sueño a los entusiastas de este malteado de cereales.

Goose Island Beer Co. Monterrey / David Paniagua

Antes de partir decidimos llevar una cerveza a casa, botellas con presentación de vino que no se encuentran fácilmente en la Ciudad de México, pues hay que mencionar que este pub es el primero que sale de Estados Unidos, por ello la exclusividad en sus productos.

Al compás de la música electrónica house que sonaba durante la prueba de sonido para dejar todo listo para el DJ de casa, brindamos con nuestros nuevos amigos para celebrar la vida regia, añorando regresar nuevamente para vivir la fiesta en este espacio gastronómico tan singular.

A LA CARTA

Para que sepas qué pedir en un restaurante de cabrito, te contamos en qué consisten los platillos.

  • Principio de fritada: caldo de cabra cocido en su propia sangre, con chile morrón, cebolla y especias.
  • Machitos: asado de todas las menudencias envueltas con tripitas.
  • Riñonada: parte del cabrito que contiene los riñones.
  • Machaca: carne seca que se prepara de distintas maneras.
  • Cabecita: tierna cabeza de cabra con ojos, sesos y lengua, que son perfectos para taquear.

Cabrito / David Paniagua

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autor Pepe Treviño
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