Museo del Ferrocarril en la ciudad de Torreón (Coahuila)
El Museo del Ferrocarril es patrimonio de todos los laguneros; al recorrerlo sus visitantes encuentran la historia de lo que fue el ferrocarril en la ciudad de Torreón a principios del siglo XX.
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El Museo del Ferrocarril es patrimonio de todos los laguneros; al recorrerlo sus visitantes encuentran la historia de lo que fue el ferrocarril en la ciudad de Torreón a principios del siglo XX. Utilizando las antiguas instalaciones de los talleres de carpintería y herrería de los Ferrocarriles Nacionales de México, en noviembre de 1997 se dio inicio a la construcción del Museo del Ferrocarril, como un reconocimiento a los hombres del riel.
Dentro de sus abandonadas instalaciones se encontraron un archivo con un acervo de documentos que datan de finales del siglo XIX y principios del xx, así como una serie de crisoles, tornos y herramientas para el mantenimiento de ferrocarriles.
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Para esta tarea se contó con la orientación de los museógrafos de la empresa ferrocarrilera que de la capital del país acudieron para orientar la restauración de las instalaciones y se respetara el estilo de la construcción de finales del siglo XIX. Concluidas las instalaciones se trasladaron a este lugar objetos de gran tonelaje como un cabús de principios del siglo XX, dos vagones especiales (un coche-escuela y otro destinado a enfermería). Más de 200 toneladas de trenes y vagones se movilizaron con la ayuda de la División Torreón, que se mostró solícita a colaborar en la composición del Museo del Ferrocarril. Para la integración del acervo que se exhibe en el museo se contó con la participación de universidades de la localidad, amas de casa, trabajadores ferrocarrileros jubilados que donaron documentos, libros, fotografías, dibujos y videos.
INAUGURACIÓN DEL MUSEO DEL FERROCARRIL
En una verbena popular, el 7 de noviembre de 1998, “Día del Ferrocarrilero”, y recordando el 91 aniversario de la gesta heroica de Jesús García, “héroe de Nacozari”, se inauguró la primera etapa del Museo del Ferrocarril, que ya contaba con una sala de exposición que consta de dos partes: la primera contiene piezas permanentes que se consideran fuentes documentales o materiales que forman parte del acervo fijo del museo: fotografías, documentos varios y libros; la segunda se constituye de piezas facilitadas en calidad de préstamo. Otra de las salas con las que cuenta el Museo del Ferrocarril en su primera etapa es la fragua, taller donde se fabricaban piezas y herrajes para el ferrocarril. También hay una sala al aire libre que muestra piezas y maquinaria empleadas en diversas épocas. El museo cuenta con una locomotora, la 1140, que adorna la entrada al mismo y que fue construida en 1920 y puesta en servicio en 1924. Más de 3 000 piezas se exhibían el día de su inauguración; estuvieron presentes funcionarios de Ferromex, pensionados y jubilados, así como representantes sindicales y autoridades municipales. El acto fue ambientado por el dueto Versos sencillos, quienes interpretaron El corrido de Torreón, La Filomena y El Real de Mapimí, entre otras melodías.
LA SEGUNDA ETAPA
Concluida la primera etapa, el Museo del Ferrocarril abrió sus puertas al público únicamente sábados y domingos, exhibiendo objetos, fotos, libros y documentos, así como una mapoteca con mapas y planos del siglo XIX, y se dio a la tarea, además, de rescatar la maqueta de la primera estación que se ubicaba frente a la Casa del Cerro que funcionó hasta el 25 de octubre de 1930. La segunda etapa se inició con la restauración de varios vagones, entre ellos uno de 1903 que fue sometido a un complejo trabajo de reparación para representar un coche-campamento que los trabajadores ferrocarrileros utilizaban como área de descanso. Otros de los vagones por restaurar servirían para albergar la ludoteca y los talleres infantiles, así como el llamado Vagón de la Ciencia y otro más que se utilizaría como sala audiovisual.
ÁREA INTERACTIVA
El 10 de septiembre de 1999, en presencia del presidente municipal, directivos y funcionarios de diversas universidades, representantes de las asociaciones de hoteles y moteles y jubilados ferrocarrileros, se inaugura el resto de las instalaciones del Museo del Ferrocarril, destacando el vagón interactivo, un cabús que funcionará como ludoteca, donde los niños aprenderán jugando, y también un taller de manualidades. En un carro que perteneciera a la Union Pacific se instaló equipo y material del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecyt). Este vagón cuenta con equipo de cómputo y un audiovisual, así como una sección para exposiciones temporales.
Dentro del área interactiva se incluye el carro-escuela al que se dio el nombre de vagón “Jesús García Corona, héroe de Nacozari”, el cual tiene una sala audiovisual con capacidad para cincuenta personas en donde se proyectan películas relacionadas con la historia del ferrocarril, además de un área de exposiciones permanentes. En el pasado había vagones que funcionaban como casas rodantes; en el museo hay un coche-campamento que sirviera de habitación al mayordomo de las cuadrillas reparadoras de vías y a su familia; en él se observan una cocina, la cama, utensilios de cocina y otros objetos, todos de la época. Los visitantes conocerán el coche-escuela con mesabancos y pizarrón, sala audiovisual con capacidad para cuarenta personas y un coche-dormitorio.
En octubre de 1999 el arquitecto Jorge Monjarrez Gutiérrez confeccionó la maqueta de fantasía; en dos niveles se instalaron las vías del ferrocarril de juguete, cuya locomotora, carros y vagones recorren túneles, pobladas alamedas y paisajes ficticios. El mismo arquitecto diseñó la maqueta que reproduce en escala la antigua estación ferrocarrilera de esta ciudad. Se trata de una reproducción de la terminal de Ferrocarriles Nacionales de México que funcionó del 25 de octubre de 1930 hasta mediados de 1960, sobre lo que hoy es el Bulevard Revolución poniente, entre las calles Valdés Carrillo y Cepeda. La maqueta contiene el edificio principal de la estación ferrocarrilera, con patios y paralelas ferroviarias, con dos trenes eléctricos de juguete adquiridos con donativos, dos convoyes de trenes cuyas locomotoras se les identifica como la del tipo Consolidado y la Hudson, con sus respectivos vagones.
El creador de ambas maquetas estuvo dedicado a su profesión durante 42 años; sin embargo, en la década de los sesenta le nació el gusto por la reproducción de los ferrocarriles, al grado de lograr coleccionar 396 diferentes locomotoras y alrededor de 2 000 vagones de ferrocarril. Un museo con mucho por ver, hombres con overol y gorra azul, nos dice Adriana Vargas Flores, trabajan día a día en el Museo del Ferrocarril para que el público de la comarca lagunera y los turistas que nos visitan aprecien aquello que dio vida a la industria de los caminos. Los objetos que se exhiben, como las gorras que pertenecieron a jefes e intendentes o los que conducían los trenes, las máquinas registradoras de las estaciones, las herramientas y objetos personales de los trabajadores, todo está ahí. “Fue mi sollozo el cañón, mi cuna el ferrocarril…”, así se expresa Alberto González Domene en su corrido a Torreón, frase que se encuentra en el museo.
La maqueta fantasía muestra junto con el movimiento y sonidos algunas de las rutas de los trenes. En esta área se encuentra la exposición de fotografías alusivas al ferrocarril, las primeras estaciones, los primeros trabajadores y algunos objetos de antaño. Y para sumergirnos en aquellas formas de vivir, el carro- campamento, vagón que fungía como albergue para quienes emigraban de un lugar a otro, por fuera es en verdad una casa pequeña con todos sus implementos.
PROYECTOS A FUTURO
A un futuro mediato se tiene contemplado crear un centro de consulta en un área anexa a la sala de exposición permanente en donde la Secretaría de Educación Pública del estado lo acondicionará con todos los materiales y juegos necesarios, lo que permitirá ofrecer algo novedoso a los pequeños. Con el fin de enriquecer más aún el contenido actual del museo, pronto se dispondrá de una oficina telegráfica y otro vagón cabús. Para el armado del primero ya se cuenta con la mayoría de las piezas que cedieron varios ex ferrocarrileros.
El coche-enfermería es un furgón que originalmente se destinaba para transportar carga hasta que fue remodelado y convertido en puesto de socorro ambulante. Estos servicios eran gratuitos; el vagón se ambientará tal como se veía el departamento médico del ferrocarril; allí se expondrá instrumental médico y fotografías alusivas al tema, además de maniquíes vestidos con uniformes médicos. Cabe mencionar que las instalaciones del Museo del Ferrocarril de Torreón, segundo en la República, también es sede de eventos artísticos y culturales como presentación de mimos, de la banda de música municipal, de obras de teatro, conferencias, presentaciones de libros y otras actividades más que reúnen a cientos de visitantes.
El Museo del Ferrocarril cuenta con taller de fundición, taller de carpintería, ludoteca, vagón de la ciencia, sala audiovisual, barda perimetral, cafetería y servicios sanitarios.
LA MÁQUINA 1140 «LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ»
La máquina 1140 “Lo que el tiempo se llevó”, antigua locomotora de vapor de 145 toneladas de peso y un diámetro de l.20 m, asentada sobre un pedestal de dos metros de altura, colocada el 1 de noviembre de 1971 frente a la nueva Estación del Ferrocarril inaugurada en 1956, fue trasladada de su sitio original a las instalaciones del Museo del Ferrocarril en Torreón el 20 de septiembre de 1998, para ello se requirió un gran esfuerzo de varias horas. “Tal vez para otras personas lo sucedido el día de hoy no tenga mayor relevancia”, expresó con nostalgia, Rafael Cisneros, “pero para quienes nacimos y vivimos de la actividad del ferrocarril es muy simbólico y emocionante, particularmente en el caso de esta antigua máquina que manejó mi padre, Justo Cisneros Covarrubias, durante 45 años, la sentimos como parte nuestra”.
Fuente</b>: México desconocido No. 290 / abril 2001
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