Los nacimientos de barro de Metepec, tradición que enaltece los adornos navideños
Los nacimientos de barro son una tradición que enaltece las costumbres mexicanas a nivel nacional e internacional.
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Las tradiciones mexicanas se manifiestan de diferentes maneras y una manera de enaltecerlas durante las fiestas decembrinas es mediante los nacimientos de barro de Metepec, Estado de México.
Este trabajo artesanal lo realizan los artesanos que residen en Metepec. Se trata de una tradición que se mantiene viva desde hace varias décadas hasta la actualidad. Veamos de qué se trata.
Nacimientos de barro
Los nacimientos de barro de Metepec son parte de las decoraciones navideñas en los hogares mexicanos e inclusive, en otras partes del mundo.
Es importante mencionar que los también conocidos como pesebres tienen su origen en los “montajes vivientes” sobre el nacimiento de Jesús y que recreó San Francisco de Asís hace casi 800 años.
Desde entonces los «belenes» se convirtieron en un elemento fundamental durante las celebraciones decembrinas, primero en los templos e iglesias, y lugo en lo hogares.
Para seguir con esta tradición navideña, los artesanos de Metepec se encargan de realizar figurillas de barro que conforman los nacimientos navideños. Las principales son la Virgen María, San José, el ángel y el Niño Dios.
No obstante, también realizan otras tantas como los Reyes Magos, pastores, el toro, la mula, entre otras piezas. Se trata de un trabajo artesanal detallado y cuidado, pues para su elaboración no se utilizan moldes, sino solamente las manos y la creatividad de los artesanos.
Las figurillas de barro suelen realizarse en diferentes tamaños, desde miniaturas de apenas unos centímetros hasta piezas monumentales de dos metros y medio de altura.
Además, la demanda de nacimientos de barro de Metepec traspasó fronteras, pues estas figurillas llegan a distintos estados del país: Cancún, Ciudad de México, Hidalgo, Sinaloa, por mencionar algunos. De hecho, algunos talleristas aseguran que sus piezas también las solicitan en otras partes del mundo.
Su proceso de elaboración
El barro es la materia prima para estos nacimientos, la cual proviene de los barrios que comprenden Metepec. También se utilizan la flor de tule o «plumilla», que se obtiene de regiones como Lerma, Ixtlahuaca, en el Estado de México; o de los humedales de Michoacán.
Sin embargo, antes de comenzar a moldear el barro se requiere un trabajo de preparación, ya que esta materia llega en forma de terrones. Por ello, los artesanos tienen que desmoronarlos para convertirlos en polvo, ya sea echándolos a la calle para que los autos lo desahagan o para ser demolidos con un rodillo.
Posteriormente a esto, el barro debe cernirse hasta que se convierta en polvo. Ahora es cuando se debe preparar la mezcla con agua y con la flor de tule. De ahí se amasa hasta obtener una consistencia como si fuera plastilina.
Una vez que los artesanos obtienen esta consistencia, es entonces cuando se empiezan a moldear las figuras que conformarán el nacimiento. Luego las piezas se meten al horno durante alrededor de cuatro horas. Finalmente al ser retiradas del horno, se pueden dejar así o ser pintadas en variedad de colores.
Este proceso lleva su tiempo, por lo que muchos de los artesanos empiezan a trabajar los pedidos de los nacimientos de barro a partir de julio y agosto. Los precios suelen variar, pueden ir desde los 200 pesos hasta los cinco mil pesos.
Y tú ¿ya conocías estas gran tradición mexicana?
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